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Ricardo Lagos Weber: "Me quedan dos años como senador y me la voy a jugar a concho por los acuerdos"

Tras una semana clave para los proyectos tributario y de pensiones, el parlamentario oficialista cree que la Cámara Alta está llamada a cumplir un rol relevante en la concreción de las reformas.

Por: Claudia Rivas | Publicado: Viernes 26 de enero de 2024 a las 04:00 hrs.
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Corriendo de un lado para el otro, entre una reunión y otra, el senador Ricardo Lagos Weber se toma un tiempo para refexionar acerca de la contingencia político-legislativa con Diario Financiero.

Actual presidente de la Comisión de Hacienda, este año deberá dejarla, con “pena” admite, debido al acuerdo político sellado con la oposición a inicios del período. Y desde fuera mira también el proceso según el cual un senador de sus filas deberá asumir la presidencia de la Cámara Alta. Desde fuera, porque aunque su nombre concita entusiasmo desde otras bancadas, parece ser que la suya no lo contempla. 

El parlamentario oficialista también observa con mirada analítica lo que está haciendo el Gobierno y lo que ha ocurrido con las reformas emblemáticas. Está optimista de que pese a todo se pueda alcanzar un acuerdo en materia de pensiones, pero también en que la oposición se allane a aprobar los proyectos del pacto fiscal, algunos de los cuales ingresarán en marzo a la Cámara de Diputadas y Diputados.

En este sentido, tiene la convicción de que todos los sectores tendrán que ceder por el bien del país y para demostrar que la democracia   y la política contribuyen a resolver los problemas de la gente.

- ¿Qué expectativas tiene de la reforma de pensiones en el contexto de que van a tener que partir prácticamente de cero?

- El Senado va a estar en condiciones de avanzar en la reforma en la medida que concurran dos voluntades: que la oposición se allane a llegar a un entendimiento, que no será 100% lo que quiere, pero podrá influir en diseñar una reforma que dure y se mantenga en el tiempo; y, por otra parte, la voluntad de todo el oficialismo de entender que el universo de lo soñado no es posible y de que hay que avanzar gradualmente, para conseguir seguridad social de verdad.

- ¿Qué características debería tener?

- Si me atengo a la realidad política del Senado, el oficialismo es minoría y cuando uno tiene que tomar la opción de hasta cuánto está dispuesto a atemperar, a graduar, el objetivo inicial en pos de un acuerdo y avanzar hacia una seguridad social. El oficialismo hasta ahora ha sido claro, buscamos una reforma que avance. Por eso que creo que correctamente, el Gobierno, el miércoles, podía tener una cierta satisfacción, porque se aprobó en la Cámara la idea de legislar y, reconociendo que se eliminaron muchas cosas de la reforma inicial, al menos genera un espacio para mantener viva la reforma. Y eso con una oposición que tiene una mala lectura de las cosas, como quedó demostrado en el plebiscito de diciembre, es un avance.

- ¿Qué rol va a jugar Demócratas?

- En esta etapa no va a sobrar nadie con quien conversar. Primero, dentro del oficialismo. O estamos todos claros y coordinados en lo que queremos lograr y hasta dónde estamos dispuestos a ir ajustando nuestras legítimas expectativas y sueños; y a partir de ahí se hablará con Demócratas, con la UDI, con RN, con las bancadas independientes y Republicanos, para llegar a un acuerdo.

Dado lo que pasó en la Cámara, uno podría llegar a un óptimo, en el cual todos tengamos que reducir nuestras expectativas, y por una parte avanzamos hacia una seguridad social, como yo la entiendo progresista, que se acerque a la de sociedades más sofisticadas que las nuestras, más justas. Y, por otra parte, que también le permita a la oposición anotarse un poroto, a partir de haber influido excesivamente en el diseño. Y me imagino que la industria de las AFP, que está tan mal considerada, debiera sacar la lección de mejor ajustar algunos parámetros y tener una previsibilidad a mediano y largo plazo. Están las condiciones para un acuerdo que le dé estabilidad al sistema.

“Con minoría hay que hacer un doble esfuerzo”

- ¿Y qué espera de la oposición?

- Esperaría que la oposición no se pierda entre obtener una reforma que nos acerque a la seguridad social en un período razonable y no se tiente como lo hizo erróneamente en la última constituyente, en la que creyó que los chilenos la apoyaban 100% y quedó demostrado que no es así. Que hay que acercarse y que puede contribuir a que la política resuelva los problemas de los chilenos. Por eso no es solo la posición del Gobierno la que está en juego en esta reforma, también si la democracia y el sistema político actual le resuelven los problemas a los chilenos.

- ¿Qué opina de la propuesta de Demócratas? Se lo pregunto, porque parece tener respaldo en la oposición...

- Quiero ser constructivo en que no me voy a empezar a casar con este guarismo o el otro, porque tal vez estos guarismos son inaceptables si no se mueve nada del resto. Por eso hay que ver la película completa. Pero hay que ser constructivo, sobre todo cuando uno es minoría, cuando no tiene los votos asegurados hay que hacer un doble esfuerzo.

- ¿El Senado no se va a contagiar del clima de la Cámara?

- Lo que quiero creer es que en el caso del Senado, el cambio climático que nos puede afectar a todos, tenemos mitigantes, que es entender que tenemos una oportunidad, no solo porque la reforma de pensiones es importante, sino también porque quiero demostrar que el sistema político resuelve temas y que se reivindiquen esos vilipendiados acuerdos.

- Gran desafío.

- Sí, lo sé. No es fácil, pero uno tiene que trabajar para eso, yo, por lo menos, me levanto pensando en llegar a entendimientos. Por lo pronto, tenemos tres ejemplos de acuerdos a los que hemos llegado: 40 horas, royalty minero y salario mínimo y a eso se llegó porque se redujo el universo de lo soñado. Sé que hay sectores a los que no le gustan los acuerdos, porque los ven como una mala palabra, los mismos que no querían dialogar; pero ahora vemos que hay que conversar y tener espacios para llegar a acuerdo. Esos mismos sectores comienzan a vislumbrar que, a veces, los hechos son más fuertes que lo que uno desea, sin que uno vaya a renunciar a ciertas cosas.

Pacto fiscal: “Tengo que ser optimista”

- A  propósito del mal clima, ¿cree que avance el proyecto de cumplimiento tributario que ingresa por la Cámara, cuya mayor parte va a financiar la PGU, que dicho sea de paso fue una de las cosas que se aprobó en la reforma de pensiones?

- Es que ahí hay un sector político que va a tener que ponerse de acuerdo consigo mismo, porque uno puede hacer muchos ajustes en materia de mejoramiento del uso del recursos públicos, pero los números no van a cuadrar con poco crecimiento.

- Se lo pregunto porque el año pasado la reforma tributaria era tan importante como ahora, pero la oposición no tuvo reparos en rechazarla.

- Fue una circunstancia muy desafortunada la de marzo pasado, pero quiero creer que tenemos espacio para encontrar una fórmula tributaria. Cuando uno es un Gobierno de minoría o se sienta a conversar, para acercarse lo más posible a lo que requiere el país y el Gobierno, o lo otro es la parálisis y los gobiernos no se pueden permitir la parálisis, menos los que tienen una evaluación relativamente baja.

- ¿Está optimista de que los proyectos del pacto fiscal avancen?

- Estoy optimista y tengo que ser optimista. Me quedan dos años como senador y me la voy a jugar a concho por los acuerdos.

“El Senado debe ser artífice de los acuerdos”

- A propósito de eso, va a dejar la Comisión de Hacienda este año, ¿qué lo hace tomar esa decisión? Se lo pregunto porque desde allí ha sido pieza clave para el Gobierno, en la búsqueda de acuerdos.

- En Hacienda no hubo espacio para que pudiera quedarme este año, porque es un entendimiento político y así lo voy a tener que hacer muy probablemente. Ahora, si alguien me quiere ceder el cupo y permite que yo lo reemplace, estaría muy agradecido.

- Este año también le corresponde al PPD la presidencia del Senado y coincidentemente la vez que usted no integró Hacienda fue presidente del Senado, ¿tiene interés en encabezar la Corporación? Porque hay parlamentarios de otros partidos entusiasmados con su nombre.

- Más allá del nombre, lo que me importa es que el rol que debe cumplir el Senado es ser un artífice de los acuerdos. Las reformas no pueden detenerse, no pueden fracasar, otra cosa es que no sean como el Gobierno quiere o a lo que la oposición aspire. El Senado en su conjunto ha tenido un avance  bien importante en materia de seguridad, ¿por qué no hacerlo en las reformas que vienen, pensiones y pacto fiscal?

- ¿Esa tendrá que ser la apuesta del nuevo presidente?

- Quien lo encabece, sea ella o él, tendrá que tener la capacidad, el espíritu, la convicción y la credibilidad de alguien que es capaz de generar y estimular esos acuerdos que van a ser necesarios. Eso es lo que me importa. El senador Coloma ha tenido la capacidad de llegar a acuerdos.

- ¿Cómo ve los próximos dos años del Gobierno? Como son años electorales da la sensación de que solo le queda administrar.

- Efectivamente, el tema electoral genera una suerte de limitante a la hora de soñar muchas reformas, porque va a impedir ese debate de manera más genuina, más pausada, porque comienzan las pasiones electorales, eso lo entendemos todos.

Pero eso de seguir administrando no es poco. Hay que administrar la seguridad ciudadana, el buen uso de recursos públicos, administrativamente hay mucho que hacer en regiones, en fin… Le digo, se le puede sacar lustre a la administración, poner a trabajar a la gente, por eso que mi mensaje fraternal es que ahí tenemos que prodigarnos más.

- ¿De qué dependerá que esto se haga bien?

- Todo esto va a depender en parte importante de la capacidad para ponernos de acuerdo políticamente sobre cómo enfrentar los procesos electorales que vienen, entre ambas colaciones oficialistas.

Porque si ese clima se enrarece va a ser muy difícil.

Si, al contrario, ambas coaliciones llegan a entendimientos claros, que se perciban como ecuánimes, en los que todos sientan que van a poder avanzar, con mayor razón se va a poder hacer un buen trabajo administrativo a nivel del Gobierno.

El balance a dos años de la actual administración: “Ningún gobierno pasa sin pena ni gloria, pasan con pena o con gloria o con un mix”

- En estos dos años, la gente empieza a hacer un balance de cuánto de sus promesas cumplió el Gobierno.

- Entonces hay que comunicar el doble, hay que demostrar el doble, hay que juntar más y mejor y hay que tomar decisiones difíciles, después de hacer un análisis descarnado de dónde están nuestras debilidades a nivel de representantes de Gobierno, a nivel nacional y regional, y tomar las decisiones que correspondan, para hacer los cambios que correspondan. ¿Eso cuesta? Sí ¿Eso duele? Sí. Pero no hay de otra. De lo contrario es renunciar a seguir proyectándose.

- ¿Eso implica un nuevo aire con un cambio de gabinete?

- Son atribuciones del Presidente y él tendrá que ver quiénes de sus colaboradores lo están haciendo súper bien y quiénes requieren refuerzos, sin modificarlos, y quiénes tal vez deberían dejar espacio para otras conducciones. Eso lo define el Presidente. Pero sí que a nivel regional y no necesariamente a nivel de ministros, se requiere hacer ajustes que nos permitan demostrar, ejecutar mejor, y replicar aquellos éxitos que hemos tenido, porque no es que aquí no se haya hecho nada.

- A estas alturas se empieza a hablar del legado, a su juicio, ¿qué podría sacar del sombrero eventualmente este Gobierno para no pasar sin pena ni gloria por la historia?

- Ningún Gobierno pasa sin pena ni gloria, pasan con pena o con gloria o con un mix. Sea para bien o para mal, dejan un sello y, a veces, es un sello mixto. Si es por legado, están la rebaja de jornada laboral a 40 horas, el royalty minero y muchos más. Pero yo renuncio a la reforma más sustantiva, pero desde el punto de vista político, el Presidente Boric, el más joven que hemos tenido, que venía desde una izquierda muy identitaria; tal vez, su desafío es sembrar algo que proyecte al progresismo para el futuro. su legado políticamente, que me encantaría que pudiera caminar junto con las reformas, es que deje proyectado un progresismo que sume y no que reste a estas coaliciones, que seamos capaces de entendernos para adelante y no sólo pactos electorales que van a ser necesarios y bienvenidos. Que pueda sembrar algo para adelante. No es fácil.

- ¿Asume, como muchos en su sector que este Gobierno no va a dejar heredero, porque el próximo es de derecha?

- No, no, no… Yo no renuncio a eso. Todavía hay que ver si la derecha se canibaliza un poco más. Por eso creo que un legado importarte, en una acción política, es explorar la capacidad de ponernos de acuerdo en los temas electorales, pero una mirada compartida sobre el futuro, respetando nuestras biografías. Con eso podemos

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