Opinión DF Lab / Trabajo colaborativo en medio de la crisis hídrica
"Sin embargo, la solución no solo depende de las herramientas disponibles, ya que también se requiere un acompañamiento que permita romper la brecha digital e integrar la innovación a la vida de las personas".
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El agua es un recurso cada vez más escaso y palabras como racionamiento han comenzado a tomar protagonismo en los titulares de prensa en las últimas semanas, especialmente en la zona oriente de Santiago, donde volvemos a vislumbrar una realidad que hace más de 20 años atrás no teníamos en la retina. A diferencia de la década del 90, hoy esta nueva situación hídrica llegó para quedarse, porque no basta hablar de sequía, sino que derechamente estamos enfrentando las consecuencias permanentes del cambio climático.
Más del 50% de las comunas del país están bajo escasez hídrica, de acuerdo a las últimas cifras entregadas por la Dirección General de Aguas, donde habita el 47,5% de la población de Chile.
Generalmente, se habla mucho del acceso al agua en grandes ciudades, pero la realidad en las comunidades rurales es mucho más dramática. Los sistemas de Agua Potable Rural, hoy en proceso de transición hacia Sistemas Sanitarios Rurales (SSR), viven en una situación de desigualdad respecto al acceso a este recurso. Esto, se traduce en gestiones hídricas poco eficaces e infraestructuras subutilizadas, lo que es solo una parte del problema que ha traído consigo una serie de consecuencias no tanto para el medioambiente, sino también para la calidad de vida de estas personas. Con el tiempo, han aparecido diversas herramientas para encontrar una parte de la solución, y desde mi experiencia me atrevo a decir que debemos incorporar elementos vitales como son la tecnología, la innovación y el trabajo en conjunto.
Frecuentemente, se dice "acá no hay agua", pero la verdad es que sí existe, y ahora debemos incrementar las medidas al respecto. Lo que no existe en ese lugar es la tecnología adecuada que permita eficientar de la mejor manera los procesos de operación hídrica. Desde nuestra expertise podemos afirmar que el recurso está y que alcanza para todos si se gestiona en forma eficiente.
Hemos avanzado en descentralizar y democratizar el conocimiento. Impulsamos acciones que integren a las comunidades para que sean parte de este proceso y, desde nuestra vereda, el aporte que realizamos en recopilar aquella información y proporcionar una fotografía real de los sistemas.
Sin embargo, la solución no solo depende de las herramientas disponibles, ya que también se requiere un acompañamiento que permita romper la brecha digital e integrar la innovación a la vida de las personas. Los resultados apuntan a que el impacto positivo puede hacerse realidad. La integración y la colaboración entre los distintos actores son claves para lograr nuestros objetivos y destruir estructuras tradicionales, donde la toma de decisiones no solo debe caer en los hombros de las empresas o entidades especializadas, sino que entre todos buscar alternativas para mejorar las condiciones de acceso a agua potable.