Según consignó el Financial Times, la medida despoja a Estados Unidos de su última calificación crediticia triple A restante otorgada por una importante firma de calificación, luego de recortes similares por parte de Fitch Ratings en 2023 y S&P Global Ratings en 2011. Moody's rebajó la calificación de Estados Unidos a Aa1, una calificación que también tienen Austria y Finlandia.
Moody's dijo que esperaba que los déficits federales se ampliaran a casi 9% del PIB para 2035, frente al 6,4% del año pasado, debido al aumento de los pagos de intereses de la deuda, el gasto en prestaciones sociales y una "generación de ingresos relativamente baja".
“Las sucesivas administraciones y el Congreso de Estados Unidos no han logrado ponerse de acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de grandes déficits fiscales anuales y crecientes costos de interés”, escribió Moody's en un comunicado.
“Esta rebaja de un nivel en nuestra escala de calificación de 21 niveles refleja el aumento durante más de una década de los ratios de deuda pública y pago de intereses a niveles significativamente más altos que los de países con calificaciones similares”, agregó la agencia.
Los bonos del Tesoro
Los rendimientos de los bonos del Gobierno estadounidense subieron en respuesta a la noticia, y el rendimiento de referencia de los bonos del Tesoro a 10 años subió 0,03 puntos porcentuales (pp) tras el anuncio, a 4,48%. Este aumento del rendimiento representa una caída del precio.
"El mayor problema actual no son los aranceles, sino la falta de progreso en las negociaciones sobre el déficit en Washington", declaró Andy Brenner al FT, director de NatAlliance Securities, y añadió que la rebaja de calificación estaba "presionando a los bonos del Tesoro".
El proyecto de ley republicano sobre presupuesto e impuestos fue rechazado en la Cámara de Representantes este viernes, después de que una facción del partido de Trump en el Congreso argumentara que la legislación aumentaría demasiado el déficit federal.
El déficit se sitúa en 6,4%, muy por encima de los niveles que los economistas consideran sostenibles a largo plazo. El Comité para un Presupuesto Federal Responsable proyecta que el proyecto de ley sobre impuestos podría añadir hasta 5,2 billones de dólares a la deuda nacional en 10 años.
En el margen, la rebaja podría ejercer presión sobre el mercado de bonos del Tesoro estadounidense, que ya se ha visto afectado por las expectativas de un mayor endeudamiento y una inflación persistentemente alta, consignó The Wall Street Journal.
En su análisis argumentan que, sin embargo, los bonos del Tesoro se recuperaron tras la rebaja de calificación de S&P en 2011. Esto -en parte- debido a la debilidad de la economía, lo que demuestra que los inversionistas aún consideraban a EEUU como la mejor opción a nivel mundial. Pocos esperan que la rebaja de calificación de Moody's provoque turbulencias en los mercados esta vez, la nación norteamericana sigue siendo la mayor economía del mundo y el referente para comparar a otros países.
Sin embargo, algunos inversionistas afirmaron que la rebaja podría agravar el daño que la reciente guerra comercial ha causado a esa posición excepcional. Y eso podría obligar a los inversionistas globales a aumentar la prima que exigen para comprar deuda estadounidense.
“Eso podría generar un déficit aún mayor porque el costo del servicio de nuestra deuda también aumentaría”, dijo el director global de renta fija de Principal Asset Management, Michael Goosay al WSJ.
De negativo a estable
Por otra parte, la agencia también modificó su perspectiva de Estados Unidos de negativa a estable.
A pesar del deficiente desempeño de Estados Unidos en la lucha contra el aumento de los niveles de deuda pública, el país “conserva fortalezas crediticias excepcionales, como el tamaño, la resiliencia y el dinamismo de su economía y el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva global”, dijo Moody’s.
No obstante, instó al Gobierno a “implementar las reformas fiscales que permitan ralentizar significativamente e incluso revertir el deterioro de la deuda y los déficits públicos, ya sea aumentando los ingresos o reduciendo los gastos”. 