Ala hora de los balances, para el economista Aldo Lema, exintegrante del Consejo Fiscal Autónomo, los primeros tres años del Gobierno del Presidente Boric estuvieron marcados por la corrección de los desequilibrios macroeconómicos que se arrastraban desde la pandemia, y por el abandono de los impulsos refundacionales para girar hacia el centro.
“Hoy la economía chilena no enfrenta desequilibrios significativos, hay un avance en esa dirección, salvo quizás en la dinámica que ha tenido la situación fiscal. Si bien todavía hay riesgos en inflación y en déficit de cuenta corriente, ambos se han acotado”, afirma.
“Y lo más relevante desde el punto de vista de las implicancias económicas es el giro del Gobierno hacia el centro político, hacia un enfoque más socialdemócrata. Ahora habrá que ver si el Presidente Boric mantendrá esta posición una vez fuera del Gobierno”, advierte.
"El panorama de corto plazo se ve algo más auspicioso. Si bien vamos a tener grandes turbulencias externas, creo que lo más crítico de la economía mundial no va a venir inmediatamente".
Para 2025, Aldo Lema está moderadamente más optimista respecto del desempeño de la economía, algo que el mercado bursátil ya viene anticipando. Aunque en su opinión la Bolsa comenzó a diferenciarse positivamente respecto de otros mercados emergentes desde el triunfo del Rechazo de 2022, en el último tiempo se han sumado otros elementos que impulsan el repunte. Destaca las cifras de actividad, una mejora en las expectativas y el reciente acuerdo político para la reforma de pensiones, que “también muestra que el péndulo de la política se está yendo hacia el centro y abre la posibilidad de otros acuerdos positivos en políticas públicas”.
-En este contexto, ¿qué proyecta para 2025 en términos de crecimiento del PIB?
-En la medida que los desequilibrios están más acotados, eso incide menos y el terreno es un poco más fértil. Sin embargo, tenemos un clima global que claramente es más desfavorable. Pero, sin esos desequilibrios presionando en forma tan aguda, es probable que el crecimiento de Chile este año esté entre 2% y 3%, dependiendo de cómo evolucionen las condiciones externas. No descartaría que si se estabiliza el entorno externo pueda estar cercano a 3%, en ese rango. Si bien es una cifra todavía baja en términos comparativos, refleja una aceleración en el margen respecto del desempeño que Chile ha tenido en los últimos dos años y cierta diferenciación positiva respecto de aquellos países que son comparables en América Latina. En ese sentido, en 2025 probablemente Chile va a acortar la brecha con el crecimiento mundial y va a estar por encima del promedio de América Latina.
-Ese escenario es incluso más optimista que el rango de crecimiento de 1,5% a 2,5% que estimó el Banco Central en su último IPoM ¿espera un ajuste en el próximo informe?
-El Banco Central debería subir su estimación de crecimiento económico para 2025 y, probablemente, también deba subir la inflación. Hay un mejor desempeño de los sectores no mineros y también hay algunas señales de recuperación de la demanda interna. El panorama de corto plazo se ve algo más auspicioso. Si bien vamos a tener grandes turbulencias externas, creo que lo más crítico de la economía mundial no va a venir inmediatamente, sino que durante la segunda mitad de esta década.
-¿Cuál será el efecto de las políticas arancelarias de Trump?
-Hay razones para pensar que el ciclo global está maduro. Las políticas de Trump son claramente dañinas para América Latina y otros países emergentes. Aunque Chile tiene tratados de libre comercio con buena parte del mundo, los efectos más relevantes de una guerra comercial como la que se ha planteado tienen que ver más con factores sistémicos, que pasan por el crecimiento mundial. Entonces, para la segunda mitad de la década lo que enfrentamos es muchos riesgos desde el punto de vista de la actividad económica por la guerra comercial, pero también por la fragmentación geoeconómica y por eventuales caídas en los precios de las materias primas.
-Esta semana Trump anunció más aranceles, ¿espera una moderación en algún momento?
-Si Trump actúa un poco más pragmáticamente, pone marcha atrás en algunas de sus medidas, reconoce que está teniendo un impacto en la economía mayor al que podría haber estimado y se repliega, la economía tenderá mejorar. Pero hay otro riesgo que sigue presente y es el de la inflación, que no es tan claro que esté controlada en Estados Unidos. Y eso llevaría a tasas altas por más tiempo y condiciones financieras más restrictivas para países emergentes.
-JP Morgan estimó que el riesgo de recesión en Estados Unidos se elevó a 40% ¿Lo ve probable?
-La probabilidad de recesión ciertamente ha aumentado para la segunda mitad de la década, pero no necesariamente se va a materializar este año. Estados Unidos ha extendido un período de crecimiento que, en el pasado ha anticipado ajustes. Esto puede ser porque la inflación se vuelve rebelde, por correcciones en los precios de los activos que aparecían excesivamente altos o por las propias medidas que está adoptando Trump. Entonces, una recesión hoy es más probable, pero puede evitarse, dependiendo de si se observa una actuación más pragmática de la Casa Blanca.
-¿Qué puede hacer Chile en ese contexto?
-El 2025 para Chile puede ser un año de crecimiento algo sobre el potencial, para luego perder impulso desde el 2026 en adelante. Creo que, desde el punto de vista político, en medio de la campaña electoral, ameritaría bajar las expectativas por parte de los candidatos y los partidos políticos. Al igual que como ocurrió en la segunda mitad de la década pasada, el riesgo de inflar expectativas y que luego, por el entorno externo o por los propios problemas de crecimiento potencial de Chile, eso se vea frustrado, puede llevar a una caída en la aprobación y a un malestar que comprometa el desempeño económico para los próximos años.
-El próximo Gobierno tendrá un panorama con mayor ruido externo…
- En el neto, el próximo Gobierno enfrentará un panorama más adverso que el que le tocó al Presidente Boric, sobre todo en el escenario externo. Enfrentará la incertidumbre externa, con un crecimiento potencial que no habrá cambiado, que sigue en torno a 2%, y con la necesidad de reencausar las cuentas fiscales, pero, al mismo tiempo, no tendrá los desequilibrios que hubo en cuenta corriente e inflación.
“Es poco probable que la meta fiscal se cumpla”
-Usted integró hasta hace poco el Consejo Fiscal Autónomo. ¿Ve posible recortar US$ 1.500 millones de gasto público como pide el organismo para este año?
-No es fácil un recorte de esa naturaleza, salvo que la inflación se acelere y actúe licuando el gasto público, que está fijado en términos nominales. El año electoral condiciona mucho y le da baja probabilidad a que ese ajuste se materialice. Pero, considerando que podría haber otro año de incumplimiento en la meta fiscal, con el riesgo de que la deuda supere el nivel prudente en el futuro cercano, obviamente eso debería llevar a que este sea el principal tema que el próximo Gobierno deba enfrentar ni bien se haga cargo de la administración. Tendrá que fijar una senda de consolidación fiscal que sea intensa al principio y que despeje sobre todo los riesgos de la dinámica en la deuda. No hay que olvidar el riesgo que esto conlleva en términos de la calificación crediticia.
-Usted lo ve más como una tarea del próximo Gobierno. ¿Cree que el actual ya no cumplirá?
-Es muy poco probable que la meta fiscal se cumpla este año, por lo que, efectivamente, terminará siendo más una tarea del próximo Gobierno que del saliente.
“Salvo una crisis global, veo poco probable que el Banco Central vuelva a bajar la tasa este año”
-Usted también espera que el Banco Central suba su proyección de inflación para este año, que ahora está en 3,6%. ¿Hay una amenaza inflacionaria?
-Una parte importante del partido contra la inflación se ha ganado, pero esto aún no termina. Todavía las expectativas de inflación, sobre todo a uno y dos años, se mantienen por encima del 3% y, eventualmente, la ayuda de la caída reciente del tipo de cambio en materia inflacionaria, puede ser efímera. Y con una brecha de capacidad ya cerrada, una demanda interna algo más dinámica no necesariamente favorece. Probablemente el Banco Central va a elevar el pronóstico de inflación a una cifra algo superior al 4%.
-¿Se acabaron las bajas de tasas este año?
-Salvo una crisis global, veo poco probable que el Banco Central vuelva a bajar la tasa de política monetaria este año. Lo más probable es que tengamos un Banco Central con un sesgo súper neutral y quizás, incluso, con algún tono algo restrictivo. Algo ya dejó entrever en el último comunicado. Pero ese es un mensaje muy data dependiente de la gran incertidumbre externa y también de la evolución doméstica.