Guerra en Medio Oriente: una fuente persistente de incertidumbre geopolítica
Recientes acontecimientos abren la puerta a una distención de los conflictos en esta crítica región para el comercio mundial, pero actores del mercado no descartan una escalada bélica mayor en 2025.
Por: Francisca Guerrero | Publicado: Lunes 16 de diciembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Mortifero y destructivo ha sido el conflicto bélico que ha ensombrecido a Medio Oriente durante este año que acaba. Sin un desenlace claro en varios de los focos del conflicto, que solo en la Franja de Gaza ha implicado el deceso de cerca de 45 mil personas, la incertidumbre figura como la protagonista de las perspectivas a 2025 en esta zona históricamente decisiva para las rutas del comercio mundial.
“Existen riesgos de cola gruesa durante la niebla de la guerra, con perspectivas de que la geopolítica pueda estallar en una confrontación regional con repercusiones globales, no insignificantes (los errores de cálculo abundan)”, sostiene el reporte Middle East 2025 Outlook del Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), donde agregan que “los jugadores pueden tomar la decisión estratégica de no intensificar la situación, pero pueden quedar atrapados en una espiral de escalada”.
“Los reveses geopolíticos para Irán y Rusia se traducen en ganancias netas para Israel y EEUU. Sin embargo, existe un alto grado de incertidumbre sobre cómo el nuevo régimen sirio verá a sus vecinos”, dicen en Fitch.
Economist Intelligence Unit indica que las preguntas a 2025 son: “¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el primer ministro israelí? ¿Hasta qué punto está dispuesto y es capaz Irán de montar una confrontación directa con Israel?”.
Y es que ni siquiera importantes y recientes acontecimientos, como el alto al fuego pactado entre Israel y Hezbolá en el Líbano y la caída de Bashar Al-Assad -aliado de Irán- en Siria, resultaron determinantes para allanar el camino hacia una distención de esta confrontación de alcance geopolítico. Así, Medio Oriente persiste como un foco de preocupación para actores internacionales como Estados Unidos, Rusia, Europa, Turquía e incluso China, todos con importantes intereses económicos y estratégicos en la región.
Escenarios de cara al próximo año
En ese marco, en lugar de ofrecer una proyección específica para la región, variados análisis optan por poner distintos escenarios sobre la mesa, detallando las probabilidades de que estos se concreten, pero sin animarse a descartar de plano que en 2025 se logre la paz o se avance a la temida guerra total.
Este es el caso del Economist Intelligence Unit (EIU), que en su Middle East Outlook parte por citar a Pat Thaker, su director editorial para el Medio Oriente y África: “Las tensiones son extremadamente altas en Medio Oriente mientras Israel lucha en múltiples frentes y los conflictos se prolongarán hasta 2025”.
Dicho esto, el informe procede a asignar un 55% de probabilidades al escenario de una “desescalada parcial”, lo cual implicaría un “conflicto prolongado en múltiples frentes: Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria e Irak; guerra de desgaste entre Israel y Hezbolá; Israel e Irán intercambian disparos pero con moderación; disturbios en el Mar Rojo”.
A la posibilidad de “una escalada importante” le atribuyen un 30% de posibilidad de concretarse. Este desastre se traduciría en que “Israel e Irán se quitan los guantes; ataques con misiles a gran escala y extensos en toda la región; EEUU y sus aliados participan plenamente; el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, que incluye a Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar) está bajo ataque; bloqueo comercial y petrolero en Medio Oriente”.
Finalmente, el escenario que el EIU ve menos probable, con un 15%, es el de “desescalada total”, es decir, que “la presión internacional lleva a un alto el fuego en Gaza; rehenes israelíes liberados; Hezbolá se retira del sur del Líbano; los israelíes regresan al norte de Israel; enfrentamiento entre Israel e Irán, con guerra en la sombra”.
MUFG hace un ejercicio similar en su reporte, asignando un 5o% de probabilidades al escenario de una “crisis de seguridad de escala limitada”, con “enfrentamientos en distintos frentes regionales (...), una guerra de desgaste entre Israel y Hezbolá, cuya única salida es un acuerdo de paz en Gaza (las negociaciones se prolongarán hasta 2025), y una contención regional en Oriente Medio -excepto el CCG- como principal escenario de confrontación”.
En tanto, los analistas del banco japonés asignan un 35% a la opción de una “escalada leve”, un 10% a la de una “escalada dura” y apenas un 5% a una “desescalada”.
Siria y Trump añaden incertidumbre
Por otra parte, tampoco están claras las repercusiones de la toma del poder en Siria por parte del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
En el informe La caída de Assad: implicancias regionales y globales, elaborado por Fitch Solutions, se plantea-bajo la consideración de que el régimen caído era aliado de Teherán y Moscú- que “los reveses geopolíticos para Irán y Rusia se traducen en ganancias netas para Israel y EEUU en el corto plazo. Sin embargo, existe un alto grado de incertidumbre sobre cómo el nuevo régimen sirio verá a sus vecinos y viceversa”.
Además, consignan que a nivel interno la transición en Siria “será compleja, dado que el país sigue dividido étnicamente y los partidos opositores están fuertemente armados” y que si bien HTS “ha intentado dar señales de moderación, aún tiene profundas raíces islamistas”.
Otra incógnita en juego es el rol que jugará Donald Trump una vez que asuma por segunda vez la presidencia de EEUU. De hecho, en MUFG plantean que esa es una de las claves geopolíticas que hay que seguir para comprender el curso que tomará el conflicto en el Medio Oriente (revisar infografía).
Al respecto, destacan cuatro aspectos. Primero, consideran probable que retome una política coercitiva contra Irán. Segundo, aticipan una relación más fría entre Trump y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, debido a que éste reconoció sin demora como Presidente a Joe Biden en 2021. Luego, MUFG considera probable que Trump presione a sus aliados en la región a tomar distancia de China y por último, pondría a prueba los Acuerdos de Abraham, mediante los cuales se normalizaron las relaciones entre Israel y el CCG.
En definitiva, para 2025, abundan las dudas y escasean las certezas, por lo que EIU destaca las interrogantes claves a resolver para tener una mejor idea de lo que le depara a Medio Oriente: “¿Hasta dónde están dispuestos a llegar el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su Gobierno de coalición religiosa de extrema derecha para lograr sus objetivos de seguridad nacional, política interna y geopolítica regional? ¿Hasta qué punto está dispuesto y es capaz Irán (y sus representantes) de montar una confrontación directa con Israel? ¿Y qué papel desempeñará el nuevo presidente de EEUU en la resolución de los asuntos regionales?”.