Editorial

Contra la pobreza, un compromiso país

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En entrevista con este diario, el recién asumido ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, recalcó lineamientos y objetivos del programa Compromiso País, diseñado por el actual gobierno para llegar a los grupos más vulnerables de la sociedad. Se trata de un bienvenido recordatorio sobre una realidad que, a la luz de los innegables y sólidos avances en materia social en las últimas décadas, tiene hoy escasa presencia en el debate público: un 8,6% de los chilenos vive en una situación de pobreza por ingresos.

Para el nuevo ministro, “tenemos que generar nuevas ideas, porque haciendo lo mismo de antes la pobreza se nos está quedando estancada”. En efecto, si bien poner foco en las necesidades de la clase media —como ocurre hoy en la discusión nacional— es necesario para hacerse cargo del cambio en la sociedad chilena, al mismo tiempo se corre el riesgo de invisibilizar las demandas de quienes más requieren ayuda.

Esto exige un gasto social más focalizado y eficiente, y a ello apuntan los esfuerzos de la autoridad. Además, una de las virtudes de este programa ha sido trabajar desde el inicio en estrecha asociatividad con el mundo de las empresas y la sociedad civil, un enfoque de la problemática social sin duda más prometedor —en términos de eficiencia, eficacia y sostenibilidad— que la exclusiva dependencia del Estado.

Lo anterior tiene una dimensión de gobernanza pragmática: la pobreza es un lastre para el desarrollo, una fuente de tensión y una incubadora de males sociales. Preocuparse de ella es, en más de un sentido, una forma de evitar —o al menos disminuir— problemas concretos como la conflictividad social o la delincuencia, entre otros. Pero tiene, sobre todo, una dimensión ética, que el ministro resume acertadamente en la expresión “los que se han quedado atrás también nos importan”. Una política social que aborde la pobreza desde esas dos veredas puede contribuir mucho a las posibilidades de convertirnos en un país de clase media en un futuro no muy lejano.

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