Sergio Lehmann

Crecimiento económico en jaque

Sergio Lehmann Economista Jefe Bci Estudios

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Viernes 12 de febrero de 2016 a las 04:00 hrs.
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2016 comenzó con fuertes turbulencias en los mercados financieros internacionales. Las bolsas han retrocedido de forma abrupta y los precios de commodities, especialmente el petróleo, se ubican en términos reales cerca de mínimos en 15 años. A pesar de que los fundamentos macro en economías desarrolladas no han cambiado significativamente durante las últimas semanas, la volatilidad que se ha instalado en los mercados financieros tendrá efectos negativos sobre la actividad global. Bajo este escenario, las economías emergentes han sido golpeadas con especial fuerza. El retroceso en la cotización de commodities ha reducido de forma significativa sus ingresos por exportaciones y ha deteriorado las cuentas fiscales. Como resultado, registrarán bajos crecimientos en los próximos años.


¿Cómo enfrenta la economía chilena este desfavorable escenario? Los desarrollos recientes ciertamente no han sido positivos. Esto no sólo se refiere a las cifras de actividad local, que revelan que la economía aparece aún más deprimida, sino que, más importante aún, a la ausencia de señales concretas y prácticas que contribuyan a mejorar las expectativas. En cuanto a las reformas económicas y políticas, la ya conocida falta de consensos en temas laborales y de educación, así como las discusiones apresuradas en temas clave para el fortalecimiento de la institucionalidad política, mantiene la incertidumbre de los agentes económicos. Bajo este marco, el entorno externo ha introducido mayor preocupación. Antecedentes más recientes sugieren que el precio del cobre tardará algunos años en alcanzar su valor de equilibrio, entendiendo que la demanda de cobre de China crecerá cerca de 2% en los próximos años, muy por debajo de las expansiones en torno a 10% observadas en la primera parte de los 2000s. El crecimiento mundial, en tanto, será algo menor de lo previsto, dadas las cifras más recientes de actividad que recogen un menor impulso global, los efectos propios de la alta volatilidad financiera que observamos y las dudas que genera China. Frente a ello, tendremos una mayor expansividad monetaria hacia el corto y mediano plazo, tal como ya lo han anunciado los principales bancos centrales del mundo.


Este escenario poco favorable, tanto desde el punto de vista doméstico como externo, lleva necesariamente a una nueva corrección a la baja en las perspectivas de crecimiento para Chile. Será muy difícil alcanzar una expansión de tan sólo 2%, como la que se habría registrado en 2015. Para salir de la trampa en que se encuentra nuestra economía, deben generarse las condiciones propicias para la inversión y el fortalecimiento del consumo. Para esos efectos, contribuiría la implementación de incentivos tributarios para nuevas inversiones, moderando así los impactos negativos que ha producido en este ámbito la reforma tributaria, y diseñar instrumentos más potentes para la capacitación de trabajadores con financiamiento público. Los fundamentos macro de Chile se muestran sanos, por lo que existe el espacio para ello. No debemos esperar un próximo juego para ganar la partida. Estamos en jaque, pero podemos evitar dejar caer nuestras piezas saliendo a jugar con inteligencia.

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