Padre Hugo Tagle

Santa vejez

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Martes 16 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

Todos vamos a llegar a viejos. Usted también. Entre morir joven y llegar a viejo, seguro que prefiere lo segundo. Por lo que a hacerse la idea de que tenemos que preparar bien esos últimos lustros, los que se pueden arrastrar bastante más de lo pensado. Gracias a los adelantos médicos, mejor alimentación y calidad de vida, los chilenos vivimos más largo y algo mejor. Ya se habla de una “cuarta edad”, la que comenzaría casi a los 85 años. Comprensible. Se ha alargado la vida y la posibilidad de hacer de ése un tiempo muy útil.

Me sumo a la sugerencia de aumentar la vida laboral. Quien se mantiene ocupado, es más feliz, se enferma menos, ejercita su mente y alma. De hecho, quien no trabaja, quien no se ocupa, muere lentamente, se aísla, termina solo. Sí debemos esforzarnos por hacer de nuestro trabajo fuente de alegría, sana convivencia y solidaridad. El punto es mejorar las condiciones de trabajo. Junto con alargar la vida laboral, quizá debemos pensar en acortar las jornadas. Tenemos una de las jornadas laborales más largas de la OCDE. Sabemos que nuestro rendimiento laboral es bajo. Creo que rendiríamos más si “trabajáramos menos”. Si nos concentráramos bien en lo que tenemos que hacer, aprovecharíamos mejor nuestro tiempo.

Hagamos trabajar la imaginación y demos cabida a la gente mayor en colegios, parroquias, centros comunitarios, institutos profesionales, empresas. Tanto profesional que se retira demasiado pronto del campo académico o laboral, pudiendo seguir compartiendo sus conocimientos y experiencia.

Como sociedad, deberemos hacer más espacio a los mayores; ser creativos y aumentar las posibilidades de ocupación, para que los viejos no pasen a la retaguardia sino que se mantengan vigentes.

Hay que preparar con mayor anticipación la vejez. Es responsabilidad de cada cual pero, a su vez, una responsabilidad colectiva. No todos tienen la capacidad de ahorro que querríamos. En el apoyo a una vejez digna, se muestra nuestra solidaridad como país.

Por último, una invitación a los mayores a prepararse bien para el viaje definitivo. Por mucho más tiempo que vivamos, vamos a morir. Usted también. Dios nos regala más tiempo de vida también para prepararnos para ese viaje sin retorno al que todos estamos llamados. Un anciano que reza, es más feliz; supera sus achaques, tiene el corazón en paz, se relaciona mejor con los demás. Una vejez con Dios al lado es una vejez siempre acompañada, nunca sola.

Celebramos la fiesta de la Asunción de la Virgen. Que ella nos acompañe, regale paz y un corazón solidario.

Lo más leído