Padre Hugo Tagle

No es fácil perdonar

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 24 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Tampoco lo es perdonarse a sí mismo.

Jorge Luis Borges escribió un cuento que viene muy a propósito sobre esto del perdón. En el célebre cuento "La leyenda de Caín y Abel", Borges nos regala pistas para abordar la verdadera reconciliación con el otro y con uno mismo. Cuenta el relato borgiano que ambos se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por lo que sería el paraíso y se reconocieron desde lejos. Los hermanos, en silencio, se sentaron en la tierra, hicieron fuego y comieron. A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y, recordando un hecho fatídico, pidió que le fuera perdonado su crimen. Borges remata con gran sabiduría: "Abel contestó: ¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo, aquí estamos juntos - como antes. Ahora sé que en verdad me has perdonado dijo Caín; porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar. Abel dijo despacio: Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa".

El cuento del vate argentino muestra en forma magistral la quintaescencia del perdón: el olvido total. Pero a su vez, la pesada carga del remordimiento, que alimenta y mantiene la culpa a pesar del tiempo transcurrido.

¿Qué es perdonar? ¿Qué es perdonarse a sí mismo? Nuestro tiempo hace muy difícil el perdón total, tanto a los demás como a uno mismo. Los medios de comunicación, las imágenes, mantienen a perpetuidad nuestra historia en los entresijos de las redes virtuales, en una nebulosa electrónica tan difusa como latente. Por más que queramos olvidar, no nos resulta. Al menos así nos parece. Pero no es así. El perdón a los demás y a uno mismo, son posibles y, lo más importante, necesarios. Es requisito clave para una vida sana, equilibrada, feliz.

Nunca antes habíamos estado tan conscientes de nuestra historia de éxitos y fracasos como hoy. Los recuerdos y vivencias se guardan en decenas de formatos y circulan libres por las redes, telefonía, videos e impresos. El "borrón y cuenta nueva", que hasta hace unos lustros era efectivo, hoy no vale más. "Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro", dice Oscar Wilde. Tras cada hombre y mujer hay una historia de nobleza y miseria, gracia y pecado que se nos ofrece desnuda en los medios de comunicación.

Al enfrentarnos a un futuro abierto, libre, las alternativas de mantener vivo el recuerdo se presenta tan complejo como auspicioso y alentador. El perdón con uno mismo, para luego perdonar al otro; mirarlo con humildad y honestidad.

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