Padre Hugo Tagle

Los hijos primero

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 17 de agosto de 2020 a las 04:00 hrs.
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¿Cuál es la primera responsabilidad de los padres? Los hijos. ¿Y la segunda? Los hijos. Y ya que estamos preguntando, ¿cuál será la tercera? Los hijos. Y así, siga hasta completar, o bien la cantidad de hijos que tiene, o bien la dedicación que ellos requieren.

La retención del 10% del fondo de pensiones para pago de pensiones alimenticias destapó un tema sensible como es el de su mantención. Como en muchas soluciones chilenas: hecha la ley, hecha la trampa. Usted y yo conocemos decenas de casos.

Seamos claros: los hijos son lo primero. Con ellos no se juega. No son monedita de cambio ni materia de “tiras y aflojas”. Invito a reenfocar prioridades y cuidar ese bien común, el cual no se debe minimizar nunca, menos ahora en tiempos difíciles.

Todo esto es una buena invitación a redoblar los esfuerzos por fortalecer la estabilidad matrimonial y la familia. Los efectos de su disolución están a la vista. Es cierto que en muchos casos es inevitable un quiebre e incluso aconsejable una separación, sobre todo en caso de violencia intrafamiliar. Pero vemos que lo negativo es más.

Es una pena. La estabilidad social, el bienestar, el combate a la pobreza, tienen mucho que ver con el cuidado de la familia. Abundan los estudios que concluyen que separaciones y desintegración familiar dan pie a una espiral, si no de pobreza, al menos de estrecheces, peleas, estancamiento y frustración. No es fácil mantener dos hogares. Quizá se logre, pero es claro que se pierde mucho.

El Papa Francisco ha dedicado varias audiencias al tema matrimonial. “Se ha vuelto frecuente que, cuando uno siente que no recibe lo que desea, o que no se cumple lo que soñaba, eso parece ser suficiente para dar fin a un matrimonio. Así no habrá matrimonio que dure”, nos dice. Es preocupante el aumento de separaciones. A veces, para decidir que todo acabó pareciera que basta una insatisfacción, un orgullo herido o un temor difuso.

La naturaleza humana es frágil, por lo que debemos asumir que habrá errores en una relación de toda la vida, como es la matrimonial. Nos dice el Papa: “La sensación de no ser completamente correspondido, celos, las diferencias que surjan entre los dos, los nuevos intereses que tienden a apoderarse del corazón, los cambios físicos del cónyuge, el desgaste del tiempo, y tantas otras cosas que, más que atentados contra el amor, son oportunidades que invitan a recrearlo una vez más”.

No es ingenuidad. “Donde hubo fuego, cenizas quedan”. El velar por la fortaleza de la familia y matrimonio tiene mucho que ver con un orden social justo, con progreso y paz.

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