Padre Hugo Tagle

Color esperanza

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 25 de mayo de 2020 a las 04:00 hrs.
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Junto a treinta artistas iberoamericanos, Diego Torres grabó su célebre canción “color esperanza”. Un regalo para animar y compartir alegría en este tiempo de incertidumbre y dolor.

Las redes nos han inundado de música, videos, reflexiones y clases virtuales para amenizar el tiempo, inyectar ánimo y calor; continuar el estudio, trabajo y obligaciones. Se ha mezclado con humor y mucha imaginación. La Iglesia no ha estado ajena, con misas online, retiros y oraciones. Muchos fueron arrastrados de sopetón a ser parte de un mundo informático que miraban con reticencia. Obligados a embarcarse. La vida debe continuar.

“Saber que se puede querer que se pueda / Quitarse los miedos, sacarlos afuera / Pintarse la cara color esperanza / Tentar al futuro con el corazón”, reza su pegajoso estribillo. No hay nada de inocente en apelar a la esperanza y solidaridad. Hoy son ingredientes imprescindibles para levantar espíritus agotados y superar este tiempo amargo.

Me han preguntado “¿dónde está Dios? ¿Por qué permite esto?” Y respondo: “Caminando a nuestro lado, sufriendo y cargando nuestras aflicciones, sobre todo entre los que más sufren, los más pobres y desvalidos”.

Dice la Iglesia en su carta pastoral: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (GS). Sí, no hay nada humano ajeno al corazón de Dios. Ahí donde un hombre o mujer sufren, está Él a su lado.

La verdadera y madura fe no es placebo, ni sedante. Cuando se centra en una autosatisfacción. perfeccionamiento personal prescindiendo del otro, es hipocresía, engaño.

El Dios de los cristianos camina entre los enfermos, desvalidos, sufre sus injusticias, incomprensiones, abusos. Ahí hay que buscarlo, abrazarlo y acompañarlo.

“Tal vez no podemos acercarnos físicamente los unos a los otros por miedo al contagio, pero sí podemos despertar en nosotros una actitud de cercanía con la oración, con la ayuda. Hay muchos modos de cercanía. ¿Y por qué debemos ser cercanos el uno al otro? Porque nuestro Dios es cercano, quiere acompañarnos en la vida”, nos dice el Papa Francisco.

Viviremos aún días muy duros. No dejarse abatir y ¡a quitarse los miedos! Sacar fuerzas de la tribulación para regalar y acompañarnos en la esperanza. Ella alimenta el alma, anima al servicio y solidaridad. Antídoto clave para ir en ayuda de quienes más sufren.

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