Padre Hugo Tagle

Buenos amigos

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 17 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Me han llegado al menos tres reflexiones sobre la amistad. Interesante. Un signo de que es una virtud tan anhelada como escasa. O quizá en franca recuperación y validación social.

Es sabido lo desconfiados que somos los chilenos. Todas las mediciones así lo indican. Nada para vanagloriarse. Un dato vergonzoso, la verdad. Causado quizá por el espíritu isleño y provinciano que nos caracteriza, lo que nos ha llevado a un aislamiento de otras culturas y una cerrazón ante lo nuevo. Algo nos hemos abierto en los últimos años con la ola de inmigración masiva, algo inorgánica en un principio, pero que tirando la raya para la suma, ha redundado en un gran bien para Chile.

Es de esperar que, hechas las correcciones necesarias, nos sumemos al pacto migratorio y sigamos siendo un país acogedor, de fronteras abiertas, libres. La libertad es un bien maravilloso. Pero hay que combinar el derecho a migrar con el derecho y posibilidades de los países de acoger nuevos habitantes. Que nadie se ponga nervioso. En forma ordenada, todo es posible. Los grandes ganadores son los mismos migrantes. Después de todo, lo que buscan en su nuevo país es el orden, ley y justicia que sus propios países no les han podido dar.

Y aquí otro punto. Bueno sería que las organizaciones internacionales, así como ponen exigencias a los países para acoger a los migrantes, dirigieran una voz crítica hacia los países de los cuales la gente huye. ¡Qué pena por ellos no poder dar hogar, trabajo y sustento a sus compatriotas! Sería bueno revisar las causas y corregirlas. Debe ser triste para un gobierno saber que su gente no quiere vivir más en su país, ¿cierto?

Volviendo al punto de la amistad, otro dato revelador y triste de estos años es que han disminuido los “amigos cercanos” de los chilenos. En efecto, ante la pregunta “¿Cuántos amigos cercanos tiene?” la respuesta pasó de “cuatro o cinco” a “dos o tres”. La cantidad de amigos estrechos decae, lo cual es un mal índice. El cultivo de buenas amistades es signo de vida sana, plena y feliz.

No se trata solo de “contactos”. Se trata de un cultivo cercano de la amistad, sin mediar un interés o conveniencia de por medio. Y de comenzar por cultivar amistades entre los cercanos, vecinos y colegas de trabajo. Hacemos grandes esfuerzos por mantener amistades lejanas, lo cual está bien, pero olvidamos cultivarlas entre quienes tenemos cerca.

Y ser “buenos amigos” implica trabajo. Hay que vencerse a sí mismo y tomar la iniciativa. No se da en forma espontánea. Una buena pregunta para fin de año es si hemos sido buenos amigos o no.

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