Columnistas

Nuestros vecinos chinos

María Montt Académica Instituto de Historia y Centro de Estudios Asiáticos UC, exdirectora ejecutiva Instituto Confucio UC

Por: María Montt | Publicado: Martes 12 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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María Montt

Mucho se habla de la distancia que separa a China y Chile, y son menos las veces que se habla de nuestra cercanía, temas o intereses en común. Miradas esencialistas no contribuyen a la relación, y han eclipsado en muchas ocasiones cual es efectivamente la presencia y participación de la comunidad china en Chile.

La migración china - que en sus inicios fue mayoritariamente masculina y proveniente de Cantón- en la actualidad se ha vuelto más diversa en términos de género y lugar de origen. Las hijas e hijos de estas familias son ahora parte de la sociedad chilena, presentes en distintas partes del país.

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La ocupación de las personas chinas en Chile también ha variado, ocupando cargos de distintos niveles en grandes empresas, también dueños de tiendas, de malls chinos, o en el rubro de las importaciones. Incluso en el tradicional negocio gastronómico podemos observar una creciente diversidad, desde restaurantes que sirven comida chino-chilena, a otros que venden comida “típica” de regiones chinas, o que se han ido adaptando a sus clientes o situaciones coyunturales, ofreciendo también comida japonesa, tailandesa, o chino-venezolana.

Y así como observamos una mayor heterogeneidad en la comunidad china en Chile, también se observa un aumento en el interés de las empresas chilenas por conocer a sus contrapartes chinos más allá del maquillaje. Cada día más, las empresas chilenas quieren saber sobre China, y quieren cultivar la relación con China, donde lo económico está intrínsicamente relacionado a lo político y lo social. El interés por interiorizarse con el sistema legal y comercial, ya desarrollado por oficinas de abogados y empresas que se dedican al intercambio con China, se agrega al interés por saber del contexto histórico de China, desde la historia imperial, a las décadas bajo el azote del imperialismo extranjero, hasta el establecimiento de la República Popular China y los eventos y reformas que han llevado a la China de hoy.

En este contexto nos tenemos que preguntar cómo vamos a integrar a China en el nuevo Chile y esto, yo creo, se debe hacer desde una mirada que deje de posicionar a las personas chinas como otros: las personas chinas ya son nuestros vecinos, viven a dos casas de nosotros; debemos dejar de pensar que están lejos.

A pesar de estos positivos avances en saber más sobre China, la tarea sigue pendiente. Si queremos construir un Chile mejor tenemos que conocernos más a nosotros mismos, y en ese proceso debemos incluir a nuestra comunidad china. Si nos quedamos en la idea estereotipada de la incomprensibilidad – algo que persiste en distintas representaciones de personas chinas en la televisión, por ejemplo-, no es posible establecer relaciones duraderas que permitan un lazo fructífero con personas y empresas chinas. Esto debe desarrollarse tanto desde el mundo público, como desde el mundo privado, con énfasis desde la educación.

Ya es común hablar de la importancia de China en el mundo, en América Latina y en Chile. En el contexto actual, China sigue y seguirá jugando un rol central en nuestra economía, política y comunidad, y debemos abrirnos a esa relación sin caer en reduccionismos. Las relaciones con China se van a volver cada vez más sofisticadas y complejas, y para esto, solo una mayor y mejor comprensión sobre quienes son nuestras contrapartes nos sirve.

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