Matko Koljatic

Una idea para el Mineduc

Las vacaciones son un buen tiempo para leer. Este verano decidí que no voy a comprar nunca mas un libro; comencé a usar el Kindle de Amazon.

Por: Matko Koljatic | Publicado: Jueves 17 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Las vacaciones son un buen tiempo para leer. Este verano decidí que no voy a comprar nunca mas un libro; comencé a usar el Kindle de Amazon.

Mi primer contacto con este aparato fue en un avión, hace tres años volando en los EEUU. Una señora, sentada al lado, leía algo en una especie de tableta electrónica. Por cierto, era un Kindle, el lector de libros electrónicos (e-books) que es el reemplazo electrónico de Amazon a los libros. Este dispositivo portátil permite comprar, almacenar y leer libros digitalizados. 
Kindle se conecta de forma inalámbrica a una red propiedad de Amazon, llamada Whispernet, que funciona a través de la red de telefonía móvil para descargar los contenidos o, en las versiones más recientes, a través de una conexión de Internet inalámbrica tradicional Wi-Fi. Lanzado en 2007, se han vendido trece millones de unidades hasta ahora, pesa algo así como 300 gramos, el peso de una revista, y tiene una pantalla en fondo gris y letras negras, que no refleja la luz y permite leer al sol, lo que lo hace práctico aun en la playa. A diferencia de los computadores y tabletas, la batería es de muy larga duración y si no se está conectado a Internet dura hasta un mes. Los e-books se compran y descargan en 60 segundos y hay 620.000 títulos disponibles en inglés para descargar desde Chile. Además, se puede suscribir y descargar revistas y diarios. Si Ud. no está seguro de comprar un título, se puede descargar “muestras gratis” de los libros, bajando el primer capítulo. Si le gusta, paga y compra el título completo. Los libros quedan en la memoria, pero si Ud. se equivoca y borra un libro, lo puede volver a descargar gratis, tantas veces como quiera. 
Entrevistado José Miguel Insulza, por un diario capitalino hace un par de semanas, acerca de sus hábitos de lectura, dijo ser un usuario de Kindle. Esto es lo que dijo Insulza: ‘Kindle me ha cautivado; es un sistema muy amable, especialmente el nuevo. Pasas las hojas con un golpe de dedo, puedes regular el tamaño de la lectura y cuando apagas la luz, el Kindle deja de brillar, pues no tiene luz propia. Eso lo diferencia de la pantalla del computador, que puede ser muy invasiva.” Y agregó, entusiasta: “ninguna obra que se haya publicado en inglés durante los últimos años deja de estar en Kindle”.

Apple, Sony y otras firmas han sacado aparatos para lectura digital. Sólo he probado el lector del IPad, y me quedo con el Kindle por su pantalla, ya que la experiencia de lectura es más parecida a la de un libro, en tanto el IPad es mas parecido a una pantalla de computador. Además, Amazon tiene más títulos. 
En Chile se puede comprar el aparato en la “.com” de una de las grandes tiendas y se lo despachan a domicilio. En EEUU, el Kindle más sencillo, cuesta US$ 139 y los e-books entre US$ 10 y US$ 12. Ese mismo libro en Amazon, despachado a Chile, probablemente le cueste US$ 50 entre el costo del libro, fletes, etc. Así es que si no tiene un Kindle y le gusta leer, vaya y compre uno.

Más allá de el uso personal del aparato, pienso que el Kindle tiene una proyección hacia las políticas públicas del país. El Ministerio de Educación compra millones de libros que reparte a los niños en la educación pública. Traté de encontrar la cifra del gasto en libros del ministerio en la web, pero no la pude encontrar. Por lo tanto, no sé la cifra que se gasta, pero calculo que deben ser muchos miles de millones pesos. Pienso que sería una buena idea que el ministerio comprara un Kindle para cada niño e hiciera un acuerdo con Amazon para que vinieran ya cargados los libros en formato e -book en los aparatos. Estoy seguro nos ahorraríamos muchos millones de dólares. Algo parecido puede hacerse en las bibliotecas, en las universidades, etc. Además, como el Kindle permite conectarse a Internet vía Wi-Fi, sería un acceso económico a la red, que permitiría a los niños navegar. El sistema no es tan potente como el de los computadores, pero funciona. Una entidad como el Mineduc tiene la estatura para negociar algo así con Amazon y nos pondría en la frontera del desarrollo tecnológico al servicio de la educación. 
Por último, en esta era en que el cambio climático es un tema importante, el país se estaría moviendo hacia la sociedad del futuro, evitando la tala de millones de árboles. Al fin de cuentas, un árbol equivale a nueve resmas de papel.

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