José Manuel Silva

¿El año en que viviremos en peligro?S

José Manuel Silva director de inversiones larrainvial asset management

Por: José Manuel Silva | Publicado: Miércoles 14 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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“Hay décadas en que no pasa nada y hay semanas donde ocurren décadas”, señaló Lenin alguna vez. Los últimos meses, desde el triunfo del Brexit en Inglaterra y de Donald Trump en EEUU, parecen ser uno de estos períodos, en donde es la política la que vuelve a regir el comportamiento de los mercados.

En pocos meses, con gran sorpresa para “el consenso”, se remecieron las bases sobre las que muchos inversionistas proyectaban el futuro de dos de los principales mercados financieros del mundo: Inglaterra y EEUU. Como consecuencia de ello, la moneda inglesa se ha devaluado fuertemente y el euro también. Sin duda el Brexit es el mayor desafío al proyecto generacional de integración política de Europa y su desenlace no está resuelto. Si no fuera por la potencia económica alemana, la suerte de la zona euro y su fragilizada banca ya estaría echada. El próximo año será marcado por las duras negociaciones del Brexit y elecciones en Francia, Italia y Alemania, que tendrán a los mercados con los pelos de punta.

Pero el evento más telúrico es sin duda la elección de Trump en la presidencia de la mayor potencia económica y militar del mundo, acompañado de una mayoría en el senado y la cámara baja. Al sorpresivo resultado se ha sumado posteriormente la reacción de los mercados, quienes pasaron de mirar con ojos recelosos el eventual triunfo del “trumpismo”, a celebrarlo con una fuerte alza en los precios de acciones norteamericanas. En paralelo se ha derrumbado el precio de los bonos del tesoro norteamericano (al subir su tasa de interés), tendencia que se asomaba antes de la elección, pero que se amplificó ante la posibilidad de un gran paquete reactivador apoyado por ambas cámaras, que reduzca los impuestos corporativos, inicie un plan de infraestructura, simplifique regulaciones, y en definitiva aumente el déficit fiscal en un momento en que la economía parece operar a pleno empleo y los salarios suben.

La presidencia de Trump abre un abanico de escenarios más amplio que el que abría Hillary. Desde ya porque parece tener dos almas que podrían llegar a chocar relativamente rápido, lo que sin duda espantaría a los mercados. Por un lado, se encuentra el alma “reganiana”, que ha entusiasmado al mercado. Ella incluye, sin duda, la baja esperada de impuestos y una reducción en las regulaciones que asfixian a una serie de industrias norteamericanas. También incluye una disminución en la capacidad del gobierno federal de inmiscuirse en temas que corresponde decidir a cada estado y que según los conservadores norteamericanos, la administración Obama no ha respetado. Finalmente, incluye la relevante designación del cargo vacante en la corte suprema por alguien equivalente al fallecido juez conservador Antonin Scalia.

Por otro lado está el alma “populista-nacionalista”, la del muro con México y la de los encendidos discursos anti inmigrantes. La de la amenaza proteccionista, que de llevarse a cabo podría afectar fuertemente la economía global, echando para atrás décadas de liberación del comercio. La de la fuerte retórica anti china, sazonada por muchas charreteras en el gabinete, que puede desencadenar un gallito con una potencia nuclear que desea también confirmar su nuevo estatus de potencia económica. Por ahora el mercado parece querer ignorar esta alma. Ello parece poco razonable y Trump deberá entregarle algo a las huestes que el mismo despertó.

En cualquier caso, los mercados emergentes y nuestra región en particular, enfrentarán un escenario desafiante, con mayores tasas de interés, posibilidades de embates proteccionistas y probablemente menores flujos de capitales e inversión hacia ellos. En ese contexto, diferenciarse de la manada será clave. Los emergentes que sobresaldrán serán aquellos que muestren disciplina, capacidad de hacer reformas y pocos desequilibrios financieros. En ese sentido, nuestro país vivirá este complejo escenario internacional en la mitad de una campaña electoral que promete ser acalorada. Probablemente se volverán a discutir las bases que han hecho de Chile la sociedad más exitosa de la región (si no es así por qué llegan tantos inmigrantes) y algunos volverán a plantear que de la constitución para abajo todo está en juego. Si el mundo político cae en eslóganes fáciles, el segundo semestre puede ser mucho más volátil de lo que ya se puede esperar como consecuencia del “nacional populismo reganiano”.

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