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¿Estamos listos para viajar en Metro otra vez?

Michael Skapinker

Por: Michael Skapinker | Publicado: Lunes 17 de agosto de 2020 a las 04:00 hrs.
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Michael Skapinker

No tengo miedo de regresar a la oficina. El desinfectante de manos en la puerta, la limpieza de la oficina y el límite de la cantidad de personas en el edificio me mantendrán a salvo. Lo que me da miedo es el trayecto hasta la oficina.

Nunca tuve quejas sobre el Metro de Londres. Sabía dónde pararme para evitar que la multitud me aplastara. Me pasaba todo el camino leyendo. Dondequiera que esté, intento utilizar el transporte público para conectarme con la ciudad y su gente.

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Pero por el momento me estoy alejando de la gente y la gente se está alejando de mí. Aunque la ocupación del Metro de Londres ha repuntado desde que se relajó el confinamiento en el Reino Unido, el número de pasajeros a fines de julio seguía siendo un 76% menor en comparación con el año pasado.

El Metro de Nueva York ha registrado caídas casi idénticas. En Tokio, el número de pasajeros del Metro ha registrado un aumento desde su punto más bajo en abril, pero aun así era un 36% menor a fines de julio.

El Metro siempre ha tenido el potencial de hacer que lo cotidiano parezca aterrador. Aunque la mayoría de los viajes transcurren sin incidentes, cualquier cosa repentina y adversa nos recuerda que estamos restringidos, o atrapados bajo tierra, muy lejos de la seguridad de las calles.

Desde hace mucho tiempo, los cineastas han sabido explotar esto. En la película de 1967 El Incidente, dos patanes intimidan a los pasajeros nocturnos del Metro de Nueva York, dejándolos atrapados al trabar la puerta con un zapato. En La captura del Pelham 1-2-3, una banda de extorsionistas secuestra un Metro y comienza a asesinar a los pasajeros cuando el dinero que exigen tarda en llegar.

Los asesinos de la vida real también conocen el potencial del Metro para el terrorismo. El atentado con gas sarín en 1995 en el Metro de Tokio y los atentados con bombas en el de Londres en 2005 son prueba de ello. La idea de contagiarse de Covid-19 es suficiente para ahuyentar a los pasajeros y mantenerlos en casa.

Las consecuencias financieras son nefastas para las compañías de Metro, las cuales están intentando persuadir a los viajeros de que los viajes son seguros.

Transport for London, que opera el Metro de Londres, señala una investigación preliminar del Imperial College en junio que reveló que las muestras tomadas de las máquinas expendedoras de boletos y los pasamanos en tres estaciones estaban libres de coronavirus.

La Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA, su sigla en inglés), responsable del Metro y los trenes de Nueva York, está sustituyendo los filtros de aire cada 36 días en lugar de cada 72.

Tanto el Metro de Londres como el de Nueva York están probando el uso de luz ultravioleta para desinfectar estaciones y trenes. Una prueba con luz ultravioleta en los pasamanos de las escaleras mecánicas en la estación de las Terminales 2 y 3 de Heathrow desde mayo ha tenido tan buenos resultados que se están solicitando licitaciones para ampliar el servicio.

El Metro de Tokio ha estado rociando vagones con un compuesto a base de plata fina, haciendo uso de las propiedades antimicrobianas de la plata para eliminar el virus de las superficies. En todas partes, los Metros han intensificado su limpieza.

Algunos de los proyectos más interesantes tienen el propósito de explicarle a los pasajeros cuán congestionados están los trenes.

El Metro de París está aprovechando la colaboración abierta, o crowdsourcing, pidiéndoles a los viajeros que reporten mediante una aplicación el nivel de ocupación de los vagones en que viajan.

La MTA dice que su Ferrocarril de Long Island brinda información en tiempo real sobre cuán abarrotados están los trenes midiendo el peso de la carga útil de cada vagón.

Al final, espero que dos cosas nos hagan regresar a los Metros: que nuestros empleadores insistan en que tenemos que regresar a la oficina bajo pena de perder nuestros empleos; o que el virus ya no represente una amenaza.

Como Financial Times es flexible con respecto al trabajo desde casa y aún falta tiempo para que esté disponible una vacuna, dejaré mi tarjeta del Metro en el cajón por el momento. Pero sé que algunos no pueden darse ese lujo.

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