Enrique Manzur

Elecciones: entre el deber y la libertad

Por: Enrique Manzur | Publicado: Jueves 28 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Existe fundada preocupación por el escaso nivel de participación observado en las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias desarrolladas bajo el esquema de inscripción automática y voto voluntario. De hecho, estas se convirtieron en las elecciones con menor participación desde el retorno a la democracia.

Más allá de las consideraciones políticas, resulta interesante comparar las características y efectos de los mecanismos de inscripción. Anteriormente, existía un modelo de inscripción voluntaria y voto obligatorio que se había caracterizado por una paulatina reducción y envejecimiento del padrón electoral, explicado principalmente por el bajo interés y disposición de los jóvenes a inscribirse. Por ello, fue tomando fuerza la idea de establecer la inscripción automática.

Hoy, resulta paradójico que la modificación en el mecanismo de inscripción electoral, que buscaba aumentar la participación de la ciudadanía, terminó finalmente por reducirla.

Sin embargo, no fue un resultado tan inesperado, de hecho en esta misma columna en enero 2009 señalé: “la inscripción automática sumada al voto voluntario no asegura que aumente el número de votantes”, ello pues si bien con la inscripción automática se incrementaba significativamente el número potencial de votantes, por otro lado, el voto voluntario abría una incógnita respecto a la participación efectiva global.

La evidencia empírica mostró que el efecto de la voluntariedad del voto fue más fuerte que el de la inscripción automática. Por ello, han surgido varias voces que sugieren restablecer la obligatoriedad del voto. Sin embargo, dicho argumento es criticado, porque terminaría forzando a las personas y negándoles todo nivel de libertad respecto de su decisión de participar.

Una opción que promueve la participación, pero que respeta la libertad individual sería el mantener la inscripción automática y establecer la obligatoriedad del sufragio permitiendo la posibilidad de desinscribirse. En otras palabras, si hoy alguien no quiere participar basta con que no asista a votar, con este cambio también podrá restarse del proceso pero deberá hacer previamente el trámite en el Servel. Nótese que en la opción sugerida, si la persona no hace nada tendrá la obligación de votar. Lo anterior, es un clásico ejemplo de la Arquitectura de las Opciones planteada por el economista conductual Richard Thaler que plantea que es posible guiar las decisiones de las personas hacia las alternativas que son consideradas socialmente favorables, sin que ello implique restringir totalmente su libertad.

En particular, el mecanismo sugerido se basa en la tendencia de las personas a no elegir u optar y, por ende, a favorecer la opción por omisión o default, que en este caso sería estar inscrito y tener la obligación de votar.

Obviamente, habrá ciudadanos que realizarán el trámite para desinscribirse, pero con seguridad serán muchos menos de los que no se inscribían cuando la inscripción era voluntaria.


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