Enrique Manzur

Cambios en el sistema de admisión universitaria

Por: Enrique Manzur | Publicado: Jueves 27 de enero de 2011 a las 05:00 hrs.
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DURANTE EL proceso de Admisión Universitaria 2011, se generó un interesante debate sobre los diferentes mecanismos de postulación y selección que aplican las universidades tradicionales y privadas. Las primeras, agrupadas en el Consejo de Rectores (Crunch), utilizan un proceso integrado donde los resultados son de dominio público y existe conocimiento previo de los cupos ofrecidos por carrera, además de respetar estrictamente el orden en base al mérito reflejado en el puntaje ponderado del postulante. En el caso de las universidades privadas, cada institución establece el procedimiento y los requisitos para sus carreras.

Lo primero que hay que entender es que la distinción entre universidades tradicionales y privadas no cumple con un requisito básico de cualquier clasificación: contar con un cierto grado de homogeneidad al interior de cada grupo. Por el contrario, en el Crunch coexisten instituciones muy diversas, las hay estatales y privadas, laicas y confesionales, con producción científica y sin ella, de alta y baja selectividad, entre otras múltiples características diferenciadoras. Algo similar ocurre con las universidades privadas, que presentan una alta variedad de proyectos y visión educativa.

Dada esta diversidad parecería razonable que exista una instancia de deliberación colectiva que permita una mayor coordinación entre todas estas instituciones. Por otro lado, resulta entendible que las Universidades agrupadas en el Crunch se resistan a integrar a las Universidades Privadas, sobre todo si ello se traduce en repartir el ya exiguo Aporte Fiscal Directo (AFD) entre más participantes. Por ejemplo, en el caso de la Universidad de Chile el AFD representa menos de un 10% del presupuesto global de la institución, ello a pesar de ser la principal Universidad Estatal del país.

En este sentido, la propuesta del Consejo de Rectores de abrir el sistema de admisión a las universidades privadas, en igualdad de condiciones, va en la dirección correcta e iría en directo beneficio de los postulantes y la transparencia y eficiencia del sistema. Otro foco de crítica ha sido la validez y pertinencia de la PSU como instrumento de selección universitaria, en particular por estar altamente correlacionada con el nivel socioeconómico y tipo de establecimiento educacional, brecha que se ha ido acentuando a través del tiempo.

En esta línea, destaca la incorporación de sistemas de admisión complementarios como el asociado a las Becas de Excelencia Académica (BEA), que otorga cupos especiales a alumnos de colegios municipales y subvencionados que estén en el 5% superior de su generación de egreso, permitiéndoles ingresar a la carrera de su preferencia con un puntaje algo inferior al puntaje de corte del proceso regular. En el caso particular de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el desempeño de los alumnos ingresados por esta vía es similar al de quienes ingresan directamente por PSU y que en promedio ponderan 30 ó 40 puntos más. De hecho, para los alumnos que ingresan por vía regular las notas de enseñanza media muestran una mayor validez predictiva de su desempeño que el puntaje PSU.

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