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DF Tax | ¿Una nueva reforma?

Bárbara Neyra, socia de Schwencke & Cía.

Por: Bárbara Neyra. | Publicado: Jueves 15 de octubre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Bárbara Neyra.

Hace unas semanas atrás se anunció por Hacienda que durante este mes se convocaría a una mesa de expertos que asesore al ministerio en el diseño de una nueva hoja de ruta de nuestro sistema tributario.

El desafío de esa comisión no es menor, ya que además de la revisión del sistema, el objetivo de esta comisión es aumentar la carga de impuestos en Chile en 5 puntos porcentuales, aumentando la recaudación actual de un 20% del PIB a un 25%, promedio de recaudación de los países OCDE. Adicionalmente, se deberá analizar un mecanismo que no sólo considere este aumento en la recaudación, sino que dicho mecanismo no debe entorpecer el crecimiento.

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Al respecto, lo primordial es no sólo mirar fórmulas que permitan este incremento de la recaudación, sino lo más importante efectuar un diagnóstico de la situación actual de Chile, la cual dista mucho de sus pares de la OCDE de acuerdo al último informe económico emitido por este organismo el 2018. En base a ese informe, se aprecian dos grandes brechas de Chile en comparación a los demás países de la OCDE, y que se vinculan a la recaudación de Impuesto a la Renta.

En el caso de Impuesto de Primera Categoría, la recaudación de Chile corresponde a un 4,66% del PIB, mientras que el promedio de la OCDE corresponde a un 2,99% del PIB. Como contrapartida, a nivel de impuestos personales la recaudación de Chile corresponde a un 1,41% del PIB, en comparación al promedio de 8,3% de recaudación del PIB de los países miembros de la OCDE.

Lo anterior otorga una primera luz de alerta de hacia dónde deben apuntar los esfuerzos de esta nueva hoja de ruta, ya que claramente esto nos demuestra que la respuesta a una mayor recaudación del PIB no va de la mano de mayores impuestos a las empresas -lo que ha demostrado impacta directamente en la inversión y crecimiento- sino que en diagnosticar por qué la recaudación a nivel de impuestos personales es tan baja y, en base a ese diagnóstico buscar medidas eficientes.

Lo primero que podría pensarse en este caso, es que la baja recaudación podría estar dada por el bajo porcentaje de personas que se encuentran afectos a impuestos, ya que la gran mayoría de trabajadores perciben sueldos e ingresos inferiores al primer tramo afecto. Esta masa de personas exentas de impuesto representa, de acuerdo al informe de la OCDE a 2018, cerca del 76% de los contribuyentes.

¿Implica esto que se deben modificar los tramos? A simple vista podría pensarse que sí, pero tampoco hay que olvidar otra realidad a nivel de ingresos, que es la desigualdad existente en materia de distribución del PIB, por lo que en este caso no necesariamente se trata de un problema de "tramos" de impuesto, sino que da la estructura de sueldos y remuneraciones existente, lo que requiere un examen más profundo y más a largo plazo que una simple modificación a nuestro sistema tributario.

Entonces, ¿qué nos queda para incrementar la recaudación a nivel de impuestos personales? Claramente nuestra solución en la década de los 80 de desintegrar el sistema es un modelo que, a estas alturas, no resiste demasiado análisis. Es este modelo el que, en la práctica, permite que a nivel de impuestos personales, en tramos afectos a impuesto, se rebaje la recaudación total, ya que al permitir el uso del Impuesto de Primera Categoría como crédito, necesariamente se reduce el impuesto final recaudado por el Fisco, ya que sólo en caso que la tasa efectiva aplicada en estos casos supere al crédito se obtendrá una recaudación y, en caso contrario, se devolverán los impuestos correspondientes.

Ciertamente la desintegración del sistema genera controversia, porque implica necesariamente un incremento a nivel de impuestos personales, pero, ¿no será el momento de modernizar y simplificar definitivamente el sistema? Frente a una realidad que no podemos desconocer, ciertamente que la ventana y oportunidad de mayor recaudación debe apuntar hacia los impuestos personales, no a nivel corporativo por el efecto en la inversión y crecimiento, y menos a nivel de impuestos al consumo, los que son altamente recesivos.

Por otra parte, también existen brechas de baja recaudación en comparación a los demás miembros de la OCDE a nivel de "impuestos verdes", por lo que esa es otra oportunidad a explorar.

Finalmente, algo que no es menor, además de la evidencia de modernizar nuestro sistema tributario a nivel de impuestos personales, esperemos que la comisión que forme el ministerio no sólo esté compuesta por expertos del mundo académico, sino por asesores o expertos que entiendan la realidad de los contribuyentes, ya que en los últimos 7 años hemos experimentado tres sistemas de tributación distintos a nivel de impuesto corporativo, todos ellos de alta complejidad, que han demostrado problemas de adaptación y realidad práctica, con fallas de técnica legislativa que implican reformas a reformas o bien la emisión de circulares-ley por parte de Impuestos Internos.

Esperemos que esta vez la academia y la calle se encuentren, se adopten medidas reales de recaudación dejando de lado los populismos y que, por fin, la tercera sea la vencida.

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