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DF Tax | Que la tributación por tipo de cambio no lo desconcentre de sus objetivos de inversión

Santiago Munita del Valle, abogado y socio de Noosa Capital

Por: Santiago Munita del Valle | Publicado: Jueves 23 de enero de 2020 a las 04:00 hrs.
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Santiago Munita del Valle

Durante 2018 el dólar subió 13%, desde $614 a $694, esto es $40 ó $50 pesos más arriba que lo que pronosticaban los principales bancos de inversión de Chile. En esa oportunidad hablamos sobre la importancia de tener bien estructuradas la parte de las inversiones en activos extranjeros o en dólares, ya que una apreciación del dólar durante un ejercicio significa una utilidad para aquellos que llevan sus inversiones a través de sociedades locales con contabilidad en pesos, sin importar si se venden o no, a diferencia con lo que ocurre con la ganancia de capital, en que sí tiene que haber una enajenación o una venta para que se produzca el hecho gravado.

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Así, un inversionista que tiene un portafolio con activos en dólares, a través de una sociedad local con contabilidad en pesos, tiene que considerar que la variación del dólar con respecto al peso tendrá un efecto tributario en sus inversiones sin importar si mira y analiza la rentabilidad de ese portafolio en dólares.

Año a año tendrá un resultado generado directamente por los activos del portafolio en dólares, y otro componente de resultado que proviene de la variación del tipo de cambio y que pueden ser utilidades o pérdidas, independiente del desempeño de los activos subyacentes.

Muchos son reticentes a adoptar estructuras con contabilidad en dólares cuando el tipo de cambio está "alto", ya que esperan que al período siguiente el dólar "se devuelva". Sin embargo, el 2019 nos recordó que estas apuestas pueden jugarnos en contra. De hecho, el año recién pasado el dólar se apreció 8% adicional, subiendo desde $694 a $748, lo que significó una utilidad adicional a reconocer en Chile por las inversiones extranjeras en dólares si las mismas aún estaban bajo estructuras con contabilidad en pesos.

Para los inversionistas y también para los mismos asesores, establecer estructuras con contabilidad en dólares o que no estén afectas a la corrección por variación de tipo de cambio es una decisión difícil de tomar, ya que es imposible predecir como finalizará el dólar cada año, y siempre estará el fantasma de si la decisión de haber adoptado contabilidad en dólares fue hecha en el momento correcto.

Sin embargo, al organizarse de manera eficiente, los inversionistas al menos quitan una de las variables tributarias en los temas de inversión y pueden concentrarse en su principal objetivo, que es la correcta administración de sus inversiones. El período 2019 nos dejó ese recordatorio.

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