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Conexión a China | Beijing está intensificando su diplomacia de castigo

Jamil Anderlini Financial Times

Por: Jamil Anderlini | Publicado: Martes 13 de octubre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Jamil Anderlini

Sólo dos días antes de que el Presidente Xi Jinping tuviera programado hablar con la canciller Angela Merkel en septiembre, China bloqueó todas las importaciones de carne de cerdo provenientes de Alemania.

La razón aparente fue la muerte de un solo jabalí alemán a causa de la peste porcina africana, una enfermedad que ya es endémica en China. Pero algunos analistas llegaron a una conclusión diferente. Para ellos, esto representó el más reciente ejemplo de la diplomacia comercial coercitiva de Beijing, una faceta en evolución del arte de gobernar chino que ha llegado a dominar las relaciones con varios países.

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Esta coerción nunca se reconoce del todo públicamente. Pero estas acciones casi siempre están dirigidas a naciones que recientemente han contrariado a Beijing; y están destinadas a forzar un cambio en la política o en el comportamiento. El bloqueo de las importaciones de carne de cerdo fue una advertencia a Berlín para que no se uniera a la campaña de Washington para aislar a Beijing, y para que dejara de criticar el historial de derechos humanos de China.

Australia ofrece un ejemplo instructivo. Los lazos chino-australianos han estado fríos durante algún tiempo, pero empeoraron en abril después de que Canberra pidió una investigación independiente de los orígenes y del manejo inicial del coronavirus. En pocas semanas, China había prohibido las importaciones de carne vacuna de varios grandes proveedores australianos debido a los "requisitos de etiquetado y certificado". A esto le siguieron impuestos "antidumping" a la cebada australiana, investigaciones de las importaciones de vino australiano, y advertencias para que sus ciudadanos no viajaran a Australia.

Otros "blancos" han sido Filipinas y Japón debido a brotes en las disputas territoriales; Suecia por las críticas al historial de derechos humanos de China; el Reino Unido y Mongolia debido a las visitas del Dalai Lama; y Corea del Sur porque quería instalar un sistema de defensa antimisiles construido por EEUU.

Las medidas extralegales, posiblemente negables, están diseñadas para evitar que se presenten casos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Beijing ha expandido enormemente la práctica, con más de la mitad de los ejemplos identificables desde 2010 ocurridos en los últimos tres años. Esto se debe a que la táctica funciona.

Hay límites para tal coerción. Utilizar el comercio y el acceso al mercado como arma política puede dañar tus propias compañías y economía. La coerción aniquila la confianza y empuja a los países a diversificarse apartándose de China para hacerse menos vulnerables a la coerción.

Esto ya está sucediendo con Corea del Sur, con Japón y con Taiwán.

Lo que se necesita actualmente es un mecanismo multilateral para que los países estudien ejemplos de esta coerción. El siguiente paso es que la Unión Europea (UE), EEUU y otras democracias formen un frente unido y que formalmente acuerden que no permitirán que se les enfrente entre sí cuando los países individuales sean "castigados" por Beijing.

Pero hasta ahora, los beneficios de la diplomacia comercial coercitiva han superado los costos.

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