Camila Sánchez

El Talón de Aquiles del emprendedor regional

Camila Sánchez Directora de Emprendemos +

Por: Camila Sánchez | Publicado: Martes 19 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Hace unos días me tocó conocer a Andrea Curumilla, oriunda de la isla de Chiloé, quien es la cabeza de la Cooperativa Campesina de Punta Chilén, cerca de Ancud.

En los años noventa, se dieron cuenta de que el ajo se daba muy bien en el sector, tal como la papa. Muchos chilotes tienen pedazos de tierra reducidos, por lo que plantar ajo es altamente productivo, dado el poco espacio que necesita y porque, además, alcanzan un gran tamaño. Se apoyaron en la cooperativa como comunidad y llegaron a innovar con la pasta de ajo.

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Gracias a Indap, pudieron comenzar a vender en ferias en Santiago y capacitarse para mejorar el producto, ofrecer distintos formatos y ampliar al ajo ahumado. De a poco, y con la ayuda de instituciones como Sercotec, hoy han llegado a vender en ferias gourmet y tiendas especializadas a lo largo del país. Incluso vendieron a Estados Unidos por dos años y visitaron numerosas ferias internacionales, como Expo Milán. Hoy tienen una variedad considerable de productos interesantes como el “pitón de ajo”, que antiguamente se botaba (es el tallo del ajo) y tiene un sabor parecido al espárrago.

Sin embargo, no han podido entrar a vender en supermercados, ya que no tienen los contactos para llegar a ellos. Además, la distribución se les hace cuesta arriba por lo caro que significa estar lejos de Santiago. Lamentable y paradójico, porque en este caso la pasta de ajo es producida en la isla por una cooperativa de campesinos que generan impacto positivo, ayudan a los agricultores de la zona para que no emigren a la ciudad y además se cuiden las semillas, lo que usualmente describe un “comercio justo”, pero por lejanía no les queda otra opción que buscar ayuda en el centralismo capitalino.

Si no se trasladan a puntos de distribución y se buscan contactos para ingresar a supermercados, el negocio no sigue creciendo. Entonces, tenemos a varios actores que participan fructíferamente en apoyar a los emprendedores —como Indap, Sercotec, ProChile y otros—, pero, ¿quién facilita los reales contactos que se requieren para crecer y que ahora existen sólo para algunos? ¿Está realmente el ecosistema emprendedor conteniendo las necesidades de aquellos que quieren desarrollarse lejos de la capital?

Para que un país sienta real orgullo de ser promotor del emprendimiento, debe hacerse cargo de todos sus dolores. Podemos sentirnos orgullosos de apoyar a emprendedores chilotes o de regiones, pero debemos colaborar mejor en la cadena de comercialización, la cual es su Talón de Aquiles y donde más deberíamos aplicar el “comercio justo”, que tanto abunda en boca del ecosistema desde hace un tiempo.

Esto va más allá de comprar a buen precio, sino que supone elegirlos sabiendo la dificultad que implica llegar a estanterías del retail, abriéndoles canales con contactos y apoyo logístico. Así tendríamos un mercado de emprendimiento más variado, más inclusivo y con muchas Andreas triunfando gracias a su trabajo.

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