Andrés Meirovich

Vámonos al carajo un rato

Andrés Meirovich Managing Director Genesis Ventures

Por: Andrés Meirovich | Publicado: Viernes 12 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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En la columna de febrero comentamos el lanzamiento del fondo de inversión de Softbank, con foco en Latinoamérica y tamaño de US$ $ 5 mil millones. Softbank estaba buscando un lugar donde instalar sus headquarters y eran muchas las ventajas que tenía para Chile que se instalara en nuestro país. Después de un roadshow de dos meses por Miami, Buenos Aires, Ciudad de México, San Pablo y Bogotá, ayer se comunicó que las ciudades elegidas serán Miami y San Pablo.

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Decepción, tristeza. No solamente porque Santiago quedó fuera de la elección, sino porque ni siquiera hicimos un intento por contactarlos ni menos motivarlos a que evaluaran Santiago como posibilidad. El resto de las ciudades se la jugaron con todo, siendo hasta recibidas por los respectivos Presidentes de la república. Según Oxford Economics, el impacto potencial de este fondo en Chile podría haber sido de US$ 35 mil millones, siendo estos varios puntos del PIB, sumado a que podría haber puesto a Chile como centro financiero regional.

Esto nos lleva a un análisis más profundo. ¿Desde cuándo perdimos el foco, desde cuándo el marketing le ganó a la realidad, desde cuándo nos regulamos por las encuestas de los días lunes? El problema de Chile no es la macroeconomía, es la desidia que tenemos para hacer cosas distintas. Queremos marcar el paso, no cometer ningún error por miedo al qué dirán. Ser reelectos. Nos gustan los flashes y las “chapas” que nos dan ciertos cargos, dar charlas por todo el mundo, pero no estamos dispuestos a desarrollar proyectos de largo plazo. Ninguno.

Qué envidia siento por el país que éramos a principios de los noventa, cuando las ganas de ser jaguares nos ayudaron a crear grandes obras públicas, el modelo de concesiones, reformas tributarias procrecimiento, modificaciones al mercado de capitales, etc. Ya no somos los jaguares, las proyecciones hablan de un crecimiento para los próximos años de un 3%. Perú, Colombia y México nos acortan el paso.

Algunos dirán que es culpa del precio del cobre, pero la realidad no es ésa. Es culpa absolutamente nuestra. No hemos sido capaces de poner nuestras ganas y convicciones para tener éxito en el largo plazo. Mientras hoy discutimos meses sobre la idea de legislar en la reforma tributaria, o mientras la bandera de lucha de una ex candidata presidencial es “primero a los super ricos”, lugares como Miami y San Pablo están atrayendo capitales para desarrollar la industria del emprendimiento, democratizando el acceso a financiamiento a empresas que no tienen cabida en la banca tradicional.

Tenemos aún muchos proyectos pendientes de aprobar, como el “fondo de fondos” elaborado por Corfo, la reforma a la Ley de I+D , los convenios entre los entes reguladores de Chile y del mundo, etc. Estos siguen durmiendo el sueño de los justos, cuando serían un tremendo aporte para el desarrollo de nuestro mercado financiero.

Necesitamos inversión, no teoría. Por eso, vámonos un rato al carajo y pongámonos en serio a liderar la locomotora para los siguientes 20 años.

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