Banca & FinTech

SGR ligada a exsubsecretario del Trabajo entra en proceso de reorganización judicial

Entre los acreedores están Penta Vida, Security, BancoEstado y BTG Pactual.

Por: N. Cáceres y V. Vera | Publicado: Martes 15 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Mauricio Jélvez Socio gestor de Pymer Foto: Agencia Uno
Mauricio Jélvez Socio gestor de Pymer Foto: Agencia Uno

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La industria de sociedades de garantía recíproca vuelve a remecerse. Tras el caso de Confianza en octubre de 2017, empresa ligada al exintendente de la Región Metropolitana, Marcelo Trivelli, ahora surge otra entidad que experimenta dificultades financieras. Se trata de Pymer, que está ligada al exsubsecretario del Trabajo (2008-2010) y vicepresidente del Centro de Estudios del Desarrollo, Mauricio Jélvez y a Iván Bravo.

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Los abogados de la compañía solicitaron la apertura de un acuerdo de reorganización judicial para evitar la quiebra y poder saldar sus compromisos con los acreedores que tienen. Algunos de ellos serían BancoEstado, Security, BTG Pactual, Penta Vida, y fondos de inversión privados.

De acuerdo a los antecedentes del caso, Pymer inició sus operaciones comerciales en marzo de 2012. El monto de afianzamiento acumulado desde esa fecha a la actualidad asciende a UF 5.048.938 -que equivalen a aproximadamente a US$ 200 millones- atendiendo a casi 700 pymes y realizando 3.433 operaciones de afianzamiento.

Las cuatro causas

Según el escrito presentado, los problemas de Pymer se iniciaron debido a una supuesta inestabilidad en las reglas del juego en que ha operado esta industria, que en sus inicios fue impulsada por Corfo.

Esto quedaría en evidencia porque “en 10 años de existencia de la industria se han aplicado cinco programas diferentes”, afirmó Pymer.

El panorama de “incertidumbre regulatoria” generó cuatro efectos según Pymer. Primero, en los últimos tres años se presentó una estrechez en la disponibilidad de fondos de garantía para atender la demanda, que en un contexto de menor dinamismo, las SGR “poseen el atributo de ser un instrumento contra cíclico ante las restricciones en la banca tradicional”.

La segunda causa apunta al rol de Corfo “imponiendo un cierto abandono que hizo imposible ajustar las condiciones de funcionamiento que le dieran viabilidad”.

También se sumó como factor el cierre de cinco SGR, e inevitablemente se generó “un efecto contagio dentro de los stakeholders quienes han endurecido las exigencias de operación para la instituciones de garantía que conforman la industria”.

Finalmente, añadió la existencia de una caída importante en la oferta de acreedores financieros, ya sean bancos u otras entidades que operan con certificados de fianza. Esto quedaría demostrado que entre 2017 y 2019 el monto de los certificados cayó un 20%.

En relación a la oferta, Pymer sostuvo que desde hace dos años había nueve bancos que tenían líneas abiertas de financiamiento para las pymes a través de las SGR, ahora sólo quedan Security y BancoEstado.

“De no mediar un cambio favorable por parte de la Corfo que redefina reglas del juego que hagan posible la sustentabilidad de la industria, cuestión que está en desarrollo”, este negocio no volvería a tener el impulso de antes, afirmó.

Deterioro financiero

Todos estos inconvenientes llevaron a un deterioro de la firma en términos financieros. Las utilidades de la compañía cayeron desde los $ 458 millones en 2017 a $ 149 millones, “proyectándose pérdidas para el presente ejercicio debido a su caída en los ingresos”.

La SGR explicó que el desgaste financiero “se debe a la carencia de acreedores para seguir manteniendo un nivel de equilibrio en su actividad”.

Pymer aseguró que este factor afecta a toda la industria, pero que en su caso particular “se hace más crítico como consecuencia de su menor tamaño”.

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