Los cuatro desafíos de Luis Gallego como CEO de IAG

El directorio de IAG anunció la semana pasada el nombramiento de Luis Gallego como futuro director ejecutivo del holding surgido por la fusión de British Airways e Iberia, en sustitución del ejecutivo irlandés Willie Walsh.

El ascenso de Gallego, quien es ahora presidente de la filial Iberia, se formalizará el 26 de marzo, poniendo fin a una etapa de nueve años en la que Walsh promovió la creación de IAG y encabezó su posterior consolidación como líder del sector aéreo en Europa, comprando otras empresas como Aer Lingus, Vueling y Air Europa.

La designación de Gallego por delante de otros candidatos internos se interpreta como un reconocimiento a su labor en Iberia durante los últimos cinco años. El directivo reestructuró la antigua aerolínea española, mejoró su rentabilidad y logró al final de 2019 pactar la adquisición de su rival español Air Europa, derrotando en el proceso a Air France.

Según afirmó Antonio Vázquez, presidente del grupo, “Luis ha liderado una profunda transformación en Iberia”.

Continuidad

La cotización de IAG subió 2% en las bolsas de Madrid y Londres, con los analistas esperando continuidad al trabajo de Walsh, un directivo muy bien considerado en la City londinense. Según Stephen Furlong, de Davy Stockbrokers, “Walsh ha edificado IAG como un portafolio de diversas compañías operativas. Tiene una de las mayores rentabilidades de las aerolíneas de bandera y es una máquina de liquidez, al haber retornado 4.100 millones de euros (US$ 4.500 millones) a los accionistas desde 2015”.

Daniel Roeska, analista de Bernstein Research, considera que “el nombramiento de un candidato interno podría significar continuidad, algo que es bienvenido”.

Desafíos

Pese a la sólida situación financiera y operativa de IAG, grupo que ahora vale casi 15 mil millones de euros en bolsa, no van a faltar desafíos para su nuevo primer ejecutivo.

El primero es afrontar el potencial impacto del Brexit, que puede crear fricciones en los vuelos entre el Reino Unido y el resto del continente. Y además, pone en peligro las licencias de IAG para conectar aeropuertos europeos, ya que pasará a tener mayoría de accionistas extracomunitarios.

El segundo desafío es preparar a IAG para el incremento de preocupaciones medioambientales, que empiezan a pesar en los viajeros a la hora de elegir el avión como medio de transporte. Renovar la flota con aparatos menos contaminantes y seguir volcando el grupo hacia las rutas trasatlánticas pueden ayudar a ello.

A nivel del holding, la primera misión de Gallego será garantizar que las autoridades de Competencia aprueben la compra de Air Europa por Iberia, y ejecutar luego su integración.

Otro objetivo será mejorar la reputación de British, que sigue siendo la gran máquina de ganancias del holding, pero a costa de cierto empeoramiento de la imagen de marca.