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Larga vida a Jerome Powell, el nuevo rey del mercado de bonos

La escala de la intervención del banco central para combatir la pandemia refleja un profundo cambio en la estructura del sistema financiero.

Por: Financial Times, Robin Wigglesworth | Publicado: Martes 23 de junio de 2020 a las 11:22 hrs.
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Hazte a un lado Bill Gross. Fuera de aquí Jeffrey Gundlach. Hay un nuevo rey de los bonos en la ciudad. A lo largo de los años ha habido muchos aspirantes a la corona que alguna vez fuera usada por el fundador de Pimco. Pero el nuevo monarca del mercado de bonos es sin duda Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal.

Liderados por la Fed, los bancos centrales ahora han comprometido US$ 17 billones (millones de millones) para combatir la devastación económica causada por la pandemia de coronavirus, según estimaciones de JPMorgan Asset Management. Eso eclipsa incluso la escala de las medidas tomadas durante toda la crisis financiera en 2008-09.

Esta agresividad ha llevado a algunos inversionistas a declarar que en la práctica los bancos centrales han nacionalizado al mercado de bonos, temores que el presidente de la Fed intentó disipar con su testimonio ante el Congreso la semana pasada. "No queremos arrasar como un elefante el mercado de bonos o aplastar las señales de precios", dijo Powell.

Pero independientemente de lo que diga, el elefante de la Fed ha estado bailando tap en todos los mercados. La semana pasada, el rendimiento promedio de los bonos corporativos de grado de inversión de EEUU alcanzó el nivel más bajo de la historia, en momentos en que muchas empresas están viendo sus ingresos triturados. Esta puede ser una recesión de corta duración, pero incluso los economistas más optimistas creen que podrían pasar años antes de que la actividad vuelva a los niveles informados cuando se vio la última baja en el rendimiento de los bonos, a principios de febrero.

Esto es natural. El plan de la Fed de comprar US$ 250 mil millones de deuda corporativa por sí solo es casi tan grande como el famoso Total Return Fund de Gross en su punto máximo en 2013. El balance del banco central de EEUU ha aumentado en casi US$ 2 billones desde marzo, más que todos los activos bajo administración de Pimco.

El enorme monto refleja la magnitud de la crisis del coronavirus. Pero quizás lo más importante es que también es emblemático de un cambio profundo, aunque poco apreciado en el sistema financiero, de cuyas consecuencias ahora estamos comenzando a darnos cuenta.

Baluartes del capitalismo

Desde su aparición en el Renacimiento, los bancos han sido el punto central del capitalismo, los principales prestamistas para personas, empresas y países de todo el mundo. Pero el mercado de bonos ahora representa más de la mitad de toda la deuda global, según el Banco de Pagos Internacionales. La magia de la securitización (convertir cualquier cosa en un valor negociable) significa que prácticamente cualquier préstamo ahora se puede agrupar en un bono y vender a los inversionistas.

Esta es una tendencia secular que no muestra signos de desaceleración. Y en su mayor parte, este es un desarrollo saludable. Los mercados de capitales son, en muchos aspectos, un mejor almacén para el riesgo financiero que cualquier préstamo. Cuando hay problemas, no pone en peligro a los depositantes ni al funcionamiento del sistema de pago que los bancos aún dominan. Pero también tiene importantes implicancias para la conducción de la política monetaria, especialmente en tiempos de crisis.

Los bancos centrales se crearon originalmente para respaldar a los prestamistas comerciales y finalmente comenzaron a regular el nivel de actividad económica controlando el precio de su financiamiento. Pero la creciente importancia del mercado de bonos significa que ha tenido que incursionar mucho más en lo que alguna vez se consideraron áreas radicalmente poco ortodoxas.

Los bancos centrales son mecánicos de la vieja escuela, pero el sistema financiero actual es como un Tesla. Pueden abrir el capó y hacer algunas reparaciones básicas, pero cuando un Tesla se descomponga, probablemente necesiten un ingeniero eléctrico para comprender el problema. Del mismo modo, para solucionar las crisis económicas de hoy, no es suficiente simplemente abrir los grifos a los bancos comerciales. Los bancos centrales tienen que sumergirse profundamente en la fontanería del mercado de bonos para asegurarse de que funcionan correctamente. 

Nuevos poderes para el rey

Por supuesto, la Fed a menudo ha intervenido en los mercados en crisis anteriores. Pero la escala fue modesta en comparación con lo que hemos visto este año. Aunque el Covid-19 ha sido un shock excepcionalmente abrupto y brutal, es probable que también veamos más intervenciones intensas en el mercado de bonos en futuras recesiones.

El resultado puede ser mucho más escrutinio político y control regulatorio de varias partes de la industria de renta fija. Si los bancos tuvieron que aceptar más onerosas restricciones a cambio de su rescate en 2008, tiene sentido que los fondos de bonos, que ahora han disfrutado de un rescate indirecto, también queden sujetos a un mayor control. En lo inmediato, el próximo paso natural podría ser que la Fed siga el ejemplo del Banco de Japón instituyendo un "control de la curva de rendimiento", en otras palabras, fijando un objetivo o límite específico para los rendimientos del Tesoro a largo plazo y prometiendo comprar una cantidad ilimitada de deuda del gobierno de EEUU para mantenerlos allí.

Sin embargo, pase lo que pase a corto plazo, es probable que el reinado de la Reserva Federal en el mercado de bonos sea aún más total y potencialmente permanente.

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