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La propuesta de Warren de un impuesto a la riqueza que inquieta a los millonarios de EEUU

El fundador de Microsoft, Bill Gates, no es el único escéptico de la política progresiva de una de las candidatas a la nominación demócrata que lidera las encuestas.

Por: Brendan Greeley | Publicado: Martes 12 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Warren ha dicho que EEUU es el país con mayor desigualdad de riqueza entre los desarrollados. El fundador de Microsoft, Bill Gates, emplazó a la candidata a explicar detalladamente el plan.
Warren ha dicho que EEUU es el país con mayor desigualdad de riqueza entre los desarrollados. El fundador de Microsoft, Bill Gates, emplazó a la candidata a explicar detalladamente el plan.

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Washington

El debate sobre si Estados Unidos debe imponer un impuesto federal a la riqueza se ha apoderado de la política estadounidense luego de que la candidata demócrata Elizabeth Warren presentara el plan como uno de los pilares de su campaña.

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Warren avanzó la idea como una manera de financiar sus propuestas de salud. Pero la idea es incómoda para los multimillonarios del país. El fundador de Microsoft, Bill Gates, cuestionó la semana pasada si Warren estaría dispuesta a sentarse con él a discutir el plan; ella respondió que le encantaría explicarle exactamente lo que tendría que pagar.

Esto es lo que podrían discutir.

¿Qué es un impuesto a la riqueza?

La mayoría de los ingresos del gobierno federal provienen de los impuestos a la renta, como los salarios personales y las ganancias corporativas. El gobierno también trata a los retornos a las inversiones como ingresos, a través de impuestos a las ganancias de capital, pero actualmente no hay un impuesto hacia lo principal de esas inversiones: la riqueza.

Los estados individuales de EEUU aplican impuestos a los hogares y las propiedades comerciales para que paguen por las escuelas primarias y los departamentos de policía locales, y el gobierno federal aplica un gravamen a las propiedades de más de US$ 11 millones.

Un impuesto federal a la riqueza, sin embargo, golpearía a la riqueza neta completa de un hogar cada año, cayendo sobre todos los activos incluyendo viviendas, portafolios de acciones y bonos, arte, terrenos y yates.

¿Cuánto pagaría Gates?

Warren ha propuesto lo que su campaña llama un impuesto “ultramillonario” de 2% a los activos por encima de US$ 50 millones, además de una “sobretasa multimillonaria” de 1% a los activos por encima de US$ 1.000 millones. Gates tiene una fortuna de US$ 107 mil millones, según Forbes, por lo que pagaría US$ 6.400 millones el próximo año.

Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, economistas de la Universidad de California, en Berkeley, quienes diseñaron el impuesto ultramillonario, han calculado que se hubiera aplicado el sobreimpuesto multimillonario de 3% desde 1982, la fortuna de Gates habría sido de US$ 36 mil millones el año pasado.

Bernie Sanders, otro candidato a la nominación demócrata, tiene un plan aún más ambicioso. Comienza con un 1% a la riqueza neta superior a US$ 32 mil millones, y eleva los gravámenes escalonadamente hasta llegar a un 8% a la riqueza superior a US$ 10 mil millones.

Su campaña dice que eso colocaría la cuenta de Gates a la administración de Sanders en US$ 8.300 millones, y que el plan recortaría la riqueza de los multimillonarios a la mitad en los próximos 15 años.

¿Por qué este impuesto?

Ambos candidatos apuntan a que la desigualdad de riqueza es peor en EEUU que en cualquier otro país desarrollado. Saez y Zucman revisaron los registros públicos de los impuestos pagados sobre las ganancias de capital, y los usaron para inferir el valor de los activos subyacentes.

Encontraron que el porcentaje de riqueza de los hogares que pertenecían al 0,1% más rico de las familias estadounidenses subió a 22% en 2012, desde un 7% en 1978. La concentración no ha cambiado desde entonces. Es posible que las familias más ricas hayan visto menores retornos a la riqueza, o que las familias de clase media hayan pagado su deuda.

Sanders dice que esto hay que abordarlo, describiendo las últimas décadas de política económica como una “transferencia masiva de riqueza” desde abajo hacia arriba. Warren enfatiza que la “riqueza de una familia también es una importante medida de cuánto se ha beneficiado de la economía y de su habilidad de pagar impuestos”.

Ambos candidatos han apuntado a los ingresos de sus impuestos a la riqueza como una manera de compensar parte de sus planes de gasto, incluyendo salud estatal para todos. Gates y otros multimillonarios han apuntado a sus contribuciones a caridad como un uso mejor de su riqueza.

Un impuesto a la riqueza sería aplicado al valor que un activo ha acumulado, sin esperar que se materialice. La OCDE ha argumentado que eso alentaría a los ricos a invertir sus activos de una manera que entregue mayor beneficio a la economía, impulsando más inversión en startups y menos en casas de veraneo que no generar retornos.

¿Lo han intentado otros países?

Sí, y muchos de ellos han terminado el experimento. En 1990, 12 países de la OCDE tenían impuestos a la riqueza; en 2017, sólo cuatro. Los impuestos a la riqueza son costosos de administrar y aun cuando la riqueza de los hogares creció, los ingresos por el gravamen a la riqueza no, lo que sugiere una evasión masiva.

¿Podría convertirse en ley?

Las trabas políticas son muchas. Incluso si gana la Casa Blanca, necesitaría una mayoría demócrata abrumadora en el Congreso para que se aprueben sus propuestas.

Y entonces está la Constitución. La decimosexta enmienda le da al Congreso el poder de recolectar impuestos a la renta. Si un impuesto a la riqueza es un impuesto al “ingreso atribuido” -los retornos potenciales que la gente podría ganar por invertir su fortuna- entonces está protegido por decimosexta enmienda. Si no, el cuerpo de la Constitución establece que los “impuestos directos deben ser repartidos entre los estados... según sus cifras respectivas”.

No está claro qué es un impuesto directo, dijo Reed Shuldiner, profesor de derecho tributario de la Escuela de Derecho de la Universidad de Pensilvania. En lo que se refiere a cifras respectivas, es posible argumentar que un impuesto a la riqueza caería desproporcionadamente sobre los estados ricos de Nueva York, California y Florida.

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