Economía

Paul Krugman: "Sólo poner impuestos verdes sería como una madre obligando a comer espinacas"

"Sin el sabotaje a Obama de los republicanos, el desempleo en Estados Unidos ya hubiera bajado del 4% hace cinco años", defendió el economista.

Por: Expansión | Publicado: Miércoles 19 de febrero de 2020 a las 08:39 hrs.
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Paul Krugman es uno de los economistas de referencia de la izquierda estadounidense. Ha enseñado en el MIT, en Princeton y, desde 2015, en la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Ganó el Nobel de Economía en 2008 por sus estudios sobre comercio internacional, pero ya desde años ante, sus artículos en prensa analizaban diferentes asuntos económicos y políticos.

En los últimos tres años sus críticas se han centrado en la labor presidencial de Donald Trump. Su último libro, Contra los zombies (Crítica, 2020), recopila casi un centenar de artículos en los que carga con dureza contra la gestión de los republicanos. Éstos, en su opinión, están siguiendo ideas zombies, "ideas que van dando tumbos arrastrando los pies y devorando el cerebro de la gente, a pesar de haber sido refutadas por las pruebas". Por ejemplo, que subir los impuestos a los ricos acaba destruyendo la economía o que no existe el cambio climático antropogénico.

En Estados Unidos, la tasa de desempleo es del 3,6%, la más baja desde 1953 (2,5%). Krugman dijo que eso tiene matices.

"Desde hace años, personas como yo pedíamos más gasto público, ya que los gobiernos se centraban demasiado en reducir el déficit fiscal y eso frenaba la economía. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, el déficit ha aumentado de US$ 600 mil millones a un US$ 1.000 millones: US$ 400 mil millones es un montón de dinero, a pesar de que gran parte esté mal gastado. Básicamente, Trump está haciendo malas políticas keynesianas. EEUU es el único país desarrollado que ha aumentado notablemente su déficit en los últimos años, y por eso su economía es más fuerte".

El profesor hizo una traducción política de este fenómeno: "Lo que ha sucedido es que los republicanos sabotearon la política económica durante el mandato de Obama, obligándole a ajustar el déficit, y ahora han dejado de hacerlo. Si no lo hubieran hecho, probablemente la tasa de paro hubiera bajado por debajo del 4% ya en 2014".

¿Qué hay del recorte de impuestos a las empresas que ha aprobado Trump? "Esos recortes no han producido lo que se dijo que iban a producir. La inversión empresarial está bajando, pero las compañías utilizaron esa bajada fiscal para recomprar acciones, lo cual aumenta su valor y hace creer a la gente que es más rica y que puede gastar más", puntualizó Krugman, que vuelve a recordar aumentos de gasto público como en el Ejército o "US$ 20 mil millones para rescatar a empresas agrícolas".

El economsita admite que el bajo desempleo responde a una combinación de gasto público y reducción de impuestos: "Bajar impuestos es una manera ineficiente de estimular la economía, pero algo ayuda. Del mismo modo, si gastas mucho dinero, aunque lo hagas mal siempre acaba cayendo algo en personas que sí lo utilizan para consumir".

Vender bien la causa climática

El libro de Paul Krugman aborda el "negacionismo" de la administración Trump respecto a la mano del hombre en el cambio climático. Le ponemos el caso de un estadounidense o un europeo con un trabajo precario, un salario bajo y un familiar anciano o enfermo a su cargo: ¿qué margen tiene para preocuparse por el deshielo de los polos?

"Hay que ser realistas: las personas tienen vidas complicadas, no dedican su escaso tiempo libre a estudiar políticas públicas. Respecto al cambio climático, las medidas deben formar parte de un gran paquete bien planteado, un nuevo acuerdo verde que va a aportar tecnología, empleo... Si no, todo consistiría en aplicar impuestos como la madre que obliga a su hijo a comer espinacas. Eso no despertaría mucho apoyo", reconoció.

Otro punto de apoyo del discurso conservador a ambos lados del Atlántico es la erosión que la globalización ha producido en las clases medias y en el sentimiento de pertenencia a una comunidad.

Krugman concedió parte de razón a este diagnóstico: "La globalización está un poco sobrevalorada. Es compatible formar parte de una economía global y mantener una red de asistencia social: ahí está el ejemplo de Dinamarca. Es cierto que se ha producido cierta disolución de la distinción cultural. Cuando llego a otro país hago el pequeño juego de buscar el primer elemento que, sin contar el idioma o los carteles, me haga ver que no estoy en EEUU. Y la verdad es que a veces pasa media hora hasta que lo encuentro, y eso es un poco irritante: algo se ha perdido con la homogeneización que se ha producido en todo el mundo. Pero por otro lado pienso, ¿quiénes somos para decirle a la gente que no se tome un café en Starbucks o que diseñe un edificio de una u otra manera? Es posible que veamos cierto regreso a las raíces, pero la gente debe decidir qué tipo de cultura elige".

¿Pro Elizabeth Warren?

Como colaborador de The New York Times, Krugman no puede declarar su apoyo explícito por ningún candidato a la presidencia, pero admitió que le gustan los planteamientos económicos de Elizabeth Warren.

"Lo de los candidatos es relativo: si Bernie Sanders llegara a la Casa Blanca, sólo podría aplicar una parte de su ambiciosa agenda económica; si lo hiciera Bloomberg, el Partido Demócrata le obligaría a hacer políticas más sociales de las que él querría. La política económica sería más o menos la misma con cualquier aspirante demócrata".

Por cierto, ¿es Sanders un radical? "No, es un socialdemócrata de centro izquierda. Su modelo es Dinamarca, que no es precisamente la Rusia de Stalin".

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