Economía

Economistas desafían al presidente Correa

En un tenso debate televisado el mandatario ecuatoriano intentó defenderse de los cuestionamientos de dos ex ministros de Hacienda conservadores.

Por: | Publicado: Miércoles 11 de noviembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, participó a fines de octubre en un debate televisado con tres economistas para discutir la situación del país. El encuentro dio a sus críticos oportunidad para manifestar abiertamente su desacuerdo con la gestión económica de Correa, luego de que el país entrara en recesión en el segundo trimestre. También dio al público una idea de cómo pretende afrontar la crisis el gobierno.

Aunque todas las semanas realiza una exposición de varias horas, Correa rara vez participa en un debate y es sensible a las críticas. Esto dio al encuentro un ambiente de tensión, con Correa apareciendo como confrontacional y quejándose frecuentemente de sus detractores. Correa, que tiene un PhD en economía, enfrentó a dos economistas conservadores y ex ministros de Hacienda, Alberto Dahik y Mauricio Pozo, además del social demócrata Ramiro González (presidente del Partido Avanza) que rompió con la Alianza País de Rafael Correa este año. Correa fue apoyado en el debate por el ministro de Economía, Patricio Rivera, y de Hacienda, Fausto Herrera.

Política "suicida"

Antes del debate, algunos expertos esperaban que los panelistas manifestaran apoyo al reciente giro del mandatario hacia una posición más ortodoxa, incluyendo un acercamiento con el FMI, y recortes al gasto y subsidios (el gasto fiscal será reducido 17% en 2016, y los ingresos serán calculados asumiento un precio del petróleo de US$35 por barril). Pero desde el comienzo los interlocutores de Correa lo desafiaron abiertamente.

Dahik en particular criticó los tradicionales altos niveles de gasto del mandatario para impulsar el crecimento (el gasto público de capital promedió 12% del PIB anualmente entre 2008 y 2015, comparado con 5% entre 2000 y 2007, antes de que él asumiera). Pozo dijo que este "excesivo" gasto (que Correa defendió como "inversión") privó al país de un fondo de estabilización fiscal que podría haberlo ayudado a capear la actual recesión.

También dijo que la economía creció más rápido y la pobreza cayó más en los años previos a su presidencia; el crecimiento entre 2000 y 2007 promedió 4,5%, mientras que entre 2008 y 2014 marcó 4,6%, pero hay que considerar que este año la economía se va a contraer. Ambos expertos lo responsabilizaron por las actuales presiones en la balanza de pagos y en el sistema financiero y calificaron la falta de liquidez del país como "suicida".

El presidente negó que exista una crisis sino sólo un "momento difícil" y que se apegará al plan para reducir el presupuesto 2016 y lograr un presupuesto balanceado en 2018 (su período actual termina en 2017, aunque podría reformar la Constitución para permitir la reelección indefinida). En diciembre, Ecuador se las arreglará para pagar el principal de un bono de US$ 650 millones y un aguinaldo de Navidad a los empleados públicos "con mucha creatividad", agregó. Correa reconoció un crecimiento más débil, pero culpó a la caída del petróleo y la apreciación del dólar más que a sus políticas. También dijo que Ecuador aceptará un préstamo del FMI sólo si no incluye exigencias de austeridad.

Sí hay crisis

El debate con González, en tanto, fue principalmente político, enfocado en críticas a los planes para extender su período y sus relaciones con el sector privado. Gonzalez cuestionó además la decisión de Correa de reducir los subsidios del gobierno al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), lo que llevó a su quiebre con Alianza País, señalando que la medida amenaza la estabilidad de los fondos de pensiones. Esto es un asunto vital para los ecuatorianos y ha generado una ola de protestas por parte de la oposición de centro derecha.

Aunque Correa defendió el recorte diciendo que el aporte estatal era innecesario porque el fondo es solvente, y prometió no volver a postularse en 2017 (una afirmación cuestionable dado sus antecedentes), su respuesta no será suficiente para calmar las suspicacias que existen sobre sus políticas.

Según la encuestadora Cedatos, 69% del público calificó el debate como positivo, pero 78% discrepó con el presidente y dijo que Ecuador sí está en crisis, mientras que sólo 19% dijo haber quedado tranquilizado. Esto podría jugar en contra de Correa en los próximos meses cuando el Congreso vote la reelección indefinida, que le permitiría postularse a un cuarto período.

Si decide hacerlo afrontará considerable oposición a medida que los votantes comienzan a cuestionar sus políticas. Eso quedó en evidencia tras las masivas protestas entre junio y septiembre contra las alzas de impuestos y los planes de reelección. Aunque Correa está asumiendo medidas ortodoxas para combatir la crisis no está convenciendo a los votantes. Pronosticamos que la inestabilidad política aumentará en 2016 debido a la política de austeridad y su apuesta por la reelección.

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