En medio de la disputa con los médicos vicepresidente de la Clínica Las Condes Carlos Gil renunció al directorio

El vicepresidente de la Clínica Las Condes (CLC), Carlos Gil del Canto, hizo efectiva su renuncia a la mesa directiva de la institución de salud, instancia en la cual representa a su actual controlador, el grupo Auguri, ligado a la empresaria Cecilia Karlezi.

El directivo había asumido el cargo el 20 de diciembre pasado tras la junta extraordinaria de accionistas en la cual se oficializó el cambio de propiedad tras el éxito de su Oferta Pública de Acciones (OPA) que permitió a Karlezi adquirir el 50,05% de la propiedad de CLC el mes anterior.

Desde siempre ligado a la empresaria y a su marido Alejandro Gil, no es la primera vez que Carlos Gil ha estado en la mesa de la CLC, ya que en abril de 2017 asumió como director no independiente de la sociedad, cargo que desempeñó por un corto período hasta el 30 de enero de 2018, cuando renunció en el marco de la aguda disputa entre los entonces principales accionistas de la clínica, encabezados por Karlezi y por el empresario Andrés Navarro, respectivamente.

La salida de Gil conocida hoy tiene lugar en medio del enfrentamiento entre el directorio y la administración de CLC y el estamento de los médicos, quienes se oponen a las nuevas condiciones contractuales impuestas en materia de arrendamiento de espacios de atención e infraestructura, al igual que en materia de porcentaje de pago por los servicios de salud realizados.

Luego de que las conversaciones entre las partes se encuentra en punto muerto, el Cuerpo Médico de Clínica Las Condes señaló ayer que estaba "evaluando los diferentes cursos de acción legal y administrativa, para hacer valer nuestros derechos, en conjunto con nuestros asesores externos".

La renuncia de Gil pone una cuota extra de incertidumbre en la situación de uno de los principales establecimientos privados de salud del país, que enfrenta una compleja situación financiera producto del avance de la pandemia, cerrando el primer semestre con un total de $ 9.885,6 millones, principalmente por la baja de 15,1% en los ingresos por actividades ordinarias, a $ 95.102 millones, lo que fue compensado parcialmente por una disminución de 4,5% en costos de venta.