DeAcero y acusación de CAP-Gerdau: “Buscan mantener la concentración del mercado”
“Vemos la denuncia con muchos errores, cálculos inexactos y tendenciosos”, dice el gerente de exportaciones de la siderúrgica.
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La disputa entre productores locales y extranjeros de acero está lejos de terminar. Ya impuesta una salvaguardia al alambrón chino, ahora la autoridad nacional deberá dirimir si existe una venta bajo el costo de barras de acero a la construcción en el mercado chileno, por parte de la mexicana DeAcero, según denunciaron ante la comisión antidistorsiones CAP y Gerdau.
El gerente de exportaciones de DeAcero, Germán Gasca, responde a las acusaciones de dumping, enfatizando que está motivada en la resistencia de estos actores al ingreso de una nueva empresa que vino a instalarse en el país. Además, señala, en la presentación de sus competidores no se aborda la caída internacional de las materias primas, lo que ha impactado el precio de las barras.
“Vemos la denuncia con muchos errores, cálculos inexactos y tendenciosos. Se presenta información sin fundamentos, estamos frente a una acusación sin fundamentos que afecta al mercado y beneficia la concentración. Hay un abuso que regula las buenas prácticas comerciales”, señaló el ejecutivo de la mexicana.
En el requerimiento las dos operadoras locales solicitan se establezca un arancel de al menos 27,5% para las barras de acero de refuerzo del hormigón, utilizadas para la construcción. Estas compañías acusan que este producto se vende más bajo todavía que en el propio mercado mexicano, lo que sería posible por la necesidad de colocar en el extranjero los excedentes de su producción.
“Es una acusación que consideramos sin fundamentos y que daña al mercado, buscando mantener la concentración del mercado, esto afecta a la industria, a los constructores y, en general, a la competencia”, agrega Gasca.
Añadió que “somos blanco de la acusación porque decidimos entrar al mercado de las barras de manera permanente, inyectando competencia. Esta no es una cuestión de precios, porque no somos los más baratos”.
La compañía comenzó su relación con el país en 2010, cuando los productores locales tuvieron dificultades con sus instalaciones producto del terremoto y se requirió de acero importado para asegurar la reconstrucción.
En 2013 iniciaron un envío permanente de productos a través de los distribuidores nacionales Fullacero y, un año después, Ebema. “Vinimos a Chile a competir, evaluamos este mercado para estar en el largo plazo, no hacemos spot, sino que un surtimiento constante a través de los distribuidores”, refuerza Gasca.
También critica la presentación de CAP y Gerdau porque, a su juicio, utiliza un precio base para calcular el dumping publicado en un boletín, sobre el producto en Monterrey, ciudad en la que DeAcero no opera ni vende acero.
“Además, presentan a DeAcero como un monstruo, un productor enorme. La compañía produce 3,5 millones de toneladas, mientras que Gerdau es una empresa de más de 15 millones de toneladas”, agregó el ejecutivo.