Industria

SMA aplica fuerte multa a salmonera Mowi por daño ambiental que implicó el escape de peces en 2018

Superintendencia sancionó con $ 5.300 millones a la empresa, multa que se configura como la más elevada que se ha cursado por un único cargo. Mientras, Mowi comunicó que impugnará la resolución.

Por: Camila Bohle S. | Publicado: Viernes 21 de agosto de 2020 a las 13:11 hrs.
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Malas noticias recibió este viernes la salmonera Mowi, exMarine Harvest. Tras dos años de la fuga de casi 690 mil salmones en las jaulas del centro de cultivo ubicado en Isla Huar, debido a un fuerte temporal, este viernes la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) dio a conocer la resolución final que implica una multa por $5.300 millones a la firma.

La infracción tiene relación con que "no se mantuvo en el centro de cultivo las condiciones de seguridad apropiadas ni elementos de cultivo de óptima calidad y resistencia, cuya consecuencia fue el escape masivo de ejemplares desde el centro", comunicó la SMA.

El Superintendente del Medio Ambiente, Cristóbal De La Maza, señaló que "queremos dar la señal que todas aquellas empresas que no respeten la normativa y, además, la infrinjan provocando daño ambiental, como en este caso, serán sancionadas de manera proporcional".

Por lo que confirmó que hubo un menoscabo al sistema acuático de parte de Mowi, lo que figuró que esta infracción revistera el carácter de daño ambiental irreparable por las consecuencias del accionar de la empresa.

Sin embargo, no transcurrió mucho para que Mowi respondiera. En un comunicado señaló que impugnarán la resolución de SMA y ratificaron que el "escape de peces en 2018 no generó daño ambiental" como así lo aseguró la Superintendencia y Sernapesca.

"Mowi Chile reitera, una vez más, su firme convicción que el accidente, así como el escape de peces, no generó daño ambiental. La resolución de la SMA se basa exclusivamente en una presunción de carácter legal que no tiene sustento científico", comunicó.

Para justificar lo anterior, detalló que la inexistencia de daño ambiental está acreditada por los numerosos antecedentes y estudios científicos realizados tras el accidente. "Los mismos análisis demuestran que, a diferencia de otras especies, el salmón atlántico no es depredador y no logra colonizar o sobrevivir".

Adicionalmente señaló que con posterioridad a estos hechos, se generó una "inédita" investigación de seguimiento de parte de esta empresa por más de un año. Transcurrido ese lapso, "se pudo constatar que prácticamente no había presencia de salmón del atlántico en la zona ni en los ríos adyacentes. En los escasos ejemplares recuperados, no se detectó contenido gástrico asociado a ingesta posterior al escape".

Y agregó que la investigación que realizó el Ministerio Público por su parte, "concluyó que no existían antecedentes que revelaran una falta u omisión por parte de la empresa, por lo que la Fiscalía propuso al Tribunal de Justicia correspondiente, la decisión de no perseverar en esta investigación, lo que fue aprobado con fecha 22 de agosto de 2019 por el Juzgado de Letras y de Garantía respectivo".

Por todo lo anterior, confirmó que hará uso de su derecho a impugnar ante las instancias jurisdiccionales correspondientes la resolución de la SMA, con cuyos fundamentos no concuerda.

Nueva reglamentación obligará a salmoneras a certificar sus jaulas de cultivo una vez al año

Mientras tanto, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) publicó un nuevo reglamento que impone mayores exigencias a las estructuras de cultivo de salmones, para disminuir el riesgo de hundimiento de jaulas o escape de peces, como ocurrió recientemente en un centro de la empresa Blumar y Mowi.

La norma fue elaborada bajo la premisa de que esas estructuras deben ser capaces de contener a los peces e impedir su fuga cuando ocurren tormentas, marejadas u otras contingencias. En ese contexto, el reglamento dispone una serie de obligaciones para las empresas salmoneras y advierte que estas son responsables directas de la seguridad de dichas estructuras.

Así, por ejemplo, se establece que los centros de cultivo deberán someterse a "verificaciones" semestrales, vale decir a inspecciones de los elementos que conforman las estructuras (tanto sumergidos, como en superficie) para efectuar las mantenciones o reparaciones necesarias. Las distintas acciones que se ejecuten en este ámbito quedarán debidamente registradas.

La nueva norma instruye, además, la certificación anual de esas instalaciones. La acreditación deberá ser realizada por un especialista o una entidad distinta del titular de la concesión salmonera. "Se trata de una normativa que venimos trabajando durante los dos últimos años y que, básicamente, comprende mejores y más exigentes estándares para el cultivo de los salmones en las jaulas, con el fin de prevenir hundimientos y escapes", destacó el Subsecretario de Pesca y Acuicultura, Román Zelaya.

El nuevo reglamento advierte específicamente que en las fórmulas de cálculo de las estructuras de cultivo, las salmoneras deberán considerar los peores escenarios climáticos y oceanográficos posibles, de manera que las jaulas posean efectivamente los máximos estándares de seguridad.

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