Entre Códigos

Juan Ignacio Correa: “La uberización de los servicios legales pareciera ser imparable”

Socio del estudio Correa Squella anticipa “una situación de reacomodo muy fuerte” que ya se evidencia en baja de honorarios y márgenes muy estrechos.

Por: Jorge Isla | Publicado: Lunes 9 de septiembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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El tránsito del estudio Correa Gubbins al actual Correa Squella hace dos meses implicó mucho más que un simple cambio de nombre. Si bien en ese proceso fueron determinantes hechos como la salida del entonces socio Martín Gubbins de dejar la oficina, la emigración de cuatro integrantes al gobierno y la decisión de Eduardo Torretti para formar su proyecto boutique en derecho tributario, esta serie de cambios han sido la cara visible de una profunda transformación de la oficina que fundó Juan Ignacio Correa en 2005.

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"Hace cinco años, aspirábamos a ser el más chico de los estudios grandes, y ahora somos un estudio en transición", señala el abogado de destacada trayectoria en el ámbito litigante sobre la nueva etapa que lidera junto a su socia Carolina Squella.

Con un equipo actual de 15 abogados, la mitad del número que tenía hasta antes del cambio, la oficina adquirió una estructura más liviana caracterizada por atributos como el trabajo en equipo, diversidad y sentido de proyecto colectivo, junto a atributos como la relación establecida con Torretti & Cía. en un esquema de cowork con administración e infraestructura común.

"Salvo tres familias a las que atendemos en todo –desde un finiquito hasta una gran asociación–, no haremos full service sino que vamos a concentrarnos en un servicio más personalizado y de mayor valor agregado. Somos globalistas pero extremadamente preocupados del detalle y la perfección", recalca.

La oficina puso en marcha un modelo de gestión más competitivo con el que busca hacer frente a los grandes desafíos de la profesión, en la cual advierte un punto de inflexión que a nivel internacional ha venido de la mano de hitos como "Ross", el primer servicio legal basado en inteligencia artificial instalado hace tres años en Baker-Hostetler, uno de los mayores estudios de EEUU.

"En Inglaterra, la combinación de los abogados-robot con las plataformas de servicios legales virtuales ha tenido como efecto la desaparición de 31 mil empleos en el sector y se espera que otros 114 mil sigan igual derrotero", señala. No menos disruptivo ha sido el auge de sitios como Legal-Zoom.com, RocketLawyer y Law Depot, capaces de procesar trabajos rutinarios como testamentos, contratos básicos de arrendamientos y compras de inmuebles, por tarifas muy inferiores y en menor tiempo. O la plataforma Modria.com creada por eBay para las disputas en compras de productos en línea que está reemplazando a abogados y jueces tradicionales.

Si en Chile existiera plataforma similar, estima, en 2017 se pudieron haber excluido de las cortes 64 mil recursos de protección contra las isapres, o gran parte de cobranzas bancarias y previsionales que superan el 95% de las causas civiles.

Correa advierte que la tendencia a la "uberización de los servicios legales pareciera ser imparable", y que uno de sus mayores impactos tiene lugar en los honorarios. "En EEUU, mientras las oficinas medianas y grandes cobran entre US$ 300 y más de US$ 1.000 la hora, las tarifas de Legal-Zoom.com son de sólo US$ 29 por un contrato de arriendo, y US$ 299 por un divorcio simple, fijas y sin sujeción a hora. Estas rebajas permitirá acceder a servicios legales más baratos y masivos", detalla sobre los procesos que en el mundo se encaminan a lo que denomina el "fin del monopolio" en ámbito legal. "En Inglaterra, las leyes se ha flexibilizado y un caso paradigmático es el Co−operative Bank que los ofrece en 350 sucursales, y algo similar está pasando en Australia. Creo que el mundo va para allá", afirma.

-En este escenario, ¿cómo evalúa el nivel de preparación del sistema chileno?

-La forma como hoy en Chile se prestan los servicios legales pertenece al mundo del ayer. Estamos en un proceso de transición súper grande y pienso que con esta nueva tendencia, que creo imparable, como la uberización de los servicios legales va a tener efectos importantes en esa industria.

-¿Cuáles serán los efectos?

-Se va a producir una situación de reacomodo muy fuerte, porque hay mucha actividad masiva, o commodity como dicen algunos, que ya no va a ser útil. Sebastián Edwards me decía: en diez años, ocho de diez personas no van a estar haciendo el trabajo que actualmente hacen, y lo mismo va a pasar con los abogados.

-¿Existen señales concretas de esta transformación?

-Se nota mucho en las propuestas de honorarios de las grandes oficinas, que van a la baja, lo mismo que los márgenes que están muy estrechos, junto al hecho de que hoy se licita casi todo. Esto va ser muy competitivo en materia de precios y van a aumentar las presiones por servicios más baratos y diversos.

-¿Cómo van a enfrentar este escenario los principales actores?

- Veo súper difícil que los estudios grandes sobrevivan en la estructura actual. No estoy diciendo que vayan a morir, pero ya no seguirán en la misma batalla por quien es el primero.

-Sin embargo, los grandes estudios siguen concentrando los principales negocios corporativos, ¿los ve efectivamente tan desafiados?

-Sí, igual los veo desafiados. Por ejemplo, más que a las oficinas, ahora los fiscales de las empresas buscan la identificación con una persona determinada. Dicho de otra manera, ya no acuden encandilados por la marca, sino que van al modelo; en un marco en el cual ahora los abogados hablan de solución de conflictos.

-Podría suponerse que las filiales de los estudios internacionales están en un mejor pie, ¿opina lo mismo?

-La toma de decisiones es muy compleja y su trabajo es más burocrático. El mercado chileno es limitado y entonces, cuando se sigue creciendo y creciendo, de manera muy rápida se llega a tener conflictos de interés.

-En su caso, ¿cuál será la estrategia para abordar la irrupción de la inteligencia artificial?

-Nos va a salvar el hecho de que tenemos una identidad más diversa y global. Los clientes nos van a tener confianza porque sabemos cuál es la cultura de Chile y podemos intuir a donde van las cosas. Un día un cliente me dijo: lo que me gusta de tu oficina es cómo te contradicen abogados mucho más jóvenes que tú y a su vez tú me contradices a mí, y eso lo valoro porque no pasa en todas.

El sello del estudio Correa Squella

El ascenso de Carolina Squella estuvo acompañado de la incorporación de Claudia Ferreiro y Jorge Sepúlveda en calidad de socios, junto a la designación de cuatro asociados: Catalina Eggers, Francisca Peña, Cristóbal Mackenna y Juan Francisco Sánchez.
La alta presencia femenina ha sido una constante de esta oficina, en la cual dos tercios de los abogados y la mitad de los socios son mujeres. ""Nosotros nacimos con ese propósito, mucho antes de que se pusiera de moda, por eso que ganamos, y seguimos ganando, todos los premios", subraya Juan Ignacio Correa, quien recuerda que a la distinción recibida en 2012 de "Americas Women in Business Law Awards" de Legal Media Group, como la oficina nacional con mayor integración de abogadas en posiciones de liderazgo, se sumó el galardón similar recibido de Chambers & Partners, junto otros a nivel local y latinoamericano en los años posteriores.
El abogado señala que este sello se enmarca dentro de la definición de su estudio como un "proyecto colectivo que perdure en el tiempo y para eso tenemos una cultura dentro de la cual nos gusta formar a la gente". En este sentido, resaltó que el principal referente es el estudio Cravath "el mejor de EE.UU. y el cual aspira a reclutar a los mejores, además de no contratar a nadie que no haya sido formado por ellos".
En esta líneas, sostuvo que la vocación de Correa Squella es destacar como "el estudio más formador de gente joven, y nos consideramos una especie de universidad que forma abogados en el oficio y priorizando la gestión del talento".

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