Entre Códigos

Jorge Carey defiende independencia: “No nos gustaría que nos mande un señor desde NY”

El líder del estudio más grande del país asegura que pese a la presencia de firmas internacionales, aún no arriba “la competencia de verdad”.

Por: Paula Vargas | Publicado: Lunes 22 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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En los años 80 Jorge Carey (76) tenía el 40% del estudio que hoy dice compartir, en prácticamente igualdad de condiciones, con el resto de los 32 socios que lo integran. Cree firmemente en la fortaleza del gobierno corporativo que han creado en las últimas dos décadas y que ha llevado a Carey a instalarse como una institución que va más allá de su propio nombre. Además, es un férreo defensor de la independencia de la oficina y casi lo irrita que en la industria haya voces que pongan en duda el modelo que han elegido para crecer. En entrevista con Diario Financiero, la cabeza de Carey cuenta que está próximo a retirarse, pero que esto dependerá de la decisión de sus socios que este año -una vez más- deberán resolver si prorrogan o no su estadía.

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-¿Cómo es mantenerse como un estudio independiente en medio de la creciente llegada de oficinas internacionales?

-Si eres una firma mediana o chica, que no se dedica a los grandes negocios o negocios internacionales -como nosotros- tienes dos opciones: meterte a estas cadenas o no. Las ventajas para esas firmas de entrar en estas cadenas, o integrarse, es que recibes asuntos a los cuales no tienes otra posibilidad de acceder, y que accedes a una tecnología que en Chile es muy cara para esa firma, porque requiere una facturación alta y un gran tamaño para que sea alcanzable.

-¿Y las desventajas?

-Las desventajas, que son las que hacen que firmas chilenas de mayor tamaño, como la nuestra, no nos hayamos querido sumar a otra firma internacional, es que dejas de recibir clientes y nuevos asuntos de todas las demás firmas internacionales que son sus competidoras; y nosotros recibimos muchos clientes de otras firmas internacionales. Entonces, es mucho mejor negocio estar disponible para todas las demás que para las pocas que han llegado o llegarán a Chile.

Luego, otra desventaja es que pierdes la independencia. Para nosotros es muy importante que la firma se maneje desde Chile y por chilenos, y mantengamos la cultura que hemos creado a lo largo de muchas décadas. No nos gustaría que nos mande un español o un señor desde Nueva York de una manera que pueda afectar a esa cultura. Por último no queremos los conflictos de interés que muchas veces se crean al interior de estas oficinas porque atienden a un número altísimo de clientes en muchas jurisdicciones distintas.

-¿A qué conflictos se refiere?

-Por ejemplo, en Chile no se puede ser abogados de una empresa ´X´ si en Londres o en cualquier otra ciudad en que está la firma internacional son abogados de la competencia, y acá hemos sabido de casos donde las firmas locales han tenido que dejar clientes importantes por ese tipo de conflictos. Por mucho que se flexibilicen las reglas de conflictos de interés, las firmas multinacionales exigen a sus abogados estándares cada vez más estrictos.

-Pero algún impacto deberá haber generado esta mayor competencia, ¿han tenido alguna fuga de clientes?

-Diría que ha sido muy marginal, pero lo que sí ha pasado es que clientes de estas firmas en otros países, acá se siguen atendiendo con nosotros en algunas especialidades donde somos particularmente fuertes.

-¿No les ha afectado, por ejemplo, la similitud de nombre con la oficina fundada por su hermano Guillermo (hoy CMS Carey & Allende)?

- Efectivamente, el uso del apellido Carey produce confusiones, y eso se ha agravado desde que Carey & Allende se incorporó al estudio inglés CMS, porque algunas firmas internacionales que antes nos referían rutinariamente trabajo, han dejado de hacerlo, pues creen erróneamente que hemos pasado a ser parte de una firma que compite con ellas. Afortunadamente, este problema se solucionará luego, ya que ahora Guillermo se retiró de Carey & Allende, ésta podrá usar la razón social que refleja lo que ahora es: CMS Chile.

-Si las oficinas que han llegado no son una amenaza, ¿qué sí lo es?

-Una amenaza real para nosotros será cuando la profesión legal se globalice de verdad, y empiecen a llegar a Chile las firmas más importantes de EE.UU. y Europa, del "Magic Circle" o "Círculo Mágico". Sin embargo, dado el tamaño de nuestra economía, que no soporta los altos honorarios que esas firmas cobran, creemos que falta mucho para que eso ocurra. Cuando lleguen las firmas del "Magic Circle", ahí sí se podría decir que la competencia va a ser muy seria.

-Así como en algún momento lo fueron la llegada de las Big Four...

-En ese momento "San Enron" nos salvó, la legislación cambió y eso las golpeó. Siempre pensé que las grandes auditoras iban a ser una de nuestras mayores amenazas, pero no llegaron con la fuerza que esperábamos; gracias a los coletazos regulatorios del caso Enron. Sin embargo, nunca se debe minimizar el despliegue logístico y competitividad de las firmas auditoras, las que siempre han querido expandirse al mercado legal.

Otra amenaza es que falle nuestro gobierno corporativo y no sepamos administrar el que tenemos. En definitiva, que no se desarme la cultura que creamos, que es muy profesional.

-¿Han sido tentados a integrarse?

-Nos han ofrecido muchas veces, pero lo hemos desechado porque no queremos perder nuestra identidad y cultura. Creemos tener una fortaleza por el hecho de ser una firma chilena fuerte, con profundas vinculaciones nacionales, versus ser una sucursal más de una compañía internacional

-¿Cómo ve la creciente formación de estudios especializados?

-Siempre van a haber boutiques exitosas, pero eso dura la vida del que la creó y nuestra apuesta es distinta, consiste en tener grupos muy fuertes en diferentes especialidades, donde ninguno de los socios a cargo se repite. Tenemos una especie de constelación de boutiques, pero para que eso resulte debes tener un gobierno corporativo potente, con reglas muy claras, una meritocracia donde los socios ganen razonablemente lo mismo; que no haya unos pocos socios que se lucen y debajo de los cuales un gran número de especialistas pasan inadvertidos.

-Sin embargo, la industria ve en su figura el pilar del estudio...

-Postulo que nuestra gobernabilidad hace que la oficina sobreviva a cualquier persona. Si me retiro –y ya me queda muy poco-, aquí no pasa nada.

Si bien he tenido un rol significativo en la gobernanza de la firma, nuestra cultura prescinde de las personas. Somos 32 socios donde cada uno tiene un voto, y la esencia es que somos todos iguales.

-Ud. dice que le queda poco en la firma. ¿A qué le llama poco?

-De acuerdo a nuestros estatutos, los socios debemos retirarnos a los 70 años. Yo en algún momento dije que me iba a ir a esa edad, pero mis socios –mediante votaciones secretas y con alto quorum- me han ido prorrogando mi estadía por períodos de dos años... A mí me lo han renovado dos veces y este año no sé si va a suceder.

-Lo veo con ganas de quedarse...

-El que me quede depende del aporte que crean los socios que yo haga. La gente está convencida de que yo soy el dueño de esta oficina, que eso de la votación no es efectivo y eso no es así. Además, tenemos muy claro que a mí me va a reemplazar mi hermano Jaime, y también tenemos más o menos claro quiénes serán los que vendrán después. A los líderes naturales se les huele de lejos.

"Produce desaliento que la DC y los radicales no hayan aprendido la lección"

-¿Por qué cree que se han deteriorado las expectativas empresariales a un año de haber asumido el nuevo gobierno?
-Todos hemos sentido desde hace un año que se acabó la pesadilla de la Nueva Mayoría. Pasado esto, vino un momento de mucha esperanza tras haber elegido un Presidente tan capaz como Sebastián Piñera, pero nos excedimos en las expectativas y nos olvidamos de que Chile es un país abierto y que no podemos hacer milagros. Y cuando bajan las expectativas, suben las ansiedades.
-A su juicio, ¿qué hay detrás de esa ansiedad?
-Que no vayan a volver los mismos de antes, los que quieren redistribuir a expensas del crecimiento y el país se pare de verdad; no vaya a ser que en tres años más nos volvamos a encontrar con un gobierno como el de Bachelet II. Estoy caricaturizando, pero esa es la sensación tras la cautela.
-¿No es muy apresurada esa conjetura?
-Cuando alguien es director o dueño de empresas, siempre tiene que estar proyectándose en el largo plazo. Si el emprendedor tiene la sensación de que puede volver una oposición moderada -un Lagos, un Aylwin o Bachelet ´1´- habría mucha más inversión, pero da la sensación de que los de la ex Nueva Mayoría no han aprendido. Siguen en contra de la simplificación e integración tributarias, y piden que los ricos paguen más, cualquiera sean las consecuencias en el crecimiento. Cuando ese discurso, que está bien en comunistas o socialistas, es dicho por democratacristianos y los radicales, uno piensa que el país no ha cambiado y provoca desaliento, porque sabemos que esa receta sesentera no funciona.

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