Energía

International Gas Union: “El ambiente en el mundo se ha enrarecido desde el COP21"

El director de Asuntos Públicos de la Internacional Gas Union (IGU), Mel Ydreos, delinea los temas que se discutirán en la cumbre que se realizará en Chile en diciembre y cuestiona que a nivel local hay algunos impuestos que están en contra de la masificación del gas.

Por: Karen Peña | Publicado: Lunes 20 de mayo de 2019 a las 13:09 hrs.
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En los últimos años, la International Gas Union (IGU) ha desempeñado un rol central en la agenda mundial de cambio climático y en las reuniones de las Conferencias de las Partes (COP), promoviendo el uso del gas natural.

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El director de Asuntos Públicos de la IGU, Mel Ydreos, cuenta que como organización independiente y sin fines de lucro, que representa el 97% del mercado global de este combustible, están enfocados en presentar a los legisladores “hechos utilizando ejemplos de la vida real en oposición a discusiones teóricas”.

“Lo que hemos visto en los últimos tres años es que existe a nivel global la gente se está dando cuenta que el futuro se enfoca en los renovables y en el gas. Y lo escuchamos cada vez más a medida que participamos”, dice. En esa línea, recalca la importancia que tendrá la COP 25 en Chile, y reflexiona: “El ambiente internacional se ha enrarecido desde el COP21 y eso ha tenido implicancias en los enfoques generales contra el cambio climático”.

- ¿Qué podría hacer Chile para que el gas natural tenga más protagonismo en la matriz?

- Quiero felicitar a Chile porque se ve como un país muy avanzado con respecto a la mitigación del cambio climático y claramente la COP 25 se le entregó a Chile reconociendo los enfoques de sus gobiernos con respecto a este problema.

El gas en la matriz energética en comparación con el promedio es más bien bajo, por lo tanto hay espacio todavía para que pueda contribuir a las metas del cambio climático en las áreas de generación -porque utilizan mucho carbón todavía-, en transportes, particularmente en el masivo. Entonces, es muy positivo que recientemente su gobierno haya logrado un acuerdo con Argentina para importar gas a su país, porque eso es significativo y positivo para asegurar la seguridad de un suministro que va a estar ahí a medida que ustedes tengan mayor participación en el mercado del gas.

- ¿Pero de qué depende que el gas natural tenga una mayor participación? ¿Pasa por los políticos, los privados, de quién es la responsabilidad?

- Al final y al cabo las políticas van a determinar. Las políticas van a determinar el crecimiento del consumo del gas y nuestra posición como IGU. Lo que le decimos al gobierno es que asegúrense que sus políticas estén bien diseñadas y creen un campo más o menos justo para todos, para que todas las fuentes energéticas puedan competir. La manera más eficiente de lograr las metas es dejar que el mercado funcione, va a ser la manera más costo-efectiva de lograrlo.

Sin embargo, a un nivel más alto esas políticas y esas ambiciones tienen que estar claramente declaradas porque así van a estimular la inversión necesaria, así que es un tema político.

- ¿Son suficientes las políticas implementadas en Chile?

- Tenemos el conocimiento de lo que está pasando en el país, pero vemos que hay algunos subsidios que a veces están en contra del gas. La remoción de esos subsidios y aplanar la cancha tendría como resultado una mayor adopción del gas natural.

- ¿Se refiere al diésel?

- Sí, es un impuesto al diésel, a eso me refiero. Es como un subsidio de cierta manera, aunque es un impuesto en la práctica.

- ¿Cuáles son los temas que debiesen estar en la agenda de la COP25?

- Había temas pendientes que no se resolvieron en la COP24 que van a caer en la COP25, eso incluye el tema de los precios del carbón a nivel global, el tema de un compromiso de US$ 100.000 millones anuales hacia los países en desarrollo que quedó pendiente. Por lo tanto, el desafío de la COP25 será avanzar en esas áreas que quedaron pendientes y que necesariamente tiene que ver con las opciones que uno toma en el combustible.

Hay que recordar que la COP26 –que se realizará en 2020 en un lugar por determinar- será la oportunidad donde se revise los avances para fijar la Contribución Nacional Determinada para Chile (INDC, que fija el compromiso de reducción de gases con efecto invernadero). Va a ser interesante ver cómo será eso el próximo año.

Nuestra observación es que de alguna manera se ha perdido un poco el impulso de las reacciones eufóricas que vimos en el COP21 y hay varias razones tras ello: políticas, guerras comerciales, agendas nacionalistas que están ocurriendo en el mundo (Brasil, por ejemplo, que iba a ser anfitrión del COP25). El ambiente internacional se ha enrarecido desde el COP21 y eso ha tenido implicancias en los enfoques generales contra el cambio climático.

- ¿Hay alguna fórmula que han identificado para concentrar más el gas natural dentro de las matrices de los países?

- Sí, hay ejemplos que tienen que ver con políticas de ir dejando de lado el carbón. Por ejemplo, vivo en Ontario, en Canadá, que dejó de lado completamente el carbón, de 8 mil MW de carbón fue reemplazado con gas de ciclo renovable por un período de 10 años. Tenemos plantas de carbón muy grandes que fueron sacadas de producción y se tuvieron que alinear con un ciclo de reproducción con nuevas plantas. Yo era el presidente de la Asociación de Energía de Ontario.

Por ejemplo, el Reino Unido se ha comprometido a dejar de lado el carbón en 2025. Hoy, en cuanto a la electricidad que se produce por carbón, todavía siguen existiendo plantas operativas pero han bajado. Vemos 19 países que han comprometido dejar totalmente de lado el carbón, y sabemos que las renovables van a jugar un rol importantísimo. Pero tiene que haber un seguro. La energía solar va a ser importantísima, será la más importante en su crecimiento. Cada noche oscurece, por lo que necesitamos elaborar baterías, capacidad de almacenamiento de energía para poder responder y mantener el sistema en equilibrio. Esas tecnologías van a evolucionar rápidamente, pero a gran escala aún no son muy económicas. Pero no podemos arriesgarnos a que terminemos con cortes o escasez de electricidad, y el gas responde de manera tan rápida que puede proporcionar el seguro de que el sistema eléctrico va a estar equilibrado.

- ¿El proceso de descarbonización que se está llevando a cabo en Chile de parte del gobierno es la oportunidad para que el gas se convierta en un pilar para la economía?

- Por supuesto. El país tiene muchos desafíos, tienes las minas y cómo aseguramos tener un suministro confiable para el sector minero y, a la vez, bajamos las emisiones y ese es un foco importante del gobierno, es fundamental para Chile. No es solo el carbón, sino que el diésel en el sector transporte, está todo eso así que el gas va a estar en una posición inmejorable para contribuir a ese proceso de descarbonización. A nivel  global, la participación de mercado del gas natural es el 25% de la matriz de energía global, el último número que vi para Chile es 15%. China tiene solo el 8%, pero cada porciento en China es enorme.

- ¿Cómo se convence a las autoridades para que el gas natural sea una opción?

- Las asociaciones locales de gas juegan un rol importantísimo. Es difícil, pero hay muchos ejemplos en el mundo que pueden apuntalar la historia que quieren entregar. Hay que mirar más allá de Chile y vean qué mensaje pueden entregar a los políticos desde la experiencia del mundo. Hay que mostrarles información basada en hechos sobre el impacto que tiene el gas natural. Y no hay que ir muy lejos: Colombia, por ejemplo.

- ¿Pero hay ejemplos de países similares que importan gas y que han aumentado la participación del gas en su matriz energética?

- India, por ejemplo, que hay tenido que enfrentar sus problemas. Si bien no necesitaban importar energía, se dieron cuenta que tuvieron que importar energía, principalmente gas natural licuado para avanzar. Lo que ha ocurrido es que las nuevas innovaciones como las plantas que rellenan el gas le permite a los países pequeños importar gas natural licuado para limpiar sus sistemas eléctricos. Una vez que tienen la posibilidad de construir la infraestructura para que ocurran otras oportunidades de mercado, pequeños países como Panamá el año pasado se convirtió en un nuevo importador de GNL. Bangladesh también. Por lo tanto, de manera gradual cada año tenemos dos o tres nuevos miembros que se unen a nuestro club.

Básicamente, lo que están haciendo es reemplazar el diésel, el petróleo y los combustibles fósiles en su matriz de generación eléctrica por GNL, que es mucho más limpio y barato. Ellos antes importaban diésel, por lo tanto existen ventajas económicas para esos países para que importen GNL y antes no era posible porque se necesitaba una planta regasificadora enorme que era muy cara. Hoy, las plantas flotantes demoran la mitad de tiempo para entregar un proyecto y a la mitad de costo de capital. Brasil está usando estas plantas flotantes.

- En casos como Panamá e Irlanda, ¿las claves son las asociaciones con el gobierno?

-Sí, ahora incluso estamos pensando en generar una organización a nivel sudamericano más robusta que pueda unir a todos los países de Sudamérica para producir los reportes necesarios, los grupos de apoyo necesarios para la industria y eso se está desarrollando ahora.

 

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