Consumo

Jorge Mckay, dueño de La Fête: “Si no salimos fortalecidos como país de esta crisis, habremos perdido una oportunidad muy buena”

Al llegar a los 50 locales a nivel nacional, el empresario admite que no planean una mayor expansión este año, pero sí evalúan potenciar su formato de cafetería, presente sólo en Casa Costanera.

Por: María José Blanco. | Publicado: Martes 25 de febrero de 2020 a las 11:57 hrs.
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Con una facturación de alrededor de US$ 30 millones, aproximadamente el 50% de participación de mercado y en su mayoría trabajadoras mujeres, La Fete Chocolat, fundada por Jorge Mckay, prepara su 2020 con cautela. Si bien la firma sumará dos nuevos locales en Mallplaza –llegando al total de 50 establecimientos-, aún no tiene definido específicamente dónde, debido a lo que se espera en marzo y abril por la crisis social y el plebiscito para definir si se elabora una nueva constitución.

En una época donde la tolerancia cero al abuso se ha tornado un eje principal en la contidianeidad de la ciudadanía, la cadena de valor de la industria del cacao ha sido un camino bastante difícil de emparejar. En esa línea, Mckay cuenta que en de los lugares donde La Fete tiene 130 parcelas con plantaciones de cacao es en la Península de Yucatán, en la Hacienda Ticul (México), a través de una cooperativa la firma trabaja bajo la cruzada de un pago justo al agricultor y un cultivo sostenible del cacao.

- El chocolate es maravilloso, pero la primera cadena, que es el agricultor, lleva decenas de años en malas condiciones. Muchos de los países de los cuales se origina el cacao -casi todos tropicales- tienen lamentablemente un gobierno bastante inestable y condiciones de eficiencia y de manejo bastante precarias. Entonces, el rol de nosotros es intervenir para crear valor, para cambiarle la vida a la gente. Y lo vamos a hacer. Nos aseguramos de pagar sobre el mercado, al contado y/o directamente a los productores, además de entregarles técnicas para bajar los rendimientos. O sea, solamente con eso, en poco más de un año ya duplicamos el nivel de ingresos solamente por manejar bien los campos control de erosión, asegurarnos de que no haya trabajo infantil y controlar los pesticidas. Nosotros recibimos el cacao fermentado, lo sacamos y nos aseguramos de que haya mejor calidad.

- Varios centros comerciales tuvieron que cerrar sus puertas tras el 18 de octubre. ¿Cómo les afectó a ustedes?
- En muchas partes tuvimos problemas. Estuvo todo muy afectado, en Santiago y regiones. Por suerte no hubo daños en ningún local, pero sí saquearon lugares aledaños.

- ¿Y cómo se han ido recuperando?
- Diciembre, enero y febrero nos hemos recuperado en venta, han sido muy buenos así que estamos contentos. Yo creo que fue porque la gente salió buscando normalidad, con ganas de airearse un poco, llevar una vida más cotidiana. Las ventas de Navidad estuvieron muy buenas. Estamos tratando de hacer la pega y desparramando tranquilidad a nuestra gente. Esto nos ha servido para acercarnos más con quienes trabajamos. Les hemos asegurado que aquí no van a haber despidos de ningún tipo. Vamos a apretarnos el cinturón. Nosotros ya estamos trabajando prácticamente 40 horas.

- ¿Cuáles son sus planes a futuro?
- Por ahora vamos a esperar para ver cómo viene la mano en los próximos meses. Estamos dedicados a cuidar lo que tenemos y a nuestra gente. Tengo la esperanza de que aprendamos y el país salga fortalecido de esto. Ojalá que la Virgen no esté cansada de todo lo que pedimos, porque desde la independencia que le estamos pidiendo ayuda.


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-¿En 2020 se van a quedar en los 50 locales o hay más en carpeta?
- Nos quedaremos con los dos nuevos locales con Mallplaza y veremos si expandimos el proyecto de Cafetería La Fete como el que tenemos en Casa Costanera. Estamos analizando, pero por ahora queremos aguantar marzo. También estamos a la espera de lo que ocurra en abril. Si esto se hace bien, el país puede salir disparado positivamente.

- ¿Cómo les ha ido en ese formato de cafetería?
- Estamos muy contentos porque es una expansión del mundo chocolate y fue un producto difícil, pero que ahora está funcionando muy bien. En Casa Costanera lleva cuatro años y ha mejorado la parte de la experiencia y una oferta de cafetería con todos los permanentes del chocolate.

"En estos momentos aparecen oportunidades"

- A nivel general, tomando en cuenta que está creciendo el desempleo y mucha gente está pensando en emprender, ¿usted cree que es un buen momento para iniciar un negocio?
- Yo no creo mucho en hacer estudios de mercado y gastarse fortunas en eso para definir oportunidades de emprender. Más bien creo en el feeling comercial y en la capacidad de investigar y darse cuenta. Pero el timing es la clave para los emprendimientos...

- Hoy no sería un buen día...
- Yo esperaría un poco, sería conservador. De todos modos, es en estos momentos cuando aparecen oportunidades. Hay que identificar las habilidades personales para que ese sea uno de los pilares de lo que desarrollen, porque cuando uno hace algo donde es mejor y además es lo que más le gusta, sin duda lo hace mejor que el resto. También es importante que el entorno te ayude porque al principio cuesta, pero lo que siempre hay que ver con atención es el flujo de caja. Lo más importante de un emprendimiento es un flujo de caja, más que el resultado.

- ¿Cómo ve que se está desarrollando la situación en Chile, en el marco de un plebiscito por una nueva Constitución?
- El extremo de las posiciones es algo que veo de forma compleja, porque sube la temperatura y eso no nos va a llevar a buen puerto. La salida razonable a esto, primero, es condenar la violencia. Y con la generosidad de los actores para buscar el bien de Chile, cediendo algunas posiciones, defendiendo cosas más elementales y así llegar a un punto medio. Si no salimos fortalecidos como país y no identificamos las razones por las que se generó, va a ser muy, muy lamentable porque habremos perdido una oportunidad muy buena. Es un momento para abrir la mente.

- ¿Cómo se sale de la crisis?
- Hay grupos como el narcotráfico, los anarquistas y la extrema izquierda que se están aprovechando de esto, pero también desde el otro lado hay que soltar amarras. Hay que estar dispuestos a perder privilegios y empezar a querer al prójimo más que a uno mismo. (...) También hay que analizar que la agenda social que está impulsando el gobierno en términos de recursos, que es una fortuna. Hay una interrogante gigante sobre cómo se van a manejar esos recursos. ¿Cómo se va a modernizar el aparato estatal para que los beneficios lleguen efectivamente a la gente? No sabemos nada. Yo siempre digo la misma cosa: los empresarios podemos hacerle la vida mucho más amable a la gente.

- Una de las mayores razones de desconfianza que tiene la ciudadanía es con el sector empresarial. ¿Cómo pueden demostrar que los empresarios quieren hacer un Chile mejor?
- Todos somos humanos y nos equivocamos, pero la gente que trata hacer las cosas bien no aparece en ninguna parte. Las buenas noticias no son noticia y hay mucha gente tratando de hacer las cosas bien. Ahora, también hay muchos que han cometido errores, que han abusado, que han sido egoístas y excesivamente codiciosos. Tenemos que elevar los estándares y tener claro que la empresa la forma toda la gente que trabaja en ella. Un buen trabajo puede cambiar la vida de la gente y que esa es nuestra vocación. O sea, el centro de la vocación empresarial es ser agentes de cambio para bien.

- ¿Cree que el empresariado debería tomar un rol un poco más fuerte cuando uno de sus pares se sale del carril?
- Creo que debiera haber una condena más evidente a los casos que son incorrectos y la justicia tiene que obrar. Los empresarios no nos vamos a empezar a meter presos unos a otros, pero tiene que haber una condena más clara y potente, para que se pague, se terminen y eliminen los casos de abuso, colusión, de manejo de información privilegiada, de condiciones laborales, etcétera. La justicia está al debe por todos lados.

 

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