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El despegue de las ‘start up’ en el mundo jurídico

La tecnología está siendo la aliada perfecta para lanzar este modelo de negocio que incluye desde motores de búsqueda jurídicos hasta herramientas de gestión de la práctica legal.

Por: Expansión, España. | Publicado: Lunes 26 de mayo de 2014 a las 05:00 hrs.
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El sector jurídico está empezando a abrirse camino y emprende nuevos modelos de negocio con los que, a través de la innovación, ofrece servicios que hacen la vida más fácil a abogados y clientes.

Pese a tratarse de un colectivo conservador, las cifras muestran cómo, en los últimos años, se han dado importantes pasos hacia la creación de start up del mundo legal. Este cambio de tendencia coincide, precisamente, con unos años que no han sido los mejores para el mundo legal en Europa y Estados Unidos. La crisis económica ha hecho mella en un sector en el que uno de cada tres abogados reconoce que le cuesta vivir de su trabajo en España y, en otros países, como Estados Unidos, se ha visto cómo los recién licenciados cada vez lo tienen más difícil para encontrar trabajo como abogados, teniendo en cuenta el adelgazamiento de las grandes firmas, las fusiones de despachos e incluso la quiebra de alguno de ellos.

En el mercado estadounidense la tendencia es clarísima y los datos hablan por sí solos: mientras que en el año 2009 apenas figuraban 15 nuevos negocios de este ámbito en la lista de los business angels más importantes, ahora ya hay más de 400 y casi 1.000 inversores interesados en estos emprendedores. Además, en los tres primeros meses del año se ha notado una tendencia al alza, habiendo logrado las start up tecnológicas legales reunir hasta 50 millones de euros de financiamiento.

La tecnología está siendo la aliada perfecta para lanzar estos nuevos modelos de negocio que en el país norteamericano están abarcando cada segmento del mercado legal, incluyendo cuestiones como motores de búsquedas (Judicata); modelos de autoayuda legal (Shaker Law); la resolución de disputas online (Modria); la automatización de contratos (Diligence Engine); las técnicas de investigación electrónica, conocidas como electronic discovery (Logikcull); herramientas de gestión de la práctica (Clio); plataformas en las que los abogados ofrecen sus servicios (UpCounsel); educación en el ámbito legal (Mootus) o analíticas (Lex Machina), entre otras muchas.

En la mayoría de los casos, el objetivo con el que nacen estas empresas es el de facilitar el trabajo a abogados y clientes, logrando reducir costos y mejorar sus resultados.

Pasos tímidos 


Aunque en España también se están percibiendo algunos avances en este sentido, los pasos que se han dado en ese país son más tímidos. Se han creado algunas start up vinculadas al mundo legal como plataformas que ponen en contacto a despachos y clientes o que actúan como comparadores de abogado. Es el caso de LawYeah, Promolex, Unabogado o ContratarAbogados, por ejemplo.

También están surgiendo herramientas que facilitan el día a día de los letrados. Por ejemplo, está Terminis, un servicio online cuya función es certificar textos legales y contenidos publicados en páginas web o aplicaciones móviles. Además, tanto colegios de abogados como los propios despachos están dando pasos para aumentar su presencia en las aplicaciones móviles con una serie de aplicaciones que incluyen, por ejemplo, calculadoras de tasas o de interés legal, etc.

En Estados Unidos algunos expertos consideran que la innovación, tanto en las firmas de abogados como en nuevos proyectos vinculados al sector, crecerá más cuando se suavice la normativa y se permita, por ejemplo, que los dueños de despachos no sean necesariamente abogados.

En opinión del abogado Francisco Pérez-Bes “variar la forma social de los despachos no tiene por qué significar mayor innovación”. Cosa distinta, explica, es que “el profesional, por su propia formación y carácter, no tenga mentalidad de empresario aventurero y se dedique en exclusiva al ejercicio de la abogacía tradicional. Pero estamos viendo a muchos compañeros que comienzan interesantes proyectos relacionados con los servicios jurídicos, fuera –pero en paralelo– al ejercicio profesional”. A su modo de ver, “la innovación en el ámbito legal depende más de las inquietudes y creatividad de los abogados que de la existencia de trabas legales que impidan ese desarrollo”.

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