Laboral & Personas

Zarko Luksic: “Este proyecto sobre adaptabilidad no es un tema ideológico es una necesidad del mercado”

El abogado tiene la convicción de que la ley laboral del gobierno anterior “pecó de mucha rigidez”.

Por: Claudia Rivas A | Publicado: Martes 11 de junio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Durante el primer gobierno de Michelle Bachelet se desempeñó como subsecretario del Trabajo (2006-2008), con el socialista Osvaldo Andrade como titular de la cartera, y fue diputado durante tres períodos. Mucho antes de eso, Zarko Luksic (63, exDC) fue el abogado y asesor jurídico del Presidente Patricio Aylwin durante su mandato y luego jefe de gabinete del ministro de la Segpres Edgardo Böeninger. Actualmente, divide su tiempo entre el estudio Aylwin, Mendoza, Luksic, Valencia abogados y la academia. Desde su experiencia aborda con Diario Financiero la reforma laboral del actual gobierno y, entre otras cosas, retruca a quienes advierten que el proyecto del gobierno generará precariedad laboral, asegurando que “la peor precariedad que puede tener una persona es no tener trabajo”.

-¿Qué le parece la propuesta del gobierno en materia laboral?

-Es un proyecto necesario, en el sentido de que se pone a tono con los cambios bruscos que está viviendo el mercado laboral en el mundo, que está mutando de un modelo fordiano de relaciones laborales –algo muy rígido, muy estructurado- a uno más adaptable a las necesidades del mercado.

-¿Cuáles son las nuevas necesidades?

-El caso más concreto se da en las relaciones laborales de actividades que son de temporada; por ejemplo, el turismo y la agroindustria, que están absolutamente sujetas a temporada.

-Se dijo que la reforma de la Presidenta Bachelet reforzó los sindicatos, ¿qué se puede destacar de ésta?

-Esta no es una reforma que determina el rol de los sindicatos, que se da dentro del proceso de negociación colectiva. Debiera haber una tercera reforma –primero fue el Sence, ahora la que se aboca a la adaptabilidad-, que debe tener por finalidad principal corregir o reforzar lo que se resolvió en la reforma anterior de la Presidenta Bachelet.

-¿Es necesaria esa tercera reforma laboral?

-Es necesaria, porque esa reforma del gobierno anterior sufrió un cambio brusco por el fallo del Tribunal Constitucional, que cambió drásticamente su objetivo -buscaba la titularidad exclusiva del sindicato- al fallar que la Constitución le otorga el derecho a negociar a los trabajadores, que se pueden organizar como sindicato o como grupo. También se cayó la norma que decía que para tener acceso a los beneficios el trabajador debía afiliarse al sindicato, por lo que hay que readecuar estos artículos.

-¿En qué línea?

-Creo que se podría negociar el tema de la extensión de beneficios o que la titularidad tenga ciertos requisitos o condiciones. Creo que la reforma laboral anterior de Bachelet pecó de mucha rigidez.

-¿Qué debería hacer Piñera en esa tercera reforma laboral?

-El tema de los servicios mínimos, porque es un escándalo todo lo que se demoran. Y no es culpa de la Dirección del Trabajo. Sino que están mal formulados los plazos, los actores que intervienen; es una locura que para aprobar un servicio mínimo tengan que preguntarle a todos los sindicatos. También la extensión de beneficios, precisando más cuáles son los beneficios históricos. Finalmente, los grupos negociadores son un hecho, la Constitución los reconoce, y hay que normarlos. Entonces, faltan acuerdos, falta sentarse a conversar entre las partes; puede ser muy difícil, pero hay que hacer el esfuerzo.

-En este contexto, el expresidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara Raúl Soto, está siendo demasiado rígido en sus posturas? ¿Complicó la posibilidad de negociación?

-Es obvio, si el Parlamento es para parlamentar, conversar, hablar, dialogar. Ese es su rol principal. Yo estuve 12 años en el Congreso y nunca voté en contra una idea de legislar, más allá de la posición política que tuviera uno u otro.

-Entonces, ¿comparte las críticas del Presidente que dice tener una oposición obstructiva que le impide avanzar con sus proyectos?

-Sin lugar a dudas estamos en un clima de mayor polarización. Hay expresiones que no ayudan, de parte de unos y de otros. Pero hay que seguir insistiendo en buscar los acuerdos. Porque, por ejemplo, este proyecto sobre adaptabilidad no es un tema ideológico, es una necesidad del mercado. Acusan que va a haber precariedad con la reforma. ¡La peor precariedad que puede tener una persona es no tener trabajo!

-¿En la reforma laboral hay vacíos que arreglar?

-Por lo que he leído, hay que establecer más claramente cuál va a ser la función y el rol de la Dirección del Trabajo cuando se apliquen los contratos atípicos. El otro acento que pondría es cuál será la participación de los sindicatos cuando tengan una gran participación en la empresa. Pero la idea principal de la reforma de adaptar y flexibilizar es una necesidad y es una miopía no abrirse a buscar los mecanismos para ello.

-¿Qué efectos puede tener esta reforma en un escenario en que la expectativa de crecimiento está a la baja y se teme que el desempleo siga al alza?

-No pretendo caer en esta especie de euforia de que la reforma va a resolver todos los problemas laborales. De ninguna manera. Esta reforma está respondiendo a ciertas actividades productivas y necesidades para conciliar trabajo y familia, para los minusválidos, etc. Esta reforma laboral tiene una mirada solidaria.

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