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Mientras el mundo lamenta la pandemia, los brasileños buscan cómo aumentar sus ahorros

Entre enero y agosto, B3, la Bolsa de Valores de Brasil, aumentó en 76% el número de inversionistas retail: hoy superan los 2,9 millones de personas.

Por: DF MAS | Publicado: Domingo 4 de octubre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Amalia Santos quiere invertir y ganar dinero pronto. Tiene 1000 reales brasileños disponibles (unos $138.000) y quiere multiplicarlos para financiar su boda el próximo año. Ya saben. Cuando haya pasado la pandemia y se puedan celebrar bodas con más de 10 o 30 invitados, y valga la pena invertir en el vestido de sus sueños. Siempre les ha tenido miedo, pero se ha decidido, va a comprar acciones de un fondo inmobiliario. 

Es martes por la tarde y Amalia busca consejo en el chat de Me Poupe! (¡Ahórrame!), una de las plataformas de educación financiera más populares de Brasil, con 5,4 millones suscriptores. 

Gabrielle Carvalho también está en el chat. Él también tenía miedo al mercado financiero hasta el año pasado, pero ahora no solo invierte en acciones, sino también en activos alternativos. 

Amalia y Gabrielle son solo dos de los 1,3 millones de nuevos inversionistas que el mercado brasileño ha sumado este año. Porque mientras el mundo veía horrorizado el aumento de víctimas de Covid-19 en ese país, o seguía las críticas (diarias) al gobierno del Presidente Jair Bolsonaro, millones de brasileños han estado ocupados en otra cosa: sacarle partido a la pandemia.

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Hay otros dos factores destacables. El primero es que este boom de inversionistas continúa a pesar de que la bolsa brasileña no ha tenido un buen año. Al igual que sus pares de la región, el Bovespa acumula una caída de 19% en lo que va del año. Eso explica el segundo factor: la salida de los capitales extranjeros. Contrario a otros años, esta vez la gran parte (62%) del capital que está llegando al mercado es local. Los extranjeros, por el contrario, han reducido fuertemente su exposición a un país que ofrece innumerables riesgos: recesión, limitaciones políticas y económicas para avanzar con reformas estructurales, arcas fiscales debilitadas por años de excesos que impiden un mayor impulso a la recuperación, y un cuestionable manejo de la pandemia, que amenaza con demorar la reactivación económica. 

Curiosamente, todos esos factores juntos explican, precisamente el boom inversor. “Hay algo que cambió todo el escenario y es la tasa de interés. No hemos tenido una tasa de interés Selic tan baja desde hace 15 o 20 años, o desde 1994 cuando se implementó el Plan Real”, explica Pedro Mesquita, jefe de la banca de inversión de XP. 

Oportunidad en la bolsa

La baja tasa de interés supone, además, que los rendimientos de las cuentas de ahorro o depósitos a plazo bancarios, tradicionales instrumentos de ahorro, ya no son tan atractivos. “El dinero estaba ahí, y ahora las personas se han dado cuenta de que tienen que invertirlo, para aumentar su rendimiento. El boom (bursátil) en 2007 fue producto de la inversión de extranjeros. Esta vez, y desde el año pasado, son los fondos locales los que están aportando el capital”, agrega Mesquita. 

Eso ha llevado también a que sean las firmas locales, como Itaú, BTG Pactual y el propio XP, las que lideren las aperturas a bolsa, desplazando a grandes como JPMorgan o Bank of America. 

Analistas apuntan a que pese a todo el “ruido” político, Brasil goza desde hace un par de años de estabilidad económica. Sí, luego llegó la pandemia, pero empresas e inversionistas parecen estar haciendo lo mejor posible por sacar provecho a la crisis, y las bajas tasas de interés con que ha respondido el Banco Central. 

Un ejemplo es Locaweb. La proveedora de servicios de nube para empresas decidió seguir adelante con su apertura a bolsa en febrero, al comienzo de lo peor de la pandemia. Desde entonces, su acción ha rentado 263%. Locaweb no es un startup nuevo, su fundador no es un millenial. La empresa, con sede en Sao Paulo, fue fundada en 1998.

“Brasil es una economía grande, tenemos empresas fuera de Sao Paulo y Río (de Janeiro), en el norte, en el sur del país, con negocios atractivos, buenos gobiernos corporativos, maduras para abrirse a bolsa”, recuerda Mesquita, quien cree que todavía veremos al menos 15, sino 25 IPOs más en B3 hasta fin de año. 

Acciones para todos

La consultora Oliver Wyman anticipa que las plataformas digitales manejarán un 25% de los activos de los inversionistas retail en los próximos tres años. En una encuesta realizada en agosto del año pasado, la consultora reveló que solo un 3% planeaba invertir en una cuenta de ahorros tradicional (Poupanca), versus el 66% interesado en invertir en acciones e instrumentos derivados. 

El cambio en aversión al riesgo es radical. Una explicación podría ser el cambio demográfico. Como Amalia y Gabrielle, que están en sus 30s, las cifras de B3 a agosto muestran que el 60% de los inversionistas retail tienen entre 26 y 45 años. La mitad, además, vive en Sao Paulo.  

Michael Wagner, autor del estudio de Oliver Wyman, lo explica no solo por el cambio demográfico, sino también por una menor sensación de riesgo en general. Una inflación controlada, una tasa de interés baja, una economía en marcha (hasta antes de la pandemia) generó un ambiente propicio para apostar por activos más riesgosos. 

Pero esto podría cambiar rápidamente. Al menos tres empresas cancelaron sus IPOs agendadas la semana pasada, y medios especializados afirman que hay otra decena que puesto sus planes en revisión. El cambio de planes es una reacción a las dudas de que el gobierno de Jair Bolsonaro pueda respetar el techo de gasto y la regla fiscal. Como los demás gobiernos, el de Brasil se enfrenta al dilema de extender las ayudas implementadas por la pandemia, y que vencen en diciembre, o deteriorar aún más sus ya débiles arcas fiscales. Una crisis fiscal agravaría la caída del real, la depreciación de la moneda puede impulsar al alza las expectativas de inflación, y con ello obligar al banco central a elevar la tasa de interés. Peor aún, podría alimentar la incertidumbre y revivir fantasmas de crisis pasadas.

“La pandemia no es nuestro mayor riesgo. Nuestra principal amenaza es la situación fiscal. “Brasil es un país con muchas emociones… y sería imposible tener un mercado financiero sin emociones”, dice Mesquita, entre resignado y nervioso. 

Emoción. Algo que hace a los brasileños muy atractivos como vecinos y amigos, pero que puede ser peligroso para los activos financieros. Un cambio de “emoción”, o percepción del riesgo existente, y los inversionistas podrían optar por volver a sus Poupancas, aunque renten poco. 

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