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Bajaron los planes de Isapre para la mujer: en qué fijarte para elegir el tuyo

Tras poner fin a la discriminación por género en el sistema privado de salud, la contratación de planes se disparó. Pero ojo que la rebaja no es automática: hay que dar de baja el plan antiguo avisa la Superintendencia. Y la clave: cotizar antes.

Por: | Publicado: Jueves 24 de septiembre de 2020 a las 18:00 hrs.
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Las mujeres ya no tendrán que pagar más que los hombres por un mismo plan en las Isapre. Desde abril rige una norma que obliga  al sistema privado de salud a igualar los cobros en función de la edad y no del sexo de cada persona, poniendo fin así a décadas de discriminación.

La regulación eliminó la enorme variedad de tablas de factores de riesgo con que las Isapre calculaban el precio de los planes y que hacían a las mujeres más jóvenes pagar hasta un 179% más que un hombre por el costo que implicaba para la aseguradora el riesgo de un embarazo. Incluso se llegaron a vender los llamados “planes sin útero”, en que a cambio de cobertura a un precio asequible algunas mujeres jóvenes optaban por no asegurar del todo su posible maternidad.

Y si querían estar cubiertas tenían que llegar a pagar casi dos veces más que los hombres del mismo rango etario pues las Isapre.

Aunque la norma partió en abril, esta semana la Superintendencia de Salud dio a conocer su impacto a tres meses de su aplicación: el 56% de todos los nuevos contratos fueron suscritos por mujeres y las que se cambiaron a los nuevos planes comenzaron a pagar en promedio, 1,6 UF menos, es decir, casi $ 50 mil  de rebaja  “Si eres mujer y tienes un diagnóstico relativamente claro de las posibles situaciones de salud que te toque vivir en lo inmediato o en el mediano plazo por razones genéticas, hereditarias o de hábitos de vida, es clave que las sepas. En los planes de salud que busques, deben revisar el nivel de cobertura que te ofrecen”, sostiene el profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Guillermo Rebolledo.

Condiciones de salud

Si ya estás en una isapre o quieres cambiarte a ese sistema, es clave tener claro el historial familiar y personal de enfermedades, que dice mucha relación con el tipo de vida que se lleva, en términos de alimentación, hábitos deportivos o de trabajo, etc.

En los planes de salud que busques, debes revisar el nivel de cobertura que te ofrecen por  las posibles situaciones que te toque enfrentar en lo inmediato o en el mediano plazo por razones genéticas, hereditarias o de hábitos de vida.

¿Plan cerrado o abierto?

 Las Isapre ofrecen atenderse en su propia red o en otra, a diferentes precios. Los más baratos son los planes “cerrados” a un mismo prestador donde la atención es entregada preferente por un profesional o centro ligado o controlado por la propia aseguradora.  

Los planes “abiertos” donde tú eliges clínica, centro médico o incluso profesional médico que te atienda son más caros.  Por eso, tendrás que indagar muy bien que esos prestadores tengan convenio con la Isapre que deseas cotizar, y en algunos casos te puedes encontrar con que algunos prestadores, especialmente profesionales médicos que tú frecuentas no tienen convenios, y eso quiere decir que para atenderte con ese prestador tendrás que pagar particular y después reembolsar.

Fíjate en los “topes”

Si estás dispuesta a atenderte en la clínica, centro médico o profesional médico sugerido por la Isapre, entonces te conviene cotizar planes cerrados.

Pero si la respuesta es no, deberás buscar aquel plan de salud que tenga buena cobertura en libre elección. ¿Cómo?: mirando los “topes” en cantidad de eventos al año (número de veces que cubren), como el monto por cada evento en pesos y UF (atenciones de algún profesional o tecnología por año) y comparar esos topes con tu costo estimado anual en esas atenciones médicas: el 7% de tu renta en 12 meses más lo que gastaste adicionalmente.

Si estás “sana”

 Si crees no tener problemas o situaciones de salud previas, entonces debes privilegiar la búsqueda de la mejor cobertura en los diferentes tipos de prestaciones (ambulatorias y hospitalarias). Es probable que en el escenario de estar muy sana ahora, te convenga buscar mayor cobertura ambulatoria para hacerte exámenes seguidos de carácter preventivo, aunque siempre los planes tendrán también cobertura hospitalaria.

Recuerda que las Isapres funcionan como un seguro. Por lo tanto, mientras más joven y sana estés serás una clienta buscada por el sistema. 

Si eres mayor

Mientras más adulta seas, eres menos conveniente para la Isapre, por el nivel de uso del seguro que eso implica. Por eso, mientras se crece en edad no conviene cambiarse de Isapre ni de plan, a excepción que sus condiciones de salud cambien a tal punto que requiere un nuevo plan. Pero antes de tomar esa decisión cotiza. 

Prevenir abarata el plan

Es importante analizar y aprovechar las opciones de “prevención”, que puedan ofrecer las Isapre. No es negocio para ti ni para la aseguradora una enfermedad por lo que el sistema ofrece chequeos gratuitos o bonos “costo cero”. Revisa en tu coptización cuánto de eso te ofrecen. Puede hacer la diferencia.

Seguro complementario

 Al analizar con qué plan quedarse, se deben analizar también los seguros complementarios que ofrecen en el lugar de trabajo o que tú misma puedes comprar de manera particular, especialmente si los profesionales que frecuentas no tienen convenios, y eso quiere decir que para atenderte con ese prestador tendrás que pagar y reembolsar.

En el sistema chileno conviene tener seguros complementarios, porque la primera capa de cobertura que es la Isapre o Fonasa no llega al 100% sin tope en todo. Por eso es conveniente evaluar un seguro complementario del plan, ponderando cobertura y tope. Con ese cálculo en al mano, recién cerrar el trato. 

Es clave revisar anualmente el plan y las condiciones, y aprovechar todos los beneficios o prevenciones que te ofrezcan, ya que la idea es recurrir a usar su plan cuando de verdad lo necesites. 

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