Cambio Climático

Gonzalo Muñoz: “La atención de la urgencia no tiene por qué estar enemistada con continuar el desarrollo sostenible”

El experto espera que tras la crisis, el Ministerio de Ciencia se vea fortalecido y que los planes de recuperación financiera incorporen la transición hacia procesos y tecnologías limpias.

Por: Rocío Vargas Suárez | Publicado: Martes 28 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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La pandemia de Covid-19 está impactando fuertemente las economías de los países y Chile no es la excepción. Se estima que muchas inversiones se retrasarían, entre ellas las vinculadas a los compromisos ambientales, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

El High Level Climate Action Champion de la COP25 (Cumbre de Cambio Climático), Gonzalo Muñoz, advierte que una de las conclusiones que deja la pandemia es que “hay que escuchar más a la ciencia, tenerla más cerca y fortalecer su capacidad de estar vinculada a las actividades de los otros sectores. La atención de la urgencia no tiene por qué estar enemistada con fortalecer la ciencia y continuar la senda del desarrollo sostenible”.

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Destaca que la agenda climática ya se ha visto afectada. Por ejemplo, a nivel internacional se postergó la COP26 para 2021.

En Chile, en tanto, el gobierno anunció una reasignación de gastos para hacer frente a las consecuencias económicas del virus la que, según algunos los expertos, podría afectar la implementación de los compromisos de reducción de emisiones de Chile a 2030, en el marco del Acuerdo de París.

Muñoz espera que, contrario a esta reasignación, “carteras como la de Ciencia incluso se vean tremendamente fortalecidas. Para afrontar esta pandemia, esta crisis, y las que vengan, necesitamos más ciencia y analizarla con mayor profundidad, no sólo cuando ya estamos con el agua hasta el cuello”.

El gobierno presentó a comienzos de abril la actualización de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, su sigla en inglés), a la ONU Cambio Climático. A grandes rasgos, se establece una meta de reducción de emisiones en un 30% a 2030 -con un peak de emisiones a 2025-, y la carbono neutralidad a 2050, lo que tendría un costo de US$ 41.300 millones para el período 2020-2050.

Si bien algunos expertos han planteado dudas sobre la implementación de estas metas debido al eventual escenario de recesión económica, el también cofundador de TriCiclos y de Sistema B, plantea que “hay una expectativa de un peak de emisiones a 2025 que todos creemos que se puede lograr”. “Chile tiene condiciones muy favorables que le debieran permitir no sólo cumplir con el compromiso, sino al mismo tiempo entregarle a la ciudadanía energía más limpia y más barata”, dice.

Asegura que éste puede ser el mejor momento para comenzar de lleno la transición energética. Señala que si bien la crisis puede entrampar potencialmente algunas inversiones, “también puede ser el momento para que un sistema financiero más inteligente se dé cuenta de la inestabilidad que representa en múltiples dimensiones el estar anclado a los combustibles fósiles frente a la estabilidad y, por lo tanto, la mejor proyección que tiene el estar anclado en los proyectos en base a energías renovables”, afirma Muñoz.

Plantea que parte de esta crisis debe hacer reflexionar sobre “qué es lo que no se hizo necesariamente de la mejor forma y que ahora se podría hacer mejor”.

“Esperamos que para muchos sea evidente que incluso los planes de recuperación financiera incorporen el salir de procesos contaminantes y entrar a procesos y tecnologías limpias”, comenta el High Level Champion de la COP25.

Desafíos

Para Muñoz, los desafíos que pone la pandemia sobre la mesa, de cara a la lucha contra el cambio climático, tienen que ver con la comprensión del desarrollo económico y la resiliencia.

Respecto a lo primero, asegura que “poniendo en el centro la necesidad de activar el trabajo de las personas, (el desafío es) activarlos de manera que sean prioritariamente actividades que contribuyan al desarrollo sostenible”. Plantea que hay acciones vinculadas a las energías limpias, electromovilidad, entre otras, “que podrían potenciarse y a la vez, estar generando trabajo que no sólo sean beneficiosos en lo financiero, sino que al mismo tiempo sean proyectables en materias de modelo de desarrollo.

“Y, por otro lado, también nos desafía a tener una mirada más resiliente hacia el futuro. Resiliencia para una potencial pandemia y para cualquier otro tipo de crisis. Nuestra sociedad, nuestro modelo de desarrollo, nuestras organizaciones deben ser capaces de resistir embates diversos, prepararse a ellos, entenderlos de mejor manera y reaccionar de forma más positiva”, afirma.

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