Las autoridades chinas informaron ayer que la segunda economía del mundo creció en 2015 a su ritmo más lento en un cuarto de siglo, con una expansión de 6,9%. Pero, mientras que la atención global se ha enfocado en el descalabro de los mercados bursátiles de Shanghái y Shenzhen, o en la amenaza de una devaluación del yuan, el menor dinamismo ya está impactando con fuerza en el mercado laboral.
La desaceleración económica está gatillando una oleada de despidos y retrasos en el pago de las remuneraciones a los trabajadores chinos, que se están traduciendo en crecientes protestas y huelgas. Sólo en diciembre de 2015 se produjeron más de 400 incidentes de este tipo, un récord mensual para un año en que las protestas se duplicaron, llegando a 2.774.
“El aumento de huelgas y protestas comenzó en agosto, en la época de la devaluación del yuan y la posterior caída de la bolsa, y se mantuvieron durante el último trimestre a medida que la economía ha mostrado escasos signos de mejora”, explica a Bloomberg Geoffrey Crothall, director de comunicaciones de la asociación de defensa de trabajadores China Labour Bulletin, con sede en Hong Kong.
Datos en duda
La situación es una preocupación más para el Partido Comunista chino, que llegó al poder en 1949 con la promesa de representar a la clase trabajadora. Una señal de su nerviosismo fue el arresto de cuatro dirigentes sindicales en Guandong a principios de mes, en medio de la ofensiva contra los activistas laborales en casi dos décadas. “La situación no es buena estos días”, dice Zhang Zhiru, un representante de los trabajadores en Shenzhen. “No es conveniente aceptar entrevistas con medios extranjeros”.
La tasa de desempleo oficial para los trabajadores urbanos se ha mantenido prácticamente sin cambios en alrededor de 4%, pese a que la economía se ha frenado de manera significativa en el pasado, como durante la crisis financiera global. La cifra real se situaría un par de puntos porcentuales por encima de ese nivel, en 6%, según estima el equipo de expertos económicos y empresariales para China de la firma privada The Conference Board.
Según el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social, el crecimiento de los salarios ha superado al económico en los últimos años, y en los primeros nueve meses de 2015 se crearon 10,7 millones de empleos urbanos, por encima de la meta oficial de 10 millones para todo el año.
Pero los sondeos privados entre los gerentes de compras muestran que las empresas llevan al menos once meses reduciendo personal. Las encuestas en el sector servicios arrojaron en diciembre el peor desempeño en 17 meses.
Un estudio realizado entre 570 compañías de Guangdong reveló que las firmas han reducido su fuerza laboral en un promedio de 3,5% entre 2013 y 2014, mientra que los trabajadores menos calificados han sido reducidos en 5%.
Y los salarios, que entre 2013 y 2014 crecieron a una tasa anual de 10% , vieron su ritmo de crecimiento frenarse drásticamente a 2% en el la última mitad de 2015.
Duro año para el empleo
Para 2016 los expertos anticipan un año complicado para la mano de obra local, ahora que las empresas buscan formas para reducir costos y recortar el exceso de capacidad.
Una encuesta a multinacionales que operan en China indica que sólo un tercio tienen planes de aumentar su plantilla este año, el menor nivel desde 2009. Para Elley Cao, directora de recursos humanos de Mercer en Shanghái, “esta será la tendencia para los próximos años”.
Se prevé que los despidos sean especialmente numerosos en la industria pesada y de recursos, afectadas por el exceso de capacidad que el gobierno pretende reducir. Las cifras muestran que el recorte ya ha comenzado. El sector carbonifero ha perdido 890.000 puestos de trabajo desde 2013, todo el empleo creado en el sector desde el estímulo impulsado en 2007, explicó Ernan Cui, un analista de Gavekal Dragonomics en una nota. La industria del acero, redujo 550.000 empleos en el mismo período. “No es inverosímil que estos dos sectores puedan despedir alrededor de un millón de trabajadores en 2016”.
Aunque el sector servicios está creciendo, no crea tantos empleos cualificados y bien remunerados como el financiero. En cambio, afirma Park, está generando posiciones como meseros y lavaplatos. Crothall, del Boletín de Empleo de China, afirma que “los empleos disponibles en el sector no son mucho mejores en términos de salario y condiciones, que lo que estaban recibiendo los trabajadores de las fábricas. De hecho, con frecuencia aceptan cobrar menos y trabajar más horas”.
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