A seis meses de asumir la conducción de la UDI, a su presidente el diputado Ernesto Silva, le ha llovido sobre mojado. Ello, porque a la investigación por el llamado caso Penta en que el ex alcalde del partido Pablo Zalaquett declaró en calidad de imputado, se sumaron las querellas del Consejo de Defensa del Estado (CDE) por cohecho contra el ex subsecretario de Minería -del gobierno de Sebastián Piñera-, Pablo Wagner, y por fraude al Fisco en contra de la senadora gremialista Jacqueline van Rysselberghe.
Sin embargo, y a pesar de insistir en que se debe respetar la presunción de inocencia mientras no haya fallos condenatorios, el jefe de la bancada de diputados, Felipe Ward, admitió que existe preocupación, pero también apuntó al gobierno por las filtraciones.
En la misma línea de su directiva, el representante gremialista insistió que tanto en las primeras investigaciones como en las acciones del CDE se debe respetar la presunción de inocencia y dejar que las instituciones funcionen. Pero fue un paso más allá al atribuirle responsabilidad al gobierno por las filtraciones que la UDI ha acusado reiteradamente.
"Creo que hay un interés, por ahora pasivo, de parte de algunos sectores del gobierno en ver perjudicada a la UDI", sentenció, exteriorizando un ánimo que es generalizado en la colectividad, pero que no había sido reconocido abiertamente.
Según Ward, "los principales enemigos políticos de La Moneda son Andrés Velasco y la UDI y son justamente la institución, la UDI, y Andrés Velasco quienes más se han visto perjudicados a través de las filtraciones que se han conocido en los medios de comunicación". Estos últimos, dijo, no tienen ninguna responsabilidad, porque están cumpliendo con su labor, "pero los que no están haciendo su trabajo son las personas que tienen acceso a investigaciones privadas en la Fiscalía. Ahí creo que hay intencionalidad pasiva, no lo ven con malos ojos cuando los atacados públicamente, los que están en el ojo del huracán, son sus principales adversarios".
Con todo, el diputado también admitió que en la casona de calle Suecia existe inquietud frente a estos hechos. "Hay que ser honestos, hay preocupación en la UDI", confirmó, y añadió que, "obviamente, que este no es el mejor de los momentos" y que si bien en la tienda están tranquilos, basándose en que "no hay ninguna persona que haya sido condenada", reconoce que este escenario podría cambiar si se acredita la responsabilidad de alguno de los investigados.
"Si el día de mañana hay sentencias condenatorias el ambiente cambia y, obviamente, que el pie de las declaraciones del partido tiene que ser distinto. Si hay personas que han sido condenadas, obviamente que hay que tratarlas de forma distinta".
Sobre el caso de la actual senadora, el presidente de la UDI se limitó a reiterar la postura asumida en las otras investigaciones. "Se trata de algo muy antiguo y, la verdad, no es primera vez que se le acusa a ella (Van Rysselberghe) de algo que termina no siendo cierto".