El proyecto de ley que simplifica la reforma tributaria, ingresado ayer al Congreso por el Ministerio de Hacienda, generó reacciones dispares entre las empresas de auditoría locales, las cuales si bien valoraron el intento del gobierno por corregir el texto, advierten que no necesariamente implicará menores costos para los contribuyentes.
El más crítico fue el socio de Consultoría Tributaria de EY, Javier Jaque, para quien los cambios “no simplifican sustancialmente las complejidades” del nuevo sistema.
“Los problemas que se conocen con respecto a la complejidad dicen relación no solo con la interacción de los sistemas, sino que también con la creación de una normativa y registros que conviven con el sistema de tributación antiguo, el FUT. El problema que subsista el sistema anterior obliga a que las empresas tengan siempre antecedentes y conocimientos respecto de la forma de tributación de los años en que funcionaba el FUT”, advierte, junto con valorar la eliminación de cuatro de los registros que contempla la reforma.
En tanto, desde Deloitte advierten que es “discutible” que un proyecto de ley con más de 100 páginas (138 para ser más específico) pueda ser considerado una simplificación.
“Todavía existe una dualidad del sistema, que es complejo y que requiere de mayor análisis para saber si produce o no una simplificación”, plantean.
Mientras el socio líder del Área Legal y Tributaria de PwC Chile, Didier Lara, señala que “sin modificar” el fondo de la ley original, las correcciones “simplifican” el régimen tributario, valorando la eliminación de algunos de los registros contables que reemplazan al FUT.
“Se limita la interacción entre los dos sistemas tributarios, ya que sólo podrán utilizar renta atribuida las sociedades que tengan como dueños personas naturales y si esta sociedad tiene sociedades filiales, estas últimas deberán obligatoriamente llevar el sistema semi integrado, interactuando los dos sistemas sólo en la ultima etapa de distribución de las utilidades”, señala.