Sudamérica en la mira de Trump

CARLOS CRUZ INFANTE

Ha sido bullada la primera nominación de un embajador del Presidente Donald Trump en Sudamérica. Se trata de Brandon Judd, quien asumirá en Chile. ¿Qué objetivos puede tener Trump en nuestro vecindario? ¿A qué estrategia regional responde la designación de Judd?

Al analizar el contexto, podemos ver que el Southcom, la división del Departamento de Defensa para el Caribe y Sudamérica, advierte al menos tres riesgos para la región: el crimen organizado transnacional, los crímenes ambientales y económicos -como la minería y pesca ilegales- y la falta de ciberseguridad, que podría afectar a la infraestructura crítica.

“Con China en el Pacífico, aunque habiendo asegurado Argentina, Chile podría adquirir relevancia estratégica para EEUU. El futuro embajador, Brandon Judd, no es de hecho un mero agente de fronteras, como se lo ha querido caracterizar”.

La mayor influencia china también genera tensión en la Casa Blanca. Además del conflicto comercial aún vigente, China ha convencido a varios países del sur global, Chile incluido, de seguir planes de infraestructura ambiciosos con financiamiento chino. Se trata de la Build and Road Initiative (BRI), la nueva ruta de la seda. El Puerto de Chancay, en Perú, es una muestra.

Considerando esto, el responsable de la política internacional de Trump será Marco Rubio, figura clave de la comunidad latina y cuyo subsecretario, Christopher Landau, fue embajador en México hasta 2021. Asimismo, el representante de Comercio Internacional, Jameison Greer, es experto en las industrias energéticas de México y Colombia. ¿Es cierto, entonces, que a Trump no le importa nuestra región?

Veamos algunos países. Brasil, donde Trump no ha definido un delegado, es un caso complejo. El Presidente Lula da Silva aboga por la “no alineación” con las potencias de Occidente, optando por fortalecer sus lazos con los países del BRICS. Pese a esto, Brasil es el país sudamericano más relevante para Estados Unidos en términos comerciales; en particular, sus exportaciones agrícolas, de crudo y minerales son fundamentales para los norteamericanos.

Colombia es aún más crítico. Primero, porque el Presidente Petro interrumpió la larga tradición de Bogotá como aliado irrestricto de Washington. En una relación ya tensa, debido al tráfico ilícito de cocaína colombiana que ingresa a Norteamérica, el abogado y exdetective Daniel Newlin, recién designado embajador, deberá enfrentar cuestiones de seguridad complejas. Segundo, porque si Trump no designa a nadie en Caracas, Newlin será probablemente quien lidie con Venezuela. Esto aumenta la presión sobre Trump, ya que la industria petrolera norteamericana está interesada en hacer negocios con Maduro.

En Argentina, en cambio, Trump designó al médico de origen cubano Peter Lamelas, a quien el Presidente Milei, invitado por Trump, conoció en su visita a Mar-a-Lago. La afinidad es evidente. Lamelas participará en las negociaciones de un tratado de libre comercio entre ambos países.

Perú, dado el ascenso de la influencia china, ha adquirido mucha importancia. Chancay es una cosa, pero según el China Index, Perú es el quinto país del mundo donde la República Popular tiene más influencia en el mundo.

Con China en el Pacífico, aunque habiendo asegurado Argentina, Chile podría adquirir relevancia estratégica para Estados Unidos.

Brandon Judd no es un mero agente de fronteras, como se lo ha querido caracterizar. En la Estrategia de Seguridad Nacional 2017 de Trump, combatir la inmigración irregular era un objetivo cardinal. Judd fue clave en eso. Además, su experiencia sindical muestra que es un hábil negociador. De ser ratificado, deberá impulsar, entre otras, las inversiones norteamericanas en el megapuerto de San Antonio para contrarrestar la presencia china en el Pacífico Sur y alertar a Washington de los avances del crimen organizado y las corrientes migratorias en el país.