¿Chile a dos velocidades?
JORGE SELAIVE Economista Jefe Scotiabank y Académico FEN U. de Chile
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Jorge Selaive
Chile crecerá en torno al 2,5% este año. Poner el foco en la décima parece muy innecesario para la discusión de mediano plazo, y solo es relevante para las políticas económicas de corto plazo, como la monetaria. Casi la totalidad del crecimiento de 2024 se explicará por lo visto en los meses de verano, donde también la minería jugó un rol superlativo. Hemos estado afectados por varios shocks de oferta, pero las recuperaciones han sido tímidas e insuficientes para generar una expansión de la actividad superior a la observada en febrero. Algo positivo deberíamos ver este último trimestre, pero, aun así, difícilmente superaremos ese alentador febrero que hacía prever un año de recuperación algo mejor.
Las Cuentas Nacionales del tercer trimestre revelan que todo sigue más o menos tal como se esperaba en la composición del gasto. La expansión del consumo de bienes durables fue algo menor el segundo trimestre y muestra una preocupante contracción en el margen. El nivel de consumo de bienes no durables es inferior al observado el primer cuarto del año. En conjunto, el consumo privado muestra signos de preocupante estancamiento y necesita todo el apoyo que sea necesario.
“Falta de inversión, sucesivos shocks de oferta, una demanda externa ralentizada, condiciones financieras demasiado restrictivas, o todas ellas en su conjunto, han transformado a Chile en una economía a dos velocidades”.
Luego del desacople de la inversión total respecto al resto del mundo en el segundo trimestre de 2023, explicada por su componente de maquinaria y equipo, se observan síntomas de recuperación, pero aún lejos del nivel de formación bruta de capital observado hace algo más de un año.
Por el lado externo, las cosas lucen algo más benignas, con una cuenta corriente en torno a su nivel sostenible y recuperación de las exportaciones, excepto en agricultura, donde podríamos estar incubando una preocupante ralentización que va muy de la mano de los “dos Chile” que vemos en el mercado laboral. Desde la pandemia, más allá de las características del empleo, en el norte la creación de empleo total supera los dos dígitos en algunas regiones, creciendo en todas ellas. El panorama es diametralmente opuesto entre O’Higginsy Los Lagos, donde el empleo es muy inferior al sostenido previo a la pandemia. Falta de inversión, sucesivos shocks de oferta, una demanda externa ralentizada, condiciones financieras demasiado restrictivas, o todas ellas en su conjunto, han transformado a Chile en una economía a dos velocidades.
Este Chile se evidencia, por ejemplo, en el gasto en inversión de los Gobiernos Regionales (GORE), donde el norte tiene una expansión de 10,1% real entre 2020 y 2024, en tanto entre O’Higgins y Los Lagos es de 3,9%. Para el 2025, crecería 9,3% en el norte y 6,8% en el centro sur del país. Más aún, el gasto de los GORE per cápita de estas regiones fue 31%, inferior al del norte el 2024. Así las cosas, parece algo más claro donde debería estar el foco de las políticas públicas.
Estas nuevas Cuentas Nacionales dibujan un panorama que mantiene muy abierta la necesidad de continuar reduciendo el costo financiero. Tasas menores parecen indispensables. Un último trimestre con alguna recuperación apoyaría seguir reduciendo la tasa de política monetaria a paso lento, pero en caso de ausencia de recuperación, la situación podría ameritar acelerar el tranco en la medida que la inflación así lo permita.