Economía

Exdirector del FBI denuncia “mentiras” de Trump pero no confirma si el presidente buscó obstruir a la justicia

El presidente de EEUU dijo que su administración se encuentra en “estado de sitio” pero aseguró que saldrá del escándalo “mejor y más fuerte que nunca”.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 9 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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“Son mentiras, lisa y llanamente”, acusó ayer el exdirector del FBI, James B. Comey, en referencia a las explicaciones que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio al público para justificar su decisión de despedirlo a inicios de mayo.

El exfuncionario testificó ayer ante el comité de Inteligencia del Senado, en una jornada clave para determinar si el jefe de Estado buscó obstruir la labor investigativa del organismo.

En declaraciones preliminares, publicadas el miércoles, Comey había señado que el mandatario le pidió “lealtad” y solicitó “dejar pasar” las indagatorias sobre su exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, quien ocultó sus contactos con el Kremlin durante la campaña.

El exfuncionario manifestó ayer que, tras su salida, “la administración decidió difamarme y, aún más importante, difamar al FBI, al decir que la organización estaba en desorden (...) En base a las palabras del presidente, sé que fui despedido por la forma en que conduje la investigación sobre Rusia y puse presión sobre él. Lo irrité de algún modo”.

Más allá de su despido, Comey detalló las conversaciones que tuvo con Trump desde que se reunieron por primera vez en enero hasta que se enteró de su salida. Cuestionado por la conversación sobre Flynn, señaló que “no creo que me corresponda decir si fue un intento de obstruir a la justicia. A mí me pareció algo muy perturbador”. También reconoció que las palabras de Trump “no fueron una orden (…) Yo lo interpreté como una orden. No lo obedecí, pero así lo interpreté”.

Sobre su decisión de mantener registros escritos desde su primer encuentro con Trump, en enero, manifestó que “estaba preocupado de que él pudiera mentir sobre la naturaleza de nuestra reunión y pensé que sería importante documentarlo”.

“Estado de sitio”

Desde el mediodía del miércoles, cuando el Senado publicó las declaraciones iniciales de Comey, el presidente mantuvo un poco común silencio en redes sociales. Su agenda ayer estaba despejada para poder seguir el testimonio del exdirector del FBI, pero no publicó mensajes en Twitter durante la sesión.

En una conferencia de cristianos evangélicos en Washington, el mandatario señaló que “estamos bajo estado de sitio, ustedes lo saben. Pero saldremos de esto más grandes, mejores y más fuertes que nunca”.

Horas después, en una breve conferencia de prensa, su abogado personal, Marc Kasowitz, sostuvo que el testimonio de Comey “dejó claro que el presidente nunca buscó impedir una investigación” y que “nunca ordenó o sugirió que se dejara de investigar a alguien”.

También criticó al exdirector del FBI, quien reconoció haber hecho llegar documentos sobre sus reuniones con Trump a la prensa, con la esperanza de que ello generara una investigación especial.

“Es claro que algunos buscan activamente perjudicar a esta administración con filtraciones de información selectivas e ilegales. Comey es uno de ellos”, señaló Kasowitz. “Dejaremos que las autoridades competentes determinen si estas filtraciones deben investigarse”, sentenció.

La Casa Blanca ha negado que Trump pidiera la lealtad del exdirector del FBI ni que frenara sus indagatorias contra Flynn.

Posibilidades de impeachment

La posibilidad de que Trump haya intentado frenar una investigación sobre sus aliados abre la puerta a un proceso de impugnación de su mandato. Ya el miércoles, al menos dos parlamentarios demócratas aseguraron que buscarían promover mociones de impeachment.

Al respecto, el exfiscal federal Samuel Bell dijo a Bloomberg que las acciones de Trump podrían ser obstrucción a la justicia, en base a las declaraciones de Comey.

“Si él y su equipo pensaron que no podían reportar los dichos de Trump a los investigadores sobre Rusia porque podría afectar su habilidad de investigar el caso, entonces por supuesto que los dichos de Trump tenían el potencial de obstruir la justicia”, manifestó.


 

Prevén largo debate por desregulación financiera

El oficialismo en la cámara baja estadounidense esperaba aprobar ayer una ley que deroga la norma llamada Dodd-Frank, adoptada tras la crisis financiera de 2008 y 2009.


La regla, que data de la administración de Barack Obama, establece regulaciones para proteger a los clientes bancarios y limita los porcentajes de propiedad entre capital privado y fondos de inversión, entre otras regulaciones. Todo ello es criticado por los republicanos, quienes culpan a la norma de ralentizar el crecimiento económico y frenar la creación de trabajos.


Con mayoría en ambas cámaras del parlamento, el oficialismo busca derogar la ley Dodd Frank, en uno de los más recientes impulsos oficialistas por desechar regulaciones en diversos sectores de la mayor economía del mundo.


No obstante, los senadores republicanos no estaban tan convencidos: el líder republicano en la cámara alta, Mitch McConnell, ha señalado que no espera que el nuevo proyecto de ley sea aprobado "en el corto plazo". Por su parte, el presidente del comité bancario del senado, Mike Crapo, ha agregado que redactará su propia iniciativa y que intentará incorporar la visión de la administración de Donald Trump y senadores demócratas.

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