Remote Waters nació en 2018 con la misión de llevar agua potable a comunidades rurales y zonas con escasez hídrica a través de tecnología de desalinización y tratamiento de agua.
Ahora, la startup fundada por Pablo Cassorla se prepara para dar el salto a Perú tras adjudicarse un fondo de Startup Perú.
Acerca del inicio de la compañía, Cassorla explicó que identificó que muchas comunidades no tenían acceso a agua potable porque las soluciones tradicionales, como las plantas desalinizadoras industriales o el transporte en camiones aljibe, eran costosas e insostenibles.
“Ocurre que en los sectores rurales no están los servicios básicos”, dijo Cassorla. “Entonces, lo que busca Remote Waters es convertirse en la mini sanitaria donde no llegan las sanitarias”.
Para abordar esto, desarrollaron un sistema modular de tratamiento de agua, capaz de operar en lugares remotos utilizando energía renovable y monitoreo remoto con software.
Diseñan, instalan y operan plantas de tratamiento y desalinización de agua, adaptadas a distintas fuentes hídricas como agua de mar, pozos, ríos y aguas grises. Cassorla dijo que su modelo es descentralizado y sostenible, donde no se requieren grandes infraestructuras ni inversiones iniciales de las comunidades.
En tanto, su modelo de negocio se basa en pago por uso, cobrando por metro cúbico de agua tratada. Esto permite que municipios, organizaciones no gubernamentales y empresas puedan financiar las instalaciones.
“Hay una comunidad en el norte que paga $ 17 mil por el metro cúbico de agua por el camión aljibe. Nosotros damos el servicio por $ 2 mil el metro cúbico”, dijo Cassorla en cuanto al ahorro que pueden lograr los usuarios.
A la fecha han instalado más de 20 plantas de tratamiento de agua.
Llegada a Perú
Hace dos semanas Cassorla estuvo en Perú para sellar el arribo de Remote Waters a un nuevo mercado.
“Perú tiene un tema, que tiene disponibilidad de agua, pero está contaminada. Faltan leyes y normativas (que regulen)”, dijo.
Ya tienen un antecedente en ese paós. Por medio de una alianza con Softys, instalaron una planta de tratamiento de agua para beneficiar a 160 hogares en comunidades vulnerables y Cassorla adelantó que ahora estudian la zona altoandina de Cusco para sumar otra planta.
El modelo con el que buscan crecer en este mercado será el de licenciar su tecnología a un socio estratégico.
En cuanto a nuevos desarrollos, están en fase de pruebas de un sistema de reúso de aguas grises que debutará en unos cuatro meses.